jueves, 23 de septiembre de 2010

HUELGA DE TRABAJADORES ESPAÑOLES EL 29 DE SEPTIEMBRE.

 UN MANIFIESTO DESDE AMERICA LATINA ANTE LA REFORMA LABORAL ESPAÑOLA

Las asociaciones firmantes y las personas que nos adherimos a este manifiesto nos caracterizamos por haber perseguido, en muchas ocasiones en condiciones muy difíciles, el establecimiento de un sistema democrático de relaciones laborales en nuestros respectivos países, en donde la ampliación de derechos sociales y la determinación de un trabajo decente para todos los ciudadanos era un objetivo irrenunciable. En ese objetivo seguimos luchando en el quehacer cotidiano colectivo e individual como profesionales del derecho y de las relaciones laborales.
En ese proyecto en el que nos identificamos, la existencia de modelos comparados de regulación del trabajo que se basan en una amplia base de derechos de los trabajadores y de protección social, ha sido siempre para nosotros una referencia de extraordinario relieve que nos permitía una relación dialéctica con la realidad social y legal de nuestros respectivos países e ir construyendo un proceso de convergencia cultural y crítica sobre el Estado social y los derechos de los trabajadores con las experiencias europeas sobre el llamado modelo social típico de ese espacio supranacional. En especial, la relación con el modelo español y los juristas del trabajo españoles que han trabajado desde perspectivas de progreso sobre su realidad normativa, nos ha sido especialmente apreciable y hemos llegado a establecer lazos permanentes de intercambio de ideas y de debate provechoso para ambas partes.
Por eso vemos con tremenda preocupación los últimos acontecimientos que se han producido en Europa a partir de la llamada “crisis griega” y, muy en particular, la deriva que las políticas económicas y sociales están adoptando en ese continente, que responden a orientaciones ideológicas claramente neoliberales. Dentro de este panorama, nos preocupan especialmente las reformas que está emprendiendo el gobierno español, que siguen al pie de la letra las consignas neoliberales. La reforma laboral que lleva a cabo el gobierno español no tiene relación con el recorte del déficit ni con la contención del gasto público, ni busca la recuperación económica. Se dirige a otro objetivo: abaratar, facilitar y subvencionar el despido, obstaculizando y debilitando el control judicial del mismo, modificando de manera muy significativa las causas para los despidos objetivos por causas económicas, tecnológicas, organizativas o de producción y sin que se arbitren medidas eficaces para impedir  el fraude en la contratación temporal ni se impongan límites eficaces a la misma. Además rompe el sistema de negociación colectiva sectorial a través de su inaplicación en las empresas que aleguen dificultades económicas, da un impulso a la precarización a través de la externalización del trabajo mediante empresas de trabajo temporal en varios  sectores sensibles y de riesgo, como la construcción y las Administraciones públicas y liberaliza las agencias privadas de colocación. A eso se une el recorte del gasto público y una ya anunciada disminución de la protección social a través de una regulación claramente regresiva de las pensiones de vejez.
Son medidas que desgraciadamente conocemos demasiado bien en esta parte del mundo porque las hemos padecido durante la década de los 90 del pasado siglo como forma general de reducir los derechos y garantías de los ciudadanos de nuestros países, y contra las que hemos luchado y en algunos casos en especial continuamos luchando con fuerza. Sabemos muy bien lo que implica la dictadura de los llamados “mercados” sobre la voluntad de los pueblos, mancillando e inutilizando los mecanismos de control democrático del poder político y económico. Las recetas neoliberales del Fondo Monetario Internacional solo han causado en nuestras naciones sufrimiento, desigualdad y desolación. Sólo la revitalización democrática y el fortalecimiento del poder político dominando a los poderes económicos y contrayendo la desigualdad económica, social y cultural que impone el dominio del poder privado en las relaciones sociales y laborales, ha permitido una recuperación importante de los pueblos en los que estos procesos democráticos se han ido construyendo. La vigorización de los derechos sociales, concebidos como derechos humanos que han de ser protegidos y garantizados de forma prioritaria a la oportunidad de ganancia y al beneficio, ha ido además de la mano de una recuperación económica y un crecimiento razonable y sostenido de nuestras economías.
Desde  nuestra experiencia, por consiguiente, deben ser abandonadas esas políticas de reforma que favorecen la desigualdad social y disminuyen los derechos de los trabajadores españoles. La convocatoria de una huelga general por los sindicatos españoles para el 29 de septiembre de este año está a nuestro juicio plenamente justificada, y destacamos de modo positivo que se inscriba en un llamamiento general de la Confederación Europea de Sindicatos a la movilización de los trabajadores de los distintos países europeos contra las políticas de la comisión europea que buscan una salida neoliberal a la crisis. Nos solidarizamos por tanto, individual y colectivamente, con esta protesta y manifestamos nuestra adhesión expresa a dicho acto de participación democrática y ciudadana que obligue al gobierno español a cambiar de política abandonando esta reforma laboral globalmente regresiva y socialmente injusta.

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