viernes, 5 de noviembre de 2010

¡TRABAJAR, SI, MORIR EN EL TRABAJO, NO.!

Estoy invitando a los lectores a entrar en el Blog de Luiz Salvador, que aunque está en portugués, permite la lectura de un trabajo muy interesante referido al llamado IMPUESTO DE SANGRE, que están pagando los trabajadores, incluso con su vida, como resultado del crecimiento de la accidentalidad laboral y las enfermedades profesionales, por la ausencia de responsabilidad social corporativa y del propio estado con la seguridad, salud y medio ambiente laboral. El texto ha sido escrito por el juez laboralista  José Antônio Ribeiro de Oliveira Silva. Primero me dedico a hacer una traducción del resumen publicado y presentaré unos breves comentarios para inducir a su lectura.

Dice el autor que son numerosos los procesos en trámite en la justicia del trabajo, en los cuales los trabajadores alegan haber adquirido alguna enfermedad profesional por el ejercicio de su trabajo. Entonces se hace necesaria la designación de un perito médico para constatar la incapacidad laboral resultante, tanto como el nexo causal entre la enfermedad y el trabajo ejecutado. Se trata de una situación angustiante, puesto que no existen peritos judiciales en la justicia especializada, y los que han prestado sus servicios carecen, salvo excepciones, de una mejor capacitación técnica para conducir a la investigación de hasta dónde ha existido un nexo causal en el surgimiento de dicha enfermedad, pudiendo ser incluso una concausa. Los peritos desconocen el grado de incapacidad para los efectos de la indemnización de daños según el artículo 950 del Código Civil del Brasil.
Continúa el autor indicando que urge entonces que la justicia del trabajo con los esfuerzos de la propia administración de los tribunales y de las asociaciones de magistrados, haga todo lo posible e imposible porque haya una mejoría de los servicios periciales, a fin de que exista una tutela efectiva de la salud del trabajador, que es su bien más importante en el ámbito de las relaciones laborales. Y hasta que la realidad se transforme, en el artículo se han formulado algunas propuestas para enfrentar el problema.
Estimo que el resumen es sugerente, sobre todo porque donde fallan las reclamaciones de indemnización de los trabajadores es precisamente en el hallazgo del nexo causal entre las condiciones de trabajo y la lesión incapacitante, o el daño sufrido. Termina entonces siendo un acto inseguro cometido por el trabajador que disminuye la responsabilidad empresarial, ya que "sus condiciones laborales son adecuadas" y el responsable del daño, del accidente, del impuesto de sangre, es el propio afectado, el trabajador.

No es obvio indicar además que estamos en presencia de un estudio multicausal, de la necesidad de verificar causas y concausas, cómo influyen entre todas en las condiciones y medio ambiente laboral, ya que no solamente se trataría de la propia actividad productiva, sino de otros elementos que enrarecen el clima laboral, por lo que se requiere de un estudio  pericial más amplio que las propias condiciones de trabajo específicas, hasta llegar a las relaciones laborales. Por tanto amerita un estudio multidisciplinario y no solamente de carácter médico, en tanto el ser humano es un ser biopsicosocial, que requiere un análisis más pormenorizado de las causas y consecuencas de su participación laboral.

Invito sinceramente a seguir el texto y a pronunciarse tanto en el Blog de Luiz Salvador, nuestro Presidente de la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas, como a través de mi blog que los espera con respeto y cariño. Lydia Guevara.

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