lunes, 28 de marzo de 2011

EL DERECHO A LA VERDAD EN LIBIA.

Leyendo en estos días los diferentes artículos y trabajos publicados en la prensa y en los medios alternativos, seleccioné el siguiente, por la importancia de reflejar criterios de Monseñor Oscar Arnulfo Romero.

En diciembre de 2010, la ONU proclamó el 24 de marzo como Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas. Un fundamento primordial de la proclamación lo constituye el legado de monseñor Óscar Arnulfo Romero. Así lo estipula la parte central del documento de la o­nU —poco conocido y difundido—, ¿qué hace la o­nU por hacer cumplir a todos sus miembros esta Resolución emanada de ella misma? Pareciera que la o­nU se olvida de sus propias resoluciones, quizás por estar ya acostumbrada a que se incumplan.
¿Qué hace la ONU amparando la violencia que se está desarrollando ahora mismo en Libia? Ya la Liga Árabe y la Unión Africana han pedido un alto al fuego. Y por si fuera poco el cinismo que tenemos que soportar, la coalición creada para la intervención en ese país ya ha cedido el mando a la OTAN. ¿Qué espera la ONU para exigir a todos los bandos en Libia que cese el derramamiento de sangre? ¿O es que la ONU también tiene intereses económicos en ese país y en los vecinos Egipto y Túnez y teme perderlos?

En estos momentos de rebeldía en los países árabes, rebeldía que muy bien podría extenderse a todo el Mundo, es cuando más la ONU o los pueblos deberían plantearse qué sentido ha tenido y tiene la intervención militar en Libia. ¿Es que la ONU, de organización para la paz, se ha convertido en una empresa para la guerra, en el mejor estimulo a los conflictos armados y por ende al mayor impulsor de la violencia y al más grande sostenedor de la industria armamentista? No son las armas la sagrada aspiración de los pueblos. Hay muchos sufrimientos en el Mundo Pobre. Y de ellos, porque constituyen la más terrible carnicería de nuestra Humanidad, es que debe ocuparse la ONU cuando habla sobre su intención de “proteger al pueblo libio”.

Hay muchos pueblos que demandan esa preocupación y todos sabemos que no son las armas la soluci n. Si la llamada “exclusión aérea” que se está llevando a cabo es una intervención militar en toda regla y que nadie sabe hasta donde llegará, ¿qué le seguirá? Y si aplicamos la misma “verdad” para todos, ¿se aprobará también atacar a Israel por sus bombardeos a la Franja de Gaza? ¿Y después…?

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