lunes, 23 de mayo de 2011

PALO PORQUE BOGA Y PALO PORQUE NO BOGA. A PROPÓSITO DE LA HISTORIA CONTADA DEL F.M.I.

Aquí les va este breve relato que habla por sí solo de cómo todavía la violencia de género forma parte de aquellos empleos donde el poder se ejerce sin mirar a dónde y con prevalencia del género masculino.

En el FMI las mujeres son vulnerables al acoso sexual. La institución permitía “relaciones íntimas entre supervisores y subordinados” en contraste con la Regla americana.

Tomado del New York Time

El lugar es una isla internacional del capital de los EU, dominado por economistas hombres. Los horarios de trabajo son largos, los funcionarios cumplen misiones en el exterior durante las cuales conviven por semanas. Es un clima en que los romances suceden con frecuencia. Una revisión interna hecha en 2008 concluyó que “la ausencia de escándalos éticos públicos parece ser más cosa de la suerte que de una buena planificación y acción”.
Así es la vida en el Fondo Monetario Internacional, una institución crediticia de último recurso para gobiernos necesitados de dinero. Con la detención de su Director, Dominique Strauss-Kahn y la espera del juicio por una acusación de tentativa de estupro de una camarera en New York, la cultura de la institución paso a ser blanco de escrutinio.
Y se retornó a las interrogantes sobre un episodio de 2008 cuando el FMI decidió que Strauss-Kahn no había infringido las regulaciones por el hecho de haber dormido con una funcionaria de la institución.
Entrevistas y documentos aportan un retrato del Fondo como una institución cuyas normas y costumbres sexuales dejan a las funcionarias mujeres muy vulnerables al acoso. Las leyes de los EU no se aplican en su recinto. Hasta el inicio de este mes, las reglas propias del FMI incluían una cláusula relativa a que “las relaciones personales íntimas entre supervisores y subordinados no constituyen acoso por sí solas”.
“Es algo así como “Piratas del Caribe”, las reglas funcionan más como directrices”, dice la economista Carmen M. Reinhart, vicedirectora de investigaciones del FMI entre 2001-2003.

CODIGO DE CONDUCTA.
Un nuevo código de conducta, adoptado a partir del día 6 de mayo señala que las relaciones íntimas con subordinados “tienen la probabilidad de resultar conflictos de intereses” y deben ser reveladas a las autoridades. La nueva política sobre relaciones es una respuesta al caso de 2008 en que la economista húngara Piroska M. Nagy tuvo una relación con Strauss-Kahn. En carta a los investigadores, Nagy se describió como “condenada si lo hiciera y condenada si no lo hiciera”. Una investigación independiente concluyó que Strauss-Kahn no había abusado de su poder.

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