viernes, 30 de marzo de 2012

COMPARTO CON TODOS LA EXCELENTE CONFERENCIA DEL DR. LUIS ENRIQUE RAMIREZ EN CUBA


Exposición del Dr. Luis Enrique Ramírez en el VI ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ABOGADOS LABORALISTAS Y DEL MOVIMIENTO SINDICAL (LA HABANA, CUBA, 21 AL 23/03/2012)


Buenas tardes.
Vivimos una coyuntura histórica llena de paradojas: el sistema capitalista está pasando por una de sus peores crisis. Sus postulados fundantes están puestos en cuestión (el mercado no soluciona nada y los Estados deben intervenir fuertemente para salvar al sistema), pero, curiosamente la solución que se propone es… más capitalismo.
En el mundo laboral el neoliberalismo regresa con sus mismas recetas y su misma racionalidad, sin hacerse cargo de su fracaso rotundo en la década del `90: desregulación, flexibilidad, eliminación de derechos y conquistas, o sea mayor explotación de la fuerza de trabajo.         
Paralelamente, la derecha va ganando posiciones. Gobierna en varios países y, en Europa, banqueros, economistas y tecnócratas liberales al servicio del poder económico y financiero mundial, llegan a los gobiernos.
El sistema capitalista parece desmoronarse, pero con llamativa facilidad y con total impunidad se plantea un ajuste estructural apoyado en el despojo de los derechos y conquistas sociales de los sectores sociales más vulnerables.
Un observador imparcial seguramente se asombraría por la escasa resistencia con la que avanza esta nueva ofensiva contra los derechos de la inmensa mayoría de la población mundial. 

¿Cómo se explica?
        Creo que una de las causas de este fenómeno es cultural: los sectores sociales dominantes han tenido y tienen el monopolio de los medios de comunicación. Desde ahí construyen “la realidad” y venden su propia interpretación del pasado, del presente y del futuro.
        Con el bombardeo de falsos slogans durante décadas, ganaron la madre de todas la batallas, la batalla cultural: las víctimas del sistema aceptan su derrota, que consideran inevitable e inmodificable. Muchos piensan que el capitalismo es como un hecho de la naturaleza y, por lo tanto, inevitable. O creen que sus vidas están controladas por poderosas fuerzas, contra las que no es posible luchar.
        Otra causa radica, en mi opinión, en que la resistencia a esta ofensiva global, es local, focalizada, parcial, inorgánica. Se advierte claramente la ausencia de un sujeto colectivo, a nivel regional o planetario, con capacidad y vocación para enfrentar este nuevo ataque del neoliberalismo contra los derechos de la clase trabajadora.  
        Y esto nos lleva como de la mano a Latinoamérica y la cuestión de su integración.
          Siempre hemos dicho que no hay región del planeta en mejores condiciones para intentar una auténtica integración, que no sea simplemente económica, sino que sea política, social y cultural.
        Además, es el mandato incumplido de nuestros próceres y de los héroes de las luchas por nuestra independencia. ¿Cómo se explica esta morosidad en cumplir ese mandato? Hay intereses foráneos muy poderosos, que quieren mantenernos desunidos, a lo que se suma la traición y la corrupción de un sector importante de nuestra clase política.
        Nuestro aporte al proceso de integración regional, es un proyecto de Carta Sociolaboral Latinoamericana, que pretende diseñar un nuevo modelo de relaciones laborales, de cara al siglo XXI, apoyado en principios y valores diferentes y contrarios a los del modelo vigente en la mayoría de nuestros países. Por eso nosotros hablamos de un cambio de paradigma.        
        Nuestro modelo de relaciones laborales tiene como eje la dignidad de la persona que trabaja en relación de dependencia, lo que lleva a tener que resignificar todos los conceptos del mundo laboral.
        Colocar a la dignidad de la persona que trabaja por cuenta ajena en el centro del escenario, no es un capricho. Es la simple consecuencia de reconocer que en el contrato laboral el trabajador se compromete física, mental, emocional y espiritualmente y, por lo tanto, no es posible separar lo que se hace, del que lo hace. Hablar de la dignidad de la persona y tratar como mercancía lo que hace, es una grosera contradicción.  
        Por lo tanto, en el contrato laboral siempre está en juego la dignidad de la persona que trabaja por cuenta ajena. Y a partir de este reconocimiento, comienzan a resignificarse todos los conceptos, y se manifiestan como naturales los derechos de la Carta Sociolaboral Latinoamericana:
P Derecho a la libre circulación por el espacio comunitario, con identidad de derechos laborales y de la Seguridad Social;            
P Derecho al trabajo, pero al trabajo digno, no cualquier trabajo;  
P Estabilidad laboral efectiva, que es la madre de todos los demás derechos;
P Garantías efectivas de cobro de salario. El hambre de hoy no puede ser  reparado mañana;
P Relaciones laborales democráticas y participativas. El trabajador como sujeto activo, que conserva los derechos que tiene como ciudadano;  
P Libertad y democracia sindical;  
P Justicia del trabajo rápida y eficiente. No hay mayor flexibilización laboral que una justicia laboral lenta e ineficiente;   
P La vida y la salud del trabajador como valores a proteger, sin importar los costos. Hay que eliminar el “impuesto de sangre” que hoy pagan los trabajadores.  
            Finalizo: para los latinoamericanos ha llegado la hora de salir de la trinchera, de luchar por la integración regional y la emancipación de nuestros pueblos. Para aquellos que crean que es una utopía y que no podemos ganar, les recordaré lo que decía Ghandi:
        “Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque no nos animamos a pelear”.
¡GRACIAS!

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