sábado, 28 de junio de 2014

PROTECCION A LOS MENORES MIGRANTES EN AMÉRICA LATINA Y EL TRABAJO INFANTIL



Funcionarios pertenecientes a países de Centroamérica, acordaron ayer la creación de un grupo para favorecer la protección de los inmigrantes menores que viajan sin compañía desde tierras centroamericanas hacia Estados Unidos.

La creación del grupo está dentro de la “Declaración Extraordinaria de Managua” emitida tras una reunión a puerta cerrada de la Conferencia Regional de Migraciones (CRM), integrada por viceministros de gobernación y responsables de migración de Centroamérica, México, Estados Unidos y Canadá.

El grupo se encargará de promover “acciones inmediatas para brindar protección efectiva a niños, niñas y adolescentes no acompañados durante cualquiera de las fases del flujo migratorio”, detalló la declaración.

También se comprometieron a combatir redes de tráfico de menores y a impulsar campañas de difusión con información sobre los peligros del viaje de los menores, para que sus familias no sean mal informadas por traficantes de personas.
“Los países miembros tienen la responsabilidad de ampliar todos los recursos disponibles para proporcionar protección a los niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados en la etapa más inmediata posible” mediante redes consulares y protección internacional cuando se requiera, indicaron.

En el documento también se indica que los países miembros de la CRM cooperarán para destinar recursos a programas de reinserción de los menores inmigrantes a sus familias.

El total de niños inmigrantes hacia los EEUU podría llegar a 90.000 este año y a 150.000 el próximo, frente a los sólo 6.000 de 2011, según estimaciones del gobierno estadounidense.

Y quiero continuar este escrito con apreciaciones sobre el Trabajo Infantil, derivado fundamentalmente de la migración y la trata de personas, donde se involucran los padres con los hijos, o estos últimos solos, en busca de trabajo para sobrevivir.

El trabajo infantil es una forma análoga al trabajo forzoso y se nutre de la servidumbre por deudas de los padres, así como del desempleo de los adultos, obligando a los niños a trabajar, ya que para ellos no existe legislación laboral protectora, en el sentido de que la edad laboral como norma en el mundo es a partir de los 16 años y la situación es totalmente diferente cuando se aprecian las siguientes cifras:

Entre 2008 y 2012, se redujo el trabajo infantil de 215 millones de niños (13,6% entre 5 y 17 años) a 168 millones (10,6%). De ellos 13 millones son latinoamericanos, 85 millones efectúan trabajos peligrosos y 73 millones tienen menos de 11 años. O sea que la mayoría  realiza actividades que ponen en peligro su salud y su seguridad, lo que se considera inaceptable y ha dado lugar, definitivamente, a una campaña promovida internacionalmente de “sacar tarjeta roja” al trabajo infantil.

La mayoría de los niños que trabajan son varones (99,7 millones frente a 68,2 millones mujeres). La cifra más impactante es la de los 5,5 millones de niños en tareas “forzadas”, de los cuales 960.000 están afectados por situaciones de explotación sexual.

Según la OIT, debe trabajarse en función de adoptar una legislación que establezca la eliminación total del trabajo infantil como objetivo último de las políticas junto con las medidas para lograrlo, con vistas a que se determinen y prohíban de manera explícita las peores formas de trabajo infantil que se han de eliminar como prioridad, cuales son la participación de niños en conflictos armados, la servidumbre por deudas, la prostitución infantil y la inserción de los niños en trabajos peligrosos.

En 1992 se instituye el Programa Internacional de Erradicación del Trabajo Infantil el cual establece que “el trabajo infantil perpetúa el círculo vicioso de la pobreza e impide que los niños adquieran las calificaciones y la educación necesarias para asegurarse un futuro mejor. Asimismo, las consecuencias de ese nocivo fenómeno van mucho más allá de la niñez: recaen también sobre la economía de un país pues éste pierde competitividad, productividad e ingresos potenciales”

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