viernes, 23 de enero de 2015

LA INTEGRACIÓN REGIONAL QUE SE GENERA TIENE EN CUENTA LO SOCIAL EN SU LUCHA CONTRA LA POBREZA

Es necesario seguir trabajando en pos de la integración latinoamericana en la CELAC. Cuántos recursos naturales y humanos se podrían compartir en este continente, tanto petróleo, como gas, otras materias primas, agua, materia gris, inteligencia. Para ello hace falta postergar intereses individuales en pos del interés común.

Por más integración ante nuevos retos

El mecanismo de integración regional celebrará su III Cumbre en Costa Rica los días 28 y 29 de este mes

Si bien la Comunidad de Estados Latinoa­mericanos y Caribeños (Celac)  se ha fortalecido como bloque y dado importantes pasos en aras de la unidad de la Patria Grande, su III Cumbre en Costa Rica, la próxima semana, deberá llamar a acentuar su integración ante nuevos retos y obstáculos, e intensificar su lucha contra la pobreza.
No es una revelación que los sectores más conservadores  y siempre anexionistas de la propia región, alentados desde Estados Unidos y Europa, ven con recelos el avance logrado por Latinoamérica  y el Caribe en los últimos años, fruto del “(…) andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes”, como escribiera el Apóstol de la independencia cubana José Martí en su ensayo Nuestra América, pu­blicado en 1891.
Tampoco son noticias los asiduos pujos de los enemigos de la Patria Grande de dividirla, y desestabilizar a las naciones que la conforman, para impedir a toda costa un mayor fortalecimiento de la Celac.
Para nada son casuales la guerra económica impuesta a Venezuela, las acciones subversivas contra Argentina, Ecuador, Brasil y Bolivia, por citar los más atacados, y las campañas mediáticas de que son blancos sus respectivos gobiernos progresistas, defensores a ultranza, junto a Cuba, de la unidad de Nuestra América.
Los contrarios a la Celac pretenden distraer la atención de su objetivo principal, la integración definitiva de la Patria Grande, tratando de generar conflictos nacionales, perturbando el orden interno en diferentes países, y creando eventuales conflictos entre pueblos vecinos.
Esas viejas prácticas de los adversarios de Latinoamérica y el Caribe se han acrecentado en respuesta a los nuevos vientos frescos de independencia, soberanía y unidad que so­plan desde el Río Bravo hasta la Patagonia, y que para algunos son huracanados porque per­judican su hasta muy poco tiempo dominio imperial.
Enfrentar tales retos y sortear los obstáculos que de seguro le serán interpuestos, además de los complejos problemas económicos, sociales y medioambientales que vive actualmente la humanidad, serán las tareas prioritarias que tendrá la Celac en lo adelante para evitar retrocesos.
Su cercana III Cumbre en Costa Rica deberá respaldar a las naciones que hoy son agredidas, apoyar el proceso de negociaciones hacia el fin del conflicto en Colombia, para que la Patria Grande mantenga su premisa de ser una zona de Paz, demandar el cese definitivo del bloqueo a Cuba, y abogar por una mayor cooperación en la lucha contra la pobreza, las enfermedades y por el derecho fundamental de sus pueblos a una vida digna.
Está más que corroborado que los neoliberales y opresores no tienen cabida  ya en Nuestra América, y que únicamente con la unidad de los pueblos y gobiernos cualquier  pretensión  de volver a los pasados tiempos de ignominia serán derrotados.

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