sábado, 23 de mayo de 2015

A PROPÓSITO DEL ROL DE LA MUJER Y LA FAMILIA EN LOS ESPACIOS LABORALES

Ayer, viernes, 22 de mayo, en la Mesa Redonda en Cuba se trató el tema "familia y valores" y me llamó la atención que fundamentalmente se hablara de la familia hacia dentro y el rol de los padres y madres en los valores culturales, sociales de los hijos, para su participación en las actividades de la comunidad, en la escuela, pero no se trató el tema de algunos valores necesarios desde la niñez como son el de la disciplina, la solidaridad, la confianza en el otro en los futuros espacios laborales.

Me di, entonces, a la tarea de buscar otros abordajes en las redes globales y encontré que algunos psicólogos, sociólogos, investigadores de los Centros de Investigaciones cubanos, han trabajado en varios conceptos importantes y aunque no tengo todas las respuestas a mis interrogantes, al menos ya vamos acercando el dicho al hecho, sobre todo, el rol de la familia en el enfoque de género y la participación de la mujer en el entorno laboral, su doble inserción "laboral", una extra-muros y otra al interior de su casa. Cuántos temas interesantes se analizan y provocan el interés de la lectura y el fin de encontrar soluciones al mediano plazo a la importancia que tiene, al menos en Cuba, la mujer en los ámbitos laborales, teniendo en cuenta que somos la mitad de la población, el 60% de los cubanos y cubanas con nivel universitario y el 70% del personal de la salud y de la educación. Vale la pena dedicarle tiempo y esfuerzos.

Familias cubanas en transición: enfoques, polémicas y desafíos

 Lisandra Fariñas Acosta

"Si queremos entender la sociedad cubana en materia familiar, tenemos necesariamente que avanzar hacia otras miradas y reconocer la familia en su diversidad y complejidad".

Resolver el divorcio entre lo público (papel social) y lo privado (el hogar), es uno de los principales desafíos de la mujer cubana.

 Así comenzaba su diálogo con Granma la doctora, profesora e investigadora titular del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), Rosa Campoalegre Septien, a propósito de su participación en el coloquio Familias y género en dinámicas transnacionales y locales, celebrado recientemente en Chile y que organiza el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Cuba llevó a debate la ponencia Familias cubanas en transición, apoyada en 30 años de investigación del CIPS y su grupo de estudio sobre la familia.

 Para la investigadora no existe un modelo único de familia cubana, dado que la diversidad y la complejidad familiar son las tendencias rectoras que caracterizan el panorama familiar. "Hoy estamos transitando de un modelo tradicional patriarcal hacia un modelo emergente, con una mayor democratización de las relaciones familiares, que proyecta otros estilos de comunicación y desdibuja roles tradicionales, especialmente en la maternidad y paternidad, las relaciones de pareja y con los hijos".

"No ha sido establecido, no es un modelo que impera, sino que lucha contra las formas tradicionales de relaciones familiares heredadas del modelo patriarcal. Precisamente, la impronta de esta contradicción marca la emergencia de un nuevo modelo más democrático, dialógico, intergeneracional y que se afianza en cambios estructurales".

El tamaño de la familia cubana ha disminuido, lo que ha ido acompañado de un replanteamiento de los propios límites del concepto de familia. "Se fortalece como subsistema de parentesco y lo cohabitacional cede. Así lo demuestran las nuevas configuraciones familiares, donde encontramos las llamadas uniones de techo abierto. El vínculo de la relación familiar y de pareja se mantiene y el espacio tradicional de hogar no", dijo.

En este sentido mencionó el impacto de la migración y la creación del hogar "glocal", que es aquel que se construye por las familias en situación de transnacionalidad cuando uno de los miembros abandona el hogar tradicional. "Sin embargo siguen siendo una familia que estructura nuevas relaciones y estrategias familiares a distancia".

"Una de las cuestiones que distingue a la familia cubana es su creatividad en el diseño de estrategias familiares de enfrentamiento, ante situaciones que convocan el esfuerzo familiar. Estas van desde el papel y la ampliación de la familia como unidad productiva en el sector no estatal hasta otras que refuerzan las redes familiares en Cuba y el exterior".

¿Es bueno o malo este modelo; es lo que queremos? "De-pende siempre de lo que se logre en materia de relaciones familiares y su conexión con la sociedad", puntualizó la investigadora.

Tomé entonces de otra entrevista, esta pregunta tan interesante:

¿Cuál es la perspectiva de la relación familia-sociedad, desde el punto de vista de la función socializadora, formadora del ciudadano que se aspira, en contradicción con un contexto de marcado envejecimiento poblacional, disminución de fuerzas productivas y un escenario económico que demanda mayor productividad para la mejora de condiciones de vida?

Isabel Louro Bernal: Las políticas sociales deben atender mejor la relación familiasociedad en su justa expresión y en sus diferentes ámbitos. En Cuba se están desarrollando acciones a nivel de la dirección del Estado y el Gobierno y en particular en los organismos implicados con la educación y atención a la familia.

No se puede pretender que solamente la familia, como institución social, pueda revertir procesos de envergadura a escala social como el envejecimiento poblacional, la disminución de fuerzas  productivas, los problemas de educación, migración, etc. Estos procesos demográficos, económicos, educativos son expresiones de complejas interacciones sociales. La familia no está aislada de las influencias de los determinantes sociales de los diversos contextos en los que se desarrollan sus integrantes y se enfrenta a la vida cotidiana con las más  crudas expresiones de las crisis sociales, ya que en tanto instancia de intermediación social, en ella impactan los cambios muy rápidamente y con gran intensidad.

No se trata de ver la familia como víctima, tampoco de justificar deformaciones en la formación individual, ilegalidades, ni doble moral. En la familia se cumplen importantes funciones y a ella le toca una buena parte de la construcción social, de la identidad de nación, de la transmisión de valores culturales e históricos, de la formación de un buen ser humano, lo cual no se da en un ideal hipotético, como si la familia no la integraran personas partícipes de la trayectoria de esta sociedad, que refleja los momentos históricos del desarrollo de nuestro modelo social, lo que determina contenidos y formas diversas de cumplir esas funciones, en correspondencia con el estrato social y el modo de vida familiar.

El fomento paulatino de la producción en el país, la capacidad de sostenimiento y desarrollo de la familia, con sus propios esfuerzos y en el territorio nacional, recuperará la posibilidad de establecer proyectos de vida personales y de unidad familiar para un futuro compartido, lo que potenciará la relación familia–sociedad en una dirección muy favorable que impactará otras esferas de la sociedad.

La mejora de las condiciones de vida y trabajo, de educación, salud, seguridad y asistencia social, la estimulación laboral y salarial, la apertura a la inversión y al retorno del emigrado cubano, con políticas inclusivas, de equidad, que atiendan las diferencias, debe estimular la fecundidad, mejorar la calidad de vida familiar, la fragilidad propia de los adultos mayores, revertir procesos de desmotivación por el trabajo y de desarraigo.

Y por último, otro investigador Ramón Rivero Pino dice lo siguiente:

La sociedad cubana debe prestar atención especialmente a:

·         Potenciar la conciencia crítica sobre el rol de hombre y mujer, identificando las expropiaciones que estos han sufrido a través de la historia. El contenido de los roles masculino y femenino ha sido permeado por un conjunto de normas y expectativas socialmente establecidas que han limitado el desarrollo de estos como personalidades autónomas y coherentes.

·         Desarrollar conciencia crítica en relación con la contradicción entre lo asignado culturalmente a la constitución de los roles familiares y lo que de ello favorece o no al desarrollo humano. En este sentido, el contenido de los roles familiares y de género se distancia de las características objetivas observables que favorecen su relación. Es importante lograr que las personas identifiquen los puntos de ruptura entre estos elementos para que estén en capacidad de encontrar las soluciones correspondientes.

·         Generar espacios de reflexión grupal sobre la influencia de la problemática de género en las pautas de crianza familiar (comunicación, límites-autoridad, espacios, entre otras) que permitan cuestionarse algunas distorsiones frecuentes y elaborar posibles vías de solución. Las pautas tradicionales de crianza familiar no influyen siempre positivamente en la relación entre los diferentes miembros de las familias, y específicamente esta dificultad se puede encontrar asociada a los estereotipos de género ya que las formas y estilos educativos respecto al sexo y género varían, lo que genera malestares y hasta sufrimientos que derivan en conductas no deseadas con las consiguientes afectaciones psicológicas y sociales en general.

·         La conciencia crítica grupal en relación con la contradicción entre las potencialidades del poder en nuestro sistema social como vía para promover la equidad de género y el insuficiente despliegue de estas potencialidades en las relaciones entre hombres y mujeres a nivel de vida cotidiana. A nivel de vida cotidiana las diferentes formas del poder: económica, política, ideológica, reproducen los estereotipos y tabúes sexistas, y a pesar de lo jurídicamente proclamado y de lo políticamente llevado a la práctica de nuestro proyecto social, muchas personas no reconocen el contenido de esta contradicción y promueven formas discriminatorias.

sábado, 16 de mayo de 2015

INTERESANTE RECOPILACIÓN DE DOS ARTÍCULOS SOBRE EL ENVEJECIMIENTO POBLACIONAL EN CUBA

He tomado del sitio CUBADEBATE, dos artículos publicados bajo un título interesante:

Cuba envejece: ¿éxito o problema?


El país no cuenta con reemplazo generacional desde el año 1978, pues desde esta fecha la Tasa Global de Fecundidad es menor a los 2,1 hijos por mujer necesarios para alcanzar este relevo poblacional Basta solo mirar alrededor para que el índice de envejecimiento poblacional —estimado ya en un 19 % de la población con 60 años y más, cuando el último Censo de Población y Vi­viendas del 2012 anunciaba un 18,3 %— deje de ser un frío número y tome rostro.

Cuba envejece y lo hace aceleradamente. Si países del primer mundo como Francia tardaron unos cuatro siglos para alcanzar estos indicadores, Cuba lo ha hecho en apenas cinco décadas. Es un hecho que coloca el país frente a múltiples de­safíos, en tanto obliga a prestar mayor atención a las necesidades emergentes de una población de edad avanzada cada vez más nu­merosa. Pero este fenómeno demográfico también exige replantearse disyuntivas: envejecemos, ¿beneficio o problema? Ambos, si asumimos que es el resultado del desarrollo social alcan­zado.

De acuerdo con los estudiosos de este fenómeno, conceptualmente el envejecimiento poblacional pudiera ser reversible, pero no parece viable, al menos en el caso de Cuba. Resulta difícil que pueda producirse un aumento tan importante en la fe­cundidad capaz de revertir el efecto que una mayor sobrevivencia ejerce sobre la estructura por edad.

Cuba no cuenta con un reemplazo generacional desde el año 1978, pues desde esta fecha la Tasa Global de Fecundidad es menor a los 2,1 hijos por mujer necesarios para alcanzar este relevo poblacional. En el 2011, la Tasa Global de Fecundidad fue de 1,77 siendo la más alta de los últimos 24 años (comparada con 1,83 en 1990).

Según el Anuario Estadístico de Salud del 2014, este indicador disminuyó a 1,68 hijos por mujer; mientras la Tasa Bruta de Reproducción (cantidad de hijas por mujer) descendió de 1,80 en 1970 a 0,81 en el pasado año.

POR QUÉ NOS PONEMOS VIEJOS


“La fecundidad cubana es baja, pero siempre lo ha sido. Las mujeres han tenido la expectativa de tener dos hijos; y en los úl­timos años uno solo”, refirió Antonio Aja Díaz, director del Cen­tro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Ha­bana (CEDEM). Unido a lo anterior, el académico agregó que “nosotros perdemos anualmente alrededor de 38 000 efectivos de población, todos muy jóvenes, con una feminización muy alta, es de­cir mu­­jeres en plena capacidad reproductiva. Esta dinámica es si­milar a la de muchos países desarrollados, con la particularidad de que esas naciones reciben emigración; que si bien no lle­va al nivel de reemplazo, sí acumula un número de nacimientos significativos. En nuestro caso no es así, por tanto te­nemos que trabajar también por retener población y ese es un tema pendiente. En un contexto demográfico como el cubano este es un elemento disfuncional, que no ayuda a ese desarrollo, porque se pierde población joven, en plena capacidad re­pro­duc­tiva, productiva y necesaria demográficamente ha­blando”.

Para la investigadora Grisell Rodríguez Gómez, la principal causa del envejecimiento demográfico es la baja fecundidad; pero insistió en que “los reducidos niveles de esta variable que tenemos hoy también constituyen un logro; en tanto son el resultado del ejercicio de un derecho de la mujer. Si la mujer, la pareja, la familia,  está haciendo uso de este derecho al decidir cuántos hijos tener —y el resultado es este nivel de envejecimiento—, indirectamente es un logro”.

La experta explicó a Granma que si bien la fecundidad es alta en países con bajo nivel de desarrollo económico y social, y baja en países del primer mundo —al menos así empezó a comportarse en sus inicios— ya hoy hay muchos países del co­no sur latinoamericano, así como Cuba, que siendo subdesarrollados tienden al comportamiento bajo de esta variable. Asimismo, sobre la decisión de tener hijos inciden otros factores como las carencias económicas, el limitado acceso a la vi­vienda y el elevado costo para la atención de los pequeños, a lo que se adiciona en muchos hogares la falta de servicios de apo­yo a la familia y la coexistencia con adultos mayores que re­quieren cuidados.

De acuerdo con la entrevistada, “en Cuba tenemos un pa­trón de fecundidad bajo desde inicios del siglo XX: cuando en 1910 las mujeres tenían cinco hijos promedio, en América La­tina la media era de 14 por mujer. La tasa global de fecundidad de la mujer en Cuba nunca subió de esos porcientos. No se pueden tomar decisiones pasando por alto esta historia”.

Hoy es una urgencia atender este tema. Se han pensado ac­ciones desde las políticas gubernamentales que fueran en la lí­nea de estimular la fecundidad, dijo; “pero, hay que estar conscientes de que no hay recogido en la historia universal un patrón bajo que se haya movido a uno alto; porque toda la transición de esta variable en el mundo, siempre ha ocurrido a la inversa. Tam­poco podemos dar la espalda a patrones culturales y comportamientos que ya la persona tiene asimilados e in­terio­riza­dos”.

“Desde la academia defendemos la perspectiva de que la mujer cubana no abandona su intención de tener hijos. Al te­ner uno cumple con uno de los roles socialmente aceptados de la mujer (tener un hijo y hacerlo temprano); pero el segundo, el ideal, se posterga, se abandona la idea, o se tiene. Es ahí don­de hablamos de que existe la reserva, porque está la intención, el deseo explícitamente reconocido de tenerlo por parte de mu­chas mujeres, pero no tienen condiciones materiales. Hacia ahí deben estar dirigidas las políticas, a apoyar, a acompañar a esas mujeres que quieren tener su segundo hijo pero no lo han he­cho por esas razones”, argumentó la especialista.

“Hay otras que no lo tendrán aun recibiendo garantías y es­tímulos porque no les interesa, porque no está en sus planes, en su proyecto de vida; lo cual además es su derecho absoluto; como también es un derecho que se le acompañe y se le apoye pa­ra logar ese ideal de familia. Y las políticas que se tracen de­ben estar acordes con esos derechos”.

En ese sentido, enfatizó en que cualquier política encaminada a elevar la fecundidad “tiene que partir de un diagnóstico fi­dedigno de qué es lo que pasa hoy: qué roles están desempeñando la familia, la pareja, la mujer y las entidades públicas (Educación, Salud y Trabajo) y ¿por qué? ¿Qué se habla en las es­cuelas sobre este fenómeno? Aún no lo suficiente, por lo que sigue siendo un tema pendiente a incorporar en la vida de los ni­ños y jóvenes ¿cómo en el nivel primario de atención se aborda? Tienen que retomarse alternativas y estrategias desde la comunidad, pero no es un problema solo de salud pública. Es una atención colegiada, y todas las instituciones tienen que trabajar en función de apoyar y acompañar a aquella pareja que sí quiere tener el hijo.

De modo general, los especialistas alertan sobre las políticas de estimulación de la maternidad, en tanto estas no pueden abordarse de forma pragmática. Que la fecundidad aumente se­rá un proceso de generaciones, que debe pasar el filtro sociológico, cultural, religioso, y de costumbres de la sociedad. Las in­vestigaciones y las acciones que se propongan tienen que ser lo suficientemente rigurosas y contemplar la diversidad en la for­mación de las familias cubanas.

¿Cómo articular el proceso de desarrollo del país con el elevado índice de envejecimiento poblacional que caracteriza el escenario demográfico cubano? La disyuntiva es clara: ¿éxito o problema?

Para la investigadora del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana (CEDEM), Grisell Rodríguez, Cuba debe atender esta dinámica demográfica desde la gestión y planificación de programas de desarrollo económico y social que consideren las características de este grupo poblacional.

“Hay que darse cuenta que serán menos los trabajadores, que se necesitarán más servicios geriátricos que pediátricos y que es vital buscar fórmulas para aprovechar a esa población ya en edad avanzada, pero que todavía es útil. Sobran los ejemplos de personas entre 60 y 75 años que todavía están vinculadas laboralmente y aportando mucho. No se pue­de concebir a este grupo etario como carente, porque no lo es; no es solo una población que necesita atención”.

¿Qué debemos hacer? La premisa —de acuerdo con varios expertos— se sustenta en que el desarrollo tiene que estar no solo en función de satisfacer las necesidades de la población; sino en función de los cambios demográficos, si se quiere aprender a vivir en armonía con los ancianos.

MÁS DE UN DESAFÍO

El envejecimiento poblacional es un fenómeno característico de países con alto nivel de desarrollo económico y social. Por tanto es un desafío en estos dos órdenes y el último de ellos constituye un reto en particular dentro del ámbito edu­ca­cional, en cuanto a la responsabilidad de la educación en la re­­lación entre generaciones, y la convivencia familiar.


Así explicó el profesor Antonio Aja Díaz, director del CEDEM, para quien en el plano económico están muchos de los obstáculos a sortear, partiendo de que aumentan los grupos de edades en 60 años y más, disminuyen los segmentos poblacionales más jóvenes y por tanto hay afectación sustantiva a las fuerzas de trabajo y a la capacidad productiva.

“En una estructura económica de un país como Cuba, tener una población cada vez más envejecida significa más necesidades en el orden asistencial, de servicios de salud, de calidad y confort de vida. Pero también mayor consumo, y aumento en la demanda de transporte; y la necesidad de eliminar barreras arquitectónicas, por ejemplo. De ahí que el envejecimiento en este aspecto será un fenómeno más o menos problemático”.

El entrevistado mencionó un tema esencial como el de los cuidados, donde llamó la atención sobre el papel que deben desempeñar las nuevas formas de gestión económica y figuras del trabajo por cuenta propia, además de las instituciones estatales. En este sentido, hoy el país tiene aprobada la actividad de cuidador de enfermos, personas con discapacidad y ancianos.

No es difícil imaginar lo que supone para la economía cubana, y la familiar, escenarios como los actuales y los que se avecinan.

“Hoy un cubano trabaja como promedio para el sustento de cuatro o cinco personas; y se estima que estas cifras se dupliquen. Debemos habituarnos a que funcionaremos, incluso en el ámbito laboral, con una población de 60 años y más en su mayoría. La jubilación se corrió a los 65 años en los hombres y 60 en las mujeres; pero ello no es lo mismo para un obrero de la construcción o de la agricultura, que para un profesional que trabaje hasta avanzada edad.  Se deben estudiar las particularidades de cada caso y, sobre todo, crear condiciones de vida y de trabajo favorables para la permanencia o reincorporación de quienes lo deseen”.

En el desarrollo de políticas públicas articuladas está, según el profesor Aja, el camino para enfrentar este fenómeno. Al respecto co­mentó lo acertado de aprobar por el Con­se­jo de Ministros un conjunto de medidas para atender la dinámica demográfica, encaminadas a estimular la fecundidad, responder a las necesidades de la población de la tercera edad, así como promover el empleo mayoritario y eficiente de las personas aptas para el trabajo; lo cual está en sintonía además con los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

Otro de los retos recae en el sistema de salud y asistencia social, recargados ante el envejecimiento, que no puede ser visto solo desde lo asistencial, como una enfermedad. “Por muchos años pusimos el énfasis en las especialidades de atención a los jóvenes y a los niños; y ahora tenemos que trasladar el énfasis hacia el adulto mayor”, dijo el entrevistado. No obstante, puntualizó que no puede descuidarse en términos de promoción, prevención y educación en salud a los jóvenes. “Es esa juventud la que atenderá a los viejos de mañana, y si crece con enfermedades, malos hábitos de alimentación, alcoholismo, tabaquismo y poca práctica de ejercicios; pues ese es el envejecimiento que tendremos”.

SIEMPRE ÚTILES

¿Cuánto pudieran — y pueden— aportar los adultos mayores? Para José Luis Martín Romero, investigador del CE­DEM, si bien la población laboral cubana está en pleno proceso de envejecimiento; y la edad promedio del trabajador está sobre los 40 años, no puede ser solo entendido como un proceso negativo. “A esa edad, generalmente, hay una consolidación del conocimiento, las experiencias, se trabaja con mayor calificación y competencias”. Sin embargo, el especialista mencionó co­mo uno de los mayores desafíos que tiene el país, el de crear y recuperar condiciones adecuadas de trabajo para que la generación de adultos mayores —todavía útil— se incorpore a la vida laboral desempeñando antiguos oficios, hoy desaparecidos.

“Tenemos la fuerza de trabajo más calificada de América La­tina, pero aún debemos ganar en cultura del trabajo. De­be­mos ver el envejecimiento de la fuerza de trabajo en relación con el movimiento de la sociedad y la economía, y partir de la premisa de que es necesario y prudente aprovechar esa fuerza”, refirió.

CUIDADOS Y FEMINIZACIÓN DE LA VEJEZ

Sobre el tema de la mujer Grisell Rodríguez apunta que al mismo se le ha dado prioridad, pero “aún de puertas hacia fuera”. “Las posibilidades de incorporación social de la mujer han sido amplísimas, nuestra ley de maternidad es de las más progresistas del mun­do y la mujer cubana gana lo mismo que un hombre en la misma plaza de trabajo, por ejemplo”.

Pero, para la investigadora, el problema está “de la puerta del hogar, los centros de trabajo y las escuelas hacia adentro, donde se han mantenido y se siguen reproduciendo un grupo de patrones de comportamiento de una sociedad machista, donde aún prevalece la so­brecarga de roles a la mujer”. Y es justamente en este escenario donde las féminas —“cuidadoras por excelencia”, como los propios estereotipos sociales las han acuñado— experimentan exceso de tareas, lo cual se agudiza en el caso de las propias adultas mayores cuidando a otros adultos mayores.

Al rol de ama de casa, madre-cuidadora de los hijos y esposa, se le añade entonces el de cuidadora de los mayores del hogar, lo cual “es un elemento que los estudios han apuntado incide contra la decisión de una pareja de tener hijos”.

La especialista significó la necesidad de crear más estructuras de apoyo para que la mu­jer y, en general la familia, tengan mayores facilidades que le permitan aportar a la sociedad mediante su trabajo y al mismo tiempo no desa­tender el cuidado al adulto mayor y a los menores. Sobre este aspecto en particular mencionó ejemplos como la adquisición de comida elaborada o semi-hecha, servicios de cuidado más allá de los horarios tradicionales, entre otros. La sociedad necesita que esa mujer, la cual forma parte de la población joven en edad la­boral y con mucho que aportar, pueda mantenerse económicamente activa.

UNA SOCIEDAD SIN “GERONTOFOBIA”
 

La sociedad cubana debe plantearse urgentemente cambiar la relación que existe entre sus generaciones y fomentar un mayor respeto de los unos a los otros. “Menos agresión verbal y ruido, mayor respeto a la individualidad, y a los ancianos y a la mujer. Mayor entendimiento entre los jóvenes, porque van a ser los ancianos del futuro; y para eso no hay que esperar desa­rrollo económico”, sostiene el profesor Aja. “Muchas de esas normas de convivencia se han perdido en los últimos 30 años y eso hay que rescatarlo, porque una sociedad envejecida y además con disfunciones sociales como estas, puede convertirse en una sociedad caótica. No hay que esperar para que en los ómnibus de este país, los más jóvenes les den los asientos a los mayores, sea hombre, mujer o niño. No hay que aguardar por ningún otro recurso para que a través de la familia, los medios, las instituciones educativas, se llame al orden en ese sentido, porque es lo que transmitiremos de generación en generación”, subrayó.

El mayor recurso de los países es su pueblo. Construir una so­ciedad amigable con los adultos mayores es entonces la me­jor manera de cuidar nuestra gente.


 

Y SEGUIMOS ANALIZANDO EL IMPACTO DE LAS DROGAS EN LA PERSONA.

Estudio revela impacto del consumo de alcohol y de tabaco a nivel mundial
 

Casi el cinco por ciento de la población adulta del mundo (unas 250 millones de personas) sufre de adicción al alcohol, y que más del 20 por ciento fuman tabaco, divulgó hoy Amazings. El nuevo estudio, liderado por la Universidad de Adelaida, en Australia, revela evidencias sobre cómo inciden en la población mundial las principales adicciones a drogas químicas.

Obtener datos lo bastante fiables sobre el consumo de otras drogas, como la heroína y el cannabis, es mucho más difícil, dado que son ilegales en muchos países, pero, como referencia, se estima que la cantidad de personas que se las inyectan está sobre las 15 millones.

El informe, confeccionado por el equipo internacional de la profesora Linda Gowing, demuestra que el daño a la sociedad perpetrado por las drogas legales es muchas veces mayor que el ocasionado por las que son ilegales.

“Hay grandes diferencias regionales en el uso de drogas adictivas. Quienes más alcohol consumen se hallan en la Europa del Este, donde consumen 13,6 litros por persona al año, seguidos por la población del norte de Europa, con 11,5 litros”, explicó la experta.

Por otro lado, en Asia central, del sur y occidental tienen los consumos más bajos, con unos 2,1 litros. Europa del Este exhibe también el número máximo de fumadores, con un 30 por ciento de los adultos, seguida de cerca por Oceanía, con un 29,5, y Europa occidental, con un 28,5, destaca el texto. En África el porcentaje asciende solo a 14, mientras que Centro y Norteamérica, incluyendo el Caribe, tienen las tasas más altas de consumo de drogas inyectables, con el 0,8 por ciento: el doble de la tasa en el norte de Europa.

 

ALAL PIDE PROTECCION PARA DIRIGENTE SINDICAL ECUATORIANO AMENAZADO POR MULTINACIONAL BANANERA


 15 de mayo de 2015
Doctor Santo Ardila Zambrano
Fiscal del Cantón del Empalme
 

Estimado Señor Doctor,
Nuestra organización, la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas, expresa su profunda preocupación por las amenazas recibidas el 8 y 9 de mayo del 2015 por medio de varias llamadas telefónicas y mensajes de texto, provenientes de los números de celular 0979553171 y 0987306720, por el secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Compañía FRUTSESA Frutas Selectas S.A., el Sr. LUIS ISIDRO OCHOA.

Uno de los mensajes dice textualmente: “Te tenemos cerca. Ya verás recontrachucha de tu madre por estar jodiendo a la gente que está trabajando bien. Espera y veras.” Otro mensaje dice: “Vuenos días don isidro ochoa le voi a dar una advertencia deja de estar chantajeando a don Antonio rivas la prozima le doi en persona grauesee lo bien”. (incluso el último mensaje se ha transmitido como mismo fue escrito con las faltas ortográficas para aparentar que lo hiciese un analfabeto)
Tenemos conocimiento de que el Sr. OCHOA fue despedido el 28 de octubre del 2014 por el Sr. Tito Gentillini, representante de FRUTSESA Frutas Selectas S.A., por ser dirigente sindical. Sabemos que el Sr. OCHOA continúa con su responsabilidad de organizar sindicalmente a los trabajadores, y de esta forma ejerce el derecho a la libertad sindical y a la libertad de asociación. Nosotros luchamos por el respeto de los derechos laborales, sindicales y humanos a nivel mundial y nos solidarizamos con la Asociación de Trabajadores de la Compañía FRUTSESA Frutas Selectas S.A. y su secretario general, el Sr. Luis Isidro Ochoa en su lucha.

Por lo tanto pedimos con gran urgencia que el Gobierno ecuatoriano tome estas amenazas en serio. Solicitamos que se investigue y que se castigue a los responsables, y que se proteja la vida y la integridad del dirigente mencionado y de su familia y que se garantice el derecho a la libertad sindical y el derecho de asociación, considerando que la intimidación está tipificada y sancionada en el Art. 154 del Código Orgánico Integral Penal.
Expresamos nuestra solidaridad con Luis Isidro Ochoa, su organización y su familia.

Atentamente,




 
 
 
 
 
Luis Enrique Ramírez
Presidente

 
Y suscriben además los miembros del Tribunal Ético Andino que sesionó en Lima, Perú, los días 29 y 30 de abril pasado.

 



 

 

 

 

 

miércoles, 13 de mayo de 2015

LA VIOLENCIA SEXUAL EN CONFLICTOS ES TAN REPUDIADA COMO EN LOS ESPACIOS LABORALES.

El artículo que pongo en su conocimiento titulado "EL DRAMA DE LA VIOLENCIA SEXUAL EN CONFLICTOS" fue escrito por Waldo Mendiluza, corresponsal jefe de Prensa Latina en Naciones Unidas, con sede en Nueva York, y nuestro interés en publicarlo es porque los niños están sufriendo de episodios de violencia no solamente en los espacios laborales, en la comunidad, en los conflictos armados, sino también en las escuelas, son utilizados para el turismo e incluso pasan por servidumbre forzada.  

NACIONES UNIDAS.—Subestimada a veces, ocultada en otras, la violencia sexual en conflictos constituye una tragedia humana que azota en particular a mujeres y niñas, un flagelo que Naciones Unidas llama a desterrar del planeta. El fenómeno convertido en instrumento de guerra por el Estado Islámico (EI), Boko Haram, Al Shabaab y otros grupos extremistas muestra preocupantes tendencias, que agravan el escenario de maltratos enfrentado por una de cada tres féminas alguna vez durante su vida. Para políticos, activistas, expertos y víctimas, la postura es clara, toda la vergüenza y condena del mundo deben recaer no en quienes la sufren, sino en quienes la cometen, promueven y minimizan.

“La era del silencio ha sido superada por el reconocimiento internacional del problema”, advirtió el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en un reporte divulgado en abril, que define la violencia sexual en conflictos como las violaciones, la esclavitud sexual y la prostitución, la esterilización y el embarazo forzados. Aunque se trata de un drama presente en muchas partes, el informe presentado al Consejo de Seguridad refleja la situación de 19 países, sobre los cuales los datos disponibles fueron considerados confiables.

El texto aborda los casos de Afganistán, Bosnia y Herzegovina, Colombia, Costa de Marfil, Iraq, Liberia, Libia, Mali, Myanmar, Nepal, Nigeria, Somalia, Sri Lanka, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Siria, Sudán, Sudán del Sur y Yemen, naciones golpeadas por conflictos, que salieron de los mismos o viven escenarios preocupantes. Según Ban, con frecuencia no se conocen todos los hechos de este tipo, a partir de los riesgos, amenazas y traumas relacionados. Además de las sobrevivientes, suelen correr peligro los testigos, defensores de los derechos humanos, activistas sociales, jueces, abogados, periodistas y otros que tratan de impedir que los abusos se hundan en el silencio, dijo. Para el Secretario General de la ONU, la violencia sexual en conflictos reitera la urgencia de impulsar la equidad de género y el empoderamiento de la mujer en el planeta, en aras de llegar a la raíz del problema y su erradicación.

 
LLAMADO AL COMBATE FRONTAL
En un debate abierto del Consejo de Seguridad, la representante especial de Naciones Unidas para la Violencia Sexual durante Conflictos, Zainab Bangura, exigió enérgicas medidas para frenar los abusos y humillaciones que tienen como principal blanco a las mujeres, aunque también los padecen niños y hombres. La experta de Sierra Leona lamentó la magnitud alcanzada por el fenómeno, muchas veces utilizado para aterrorizar, desplazar y someter a las víctimas.

Por demasiado tiempo, este tipo de violencia ha sido negada, llegó la hora de colocar esos crímenes y a sus responsables bajo escrutinio internacional, afirmó. Bangura consideró a las agresiones sexuales uno de los asuntos morales más importantes de la actualidad, por su impacto en los seres humanos.

Recientemente, conocí en Mogadiscio, la capital somalí, a Luul Ali Osman, quien hace tres meses sufrió el terrible peso de la censura, el arresto y la prisión, por atreverse a hablar de su violación por fuerzas de seguridad en un campamento de desplazados, ilustró. De acuerdo con la funcionaria, el caso de la joven es un recordatorio del adverso escenario imperante. “Por mucho tiempo, la guerra ha dejado marcas imborrables en féminas como Luul, físicas, psicológicas, sociales y económicas”, sentenció.

RESPONSABLES SEÑALADOS
Naciones Unidas divulgó una lista de actores no estatales y estatales a los que atribuye “sospechas creíbles o la responsabilidad de cometer violaciones y otras formas de violencia sexual”. La inmensa mayoría de los denunciados son grupos armados que siembran el terror en República Centroafricana, República Democrática del Congo, Iraq, Mali, Siria, Somalia, Sudán del Sur y Nigeria. En la relación se incluyen 32 organizaciones, entre ellas el EI, el Frente al-Nusra, Boko Haram, el Ejército de Resistencia del Señor, Al Shabaab, el Movimiento para la Liberación Nacional del Azawad, Al Qaeda, los exrebeldes Séléka, las milicias anti-Balaka y la Alianza de Patriotas por un Congo Libre y Soberano.

 El auge en los últimos años del extremismo en regiones de África y el Medio Oriente despierta particular preocupación, por el empleo de las violaciones y otros abusos sexuales como táctica para aterrorizar a la población. Tal vez uno de los ejemplos más evidentes es la cruzada de los extremistas del EI, quienes el año pasado declararon un califato que abarca desde la gobernación siria de Alepo hasta la provincia iraquí de Diyala.

 Los fundamentalistas utilizan la violencia sexual en las zonas bajo su control para dominar a la población, lo cual vimos en junio de 2014, cuando tomaron Mosul y áreas circundantes, en el norte de Iraq, denunció la ONU. Según el informe del Secretario General, allí los islamistas pusieron en práctica un patrón de abusos, que incluyó esclavitud, secuestros, tráfico humano y hasta abortos forzados por el origen étnico de sus víctimas, conducta corroborada por mujeres y niñas que lograron escapar. No menos repudiable ha sido el accionar de Boko Haram en Nigeria, donde sus miembros son acusados de raptos masivos, matrimonios forzados y venta de mujeres y niñas, crímenes con frecuencia ligados a la violencia sexual.


MEDIDAS URGENTES
En su reporte, Ban recomendó medidas cuya aplicación corresponderían al Consejo de Seguridad y los estados miembros de la ONU. De acuerdo con el diplomático, urge reconocer a la violencia sexual como una táctica de guerra y terror, integrar el asunto a las sanciones dictadas por el Consejo e incrementar las presiones sobre los supuestos responsables, sin descartar su remisión a la Corte Penal Internacional.

Asimismo, instó a la comunidad internacional a garantizar la asistencia a las víctimas y respaldar los esfuerzos de Naciones Unidas contra el flagelo.

martes, 5 de mayo de 2015

SENTENCIAS DEL TRIBUNAL ÉTICO ANDINO.

Estimados compañeros y compañeras, acabo de publicar dos páginas nuevas en el Blog, que por su longitud no pueden aparecer como entradas, pero quien quiera consultar sobre este tema, puede abrir las páginas y verificar las sentencias del TRIBUNAL ÉTICO ANDINO, sección Perú y para la región andina.

Espero que sea de utilidad para el reconocimiento de los derechos humanos laborales de los trabajadores.