viernes, 29 de diciembre de 2017

TOMADO DE UNA PUBLICACIÓN DE LA F.S.M AMÉRICA

DESEMPLEO EN LA REGIÓN
LIMA, DICIEMBRE 14 (EFE).
La tasa de desocupación promedio de América Latina y el Caribe subió a 8,1%, la más alta de la última década, según el informe anual "Panorama Laboral 2016 de América Latina y el Caribe" presentado hoy en Lima por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Esta tasa es 1,5 puntos porcentuales más alta que la del 2015, cuando fue de 6,6%, e implica que alrededor de cinco millones de personas se incorporaron a las filas del desempleo, que ahora afecta a 25 millones de trabajadores. "El panorama laboral de la región empeoró en el 2016: hay un aumento abrupto de la desocupación, está creciendo
la informalidad y bajó la calidad del empleo", declaró el director regional de la OIT para América Latina y el Caribe José Manuel Salazar en la presentación del informe.
Agregó que al concluir el año se detecta "una preocupante realidad de retrocesos e impactos negativos en múltiples indicadores". "Aunque hay importantes diferencias entre países y subregiones, en promedio para la región este es el peor año en una década, tanto en términos de crecimiento económico como en tasa de desempleo", advirtió el director regional. Además, subrayó que hay preocupación porque de cumplirse las proyecciones de crecimiento lento para el 2017, el desempleo aumentará nuevamente el próximo año a 8,4%. El informe de la OIT resalta que el aumento de la desocupación se ha producido en un contexto de contracción económica de entre -0,6% y -0,9% previsto para el 2016 por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL) respectivamente.

En el caso del desempleo en el 2016 se detectó "un fenómeno extendido a nivel regional", ya que hubo un aumento de la tasa en 13 de los 19 países, con datos disponibles al tercer trimestre del año. El aumento de la desocupación afectó más a las mujeres, aumentando en 1,9%, y en 9,8% este año, mientras que en los jóvenes el aumento es de casi 3%, lo que significa una tasa promedio de 18,3%, la más alta en una década. El informe anual de OIT también registra una leve alza en la tasa de informalidad a 46,8%. El Panorama Laboral es elaborado por la Oficina Regional, utilizando datos provenientes de fuentes oficiales de cada país, recolectados y procesados para elaborar los promedios regionales por el Sistema de Información y Análisis Laboral para América Latina y el Caribe, SIALC-OIT con sede en Panamá  

jueves, 21 de diciembre de 2017

CRECIENDO EL DESEMPLEO, POR SUPUESTO QUE CRECE LA POBREZA

Crece pobreza en América Latina, afecta al 30,7% de la población.


Los niveles de pobreza y de indigencia aumentaron en Latinoamérica después de más de una década de reducción en la mayoría de los países, reveló hoy el Panorama Social de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal).
Así, de 168 millones de personas en situación de pobreza en el año 2014 se pasó en 2015 a 178 millones para llegar en 2016 a 186 millones de habitantes de la región en esa condición.
La pobreza extrema subió del 8,2% en 2014 (48 millones de personas) al 10% en 2016 (61 millones).
Pese a este retroceso, el documento destacó que entre 2002 y 2016, la región fue capaz de disminuir la pobreza en 15,2 puntos porcentuales, como también decreció en el mismo periodo la desigualdad de ingresos.
La pobreza, no obstante, sigue teniendo rostro de niños y mujeres pues afecta al 46,7% de los niños y adolescentes entre 0 y 14 años mientras la pobreza extrema al 17%.



En uno de los principales documentos de la Cepal, cuyo lanzamiento se realizó en México, hay un completo análisis de los sistemas de pensiones, que han cobrado mayor importancia para la garantía de derechos en la vejez en un contexto de cambios demográficos acelerados.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

AUNQUE PAREZCA AUSENTE, NUNCA TAN PRESENTE COMO AHORA.

Parlamento cubano: Velar por los derechos laborales de los jóvenes y mujeres


El trabajo de Comisiones del X Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional de Poder Popular, inició este 19 de diciembre en el Palacio de las Convenciones, un espacio propicio para el debate entre funcionarios de ministerios, organizaciones y diputados de todas las regiones del país, con el objetivo de optimizar el desarrollo de un aparato gubernamental cada vez mas justo con sus ciudadanos.
En este sentido, el informe de cumplimiento de acuerdos de los capítulos del Código de Trabajo, referidos a la mujer y a los jóvenes de 15 a 18 años, fue presentado como parte del programa de la Comisión de Atención a la Juventud, la Niñez y la igualdad de derechos de la Mujer, por la viceministra primera del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Marta Elena Feitó Cabrera.
Sobre el control especial a todos los titulares del trabajo por cuenta propia y empresas estatales en el 2017, la representante del MTSS se refirió al seguimiento realizado por su organismo durante el año, de las principales dificultades señaladas en el control y fiscalización.
En respuesta a evitar futuras violaciones en aspectos como la jornada laboral, el salario devengado, vacaciones y seguridad y salud en el trabajo, Feitó Cabreras anunció la implementación de un número de cláusulas adicionales al proceso de contratas de trabajo, como la revisión de pre-formas de contrato.
Según los datos del MTSS, fueron detectadas 7 mil 423 violaciones con mayor incidencia en los temas de protección y salud en el trabajo, pues según la funcionaria, “aunque existe un aumento del presupuesto para las empresas en este sentido, el desconocimiento de las leyes por los administrativos es un tema que continúa lacerando el óptimo funcionamiento en algunos centros laborales”. Asimismo, han sido cumplidas hasta la fecha, 564 medidas disciplinarias de un total de 790 aplicadas por el Ministerio.
Por otra parte, de acuerdo con la Ley 116/13 del Código del Trabajo, sobre la protección especial a jóvenes entre 15 y 18 años, fueron señalados un menor número de infracciones. Dentro de esta misma ley, pero en el capítulo IV, sobre la protección en la mujer trabajadora, el resultado de las inspecciones arrojó la cifra de 104 entidades que de una forma u otra han incumplido con este apartado legal. Los casos más notables han sido en los cálculos de las cuantías de prestaciones, en los que fueron pagados, en exceso, el salario de 56 trabajadoras en período de gestación o licencia de maternidad, así como en otras ocasiones recibieron un salario por debajo de la cifra establecida por la Ley.
Durante la Comisión, se destacó que el mayor flagelo en el cumplimiento del Código de Trabajo es la poca preparación de los trabajadores y administrativos en cuanto al conocimiento de sus derechos y deberes, “porque en nuestra legislación está contemplado todo lo necesario para proteger a esos jóvenes y mujeres”, expresó Feitó.
Para la Diputada de Yara en la provincia Granma, Rosmery Santiesteban, “el informe del MTSS demuestra el impacto del acuerdo tomado el pasado año y evidencia aun todo lo que debe seguir haciéndose para proteger a nuestros trabajadores”.
Esta primera sesión contó con la presencia de los Diputados Ulises Guillarte, secretario general de la CTC, Margarita Marlén González, ministra de Trabajo y Seguridad Social, Susely Morfa González, primera secretaria de la UJC, Teresa Amarelle Boue, secretaria general de la FMC, Ena Elsa Velazquez, ministra de Educación y las también invitadas de primer nivel, Yamila Pena Ojeda, vicefiscal y la Coronela Idais Borges Barrios, jefa de la dirección de menores del MININT.

Igualdad de género, informes preliminares

Un 88,7 por ciento de la población cubana concuerda en que las leyes del país protegen a las mujeres, según resultados de una encuesta realizada en el año 2016  por el Centro de Estudios de la Mujer y el Centro de Estudios de Población, en un total de 14 mil viviendas alrededor de la isla a personas entre 15 y 74 años.
Los datos preliminares – actualmente en revisión técnica – fueron dados a conocer por la Dra. Mayda Álvarez Suárez, directora del Centro, durante las actividades de la Comisión de Atención a la Niñez, la Juventud y la Igualdad de Derechos de la Mujer de la actual Legislatura.
Por las luces que arroja sobre las dinámicas de vida de acuerdo a una perspectiva de género, la Dra. advirtió sobre la necesidad de continuar haciendo estudios tan factibles como estos con una muestra sociodemográfica representativa de la diversidad poblacional en Cuba, en aras de lograr resultados convincentes.
De acuerdo con la encuesta preliminar sobre igualdad de género –con parte de sus análisis realizados en el 2017- aproximadamente un 96 por ciento de las personas entrevistadas afirman no haber sentido discriminación respecto a su raza, edad, economía y género. No obstante, aunque bajo el porcentaje restante, sigue siendo este “motivo de atención para los diputados en su trabajo en la comunidad”, expresó Álvarez.
Por otro lado, constituyen ejemplos positivos otras informaciones brindadas por la encuesta, acerca del aumento de una conciencia colectiva y concepción de la igualdad de género en la sociedad, en comparación con datos recogidos hace 20 años en otro ejercicio de este tipo. Asimismo resulta evidente una flexibilización social atendiendo a asuntos como los derechos igualitarios de parejas heterosexuales y homosexuales a contraer matrimonio.
Aunque lo antes expuesto supone un avance de la sociedad moderna, existen otros puntos de atención sobre los resultados: la violencia contra la mujer y el roll de este género en la familia. En estos aspectos sobresalió todavía la percepción de la mujer como la encargada de los asuntos domésticos, de la familia, en lo que se evidencia una sobrecarga de sus labores.
Respecto a la violencia, cerca de un 26,7 por ciento respondieron haberse sentido violentadas al menos una vez en sus vidas. Los indicadores presentados en la Comisión develaron que el 51 por ciento de las mujeres en Cuba opinan que el nivel de estas terribles acciones es bajo, mientras que un 30 por ciento lo consideran elevado. Entre los casos de violencia contra la mujer, destacan en este orden las de tipo psicológicas, física y sexual.
Por último, la especialista destacó la baja percepción en las mujeres encuestadas sobre la ayuda real que pudiesen brindar las organizaciones comunitarias a este sector, y exhortó a los diputados a continuar trabajando en mecanismos e iniciativas a nivel de país y desde la localidad, que resuelvan y afronten las problemáticas arrojadas por estudios como estos.
¿En qué consiste la Comisión de Atención a la Niñez, la Juventud y la Igualdad de Derechos de la Mujer?

Integrada por diputados de la mayoría de las provincias del país, realiza su labor de control y fiscalización teniendo como base principal el desarrollo pleno de la infancia en Cuba, la atención integral a los jóvenes para que se formen en los valores de nuestra sociedad revolucionaria, así como vela por que se garantice la plena igualdad de las mujeres, con el espíritu de Vilma Espín, quien presidió la Comisión desde sus inicios. Para ello cuenta con directivas y objetivos de trabajo aprobados para la actual legislatura.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

INFORME MUNDIAL OIT SOBRE LA PROTECCIÓN SOCIAL 2017-2019

OIT: 4.000 millones de personas en el mundo carecen de protección social

GINEBRA (OIT Noticias) – A pesar de los progresos significativos que se han alcanzado en la extensión de la protección social en muchas partes del mundo, el derecho humano a la seguridad social todavía no es una realidad para gran parte de la población mundial, señala un nuevo informe de referencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). 
Según los nuevos datos presentados en el 
Informe mundial sobre la protección social 2017-2019: La protección social universal para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible , sólo 45 por ciento de la población mundial se beneficia efectivamente de al menos una prestación social, mientras que el otro 55 por ciento – 4.000 millones de personas – no tiene ninguna protección. 
El nuevo estudio muestra además que sólo 29 por ciento de la población mundial dispone del acceso a una seguridad social integral – un pequeño aumento frente al 27 por ciento de 2014-2015 – mientras que el 71 por ciento restante, 5.200 millones de personas, no están protegidas, o lo están sólo parcialmente.
“La falta de protección social deja a las personas vulnerables a las enfermedades, la pobreza, la desigualdad y la exclusión social a lo largo de su ciclo de vida. Negar este derecho humano a 4.000 millones de personas en el mundo constituye un gran obstáculo para el desarrollo social y económico. Si bien numerosos países han realizado importantes progresos en el fortalecimiento de sus sistemas de protección social, todavía es necesario realizar grandes esfuerzos a fin de garantizar que el derecho a la protección social sea una realidad para todos”, declaró el Director General de la OIT, Guy Ryder. El informe recomienda aumentar el gasto público destinado a la protección social a fin de extender la cobertura de la protección social, sobre todo en África, Asia y en los Estados Árabes, para garantizar al menos un piso de protección social básico para todos. 
El informe pone de manifiesto que la protección social universal contribuye a erradicar la pobreza, reducir las desigualdades, promover el crecimiento económico y la justicia social, así como a alcanzar los 
Objetivos de Desarrollo Sostenible  (ODS), y muestra cómo muchos países en desarrollo han establecido regímenes universales. El informe destaca la necesidad de extender la protección social a los trabajadores de la economía informal como una manera de formalizar su actividad y mejorar sus condiciones de trabajo. 
“Sin embargo, los recortes de austeridad a corto plazo van en contra de los esfuerzos de desarrollo a largo plazo. Los ajustes de consolidación fiscal tienen importantes repercusiones sociales negativas y comprometen la realización de los ODS”, declaró Isabel Ortiz, Directora del Departamento de Protección Social de la OIT. 
“Hasta los países más pobres tienen espacio fiscal para extender la protección social. Los gobiernos deben explorar activamente todas las opciones de financiación posibles para lograr los ODS y el desarrollo nacional a través del empleo decente y la protección social”, agregó. 

Principales conclusiones
El informe de la OIT examina las diferentes dimensiones de la protección social y presenta conclusiones mundiales y regionales basadas sobre los nuevos datos, en los siguientes ámbitos: 

Protección social para los niños
  • El informe muestra que sólo 35 por ciento de los niños del mundo se beneficia de un acceso efectivo a la protección social. A nivel mundial, casi dos terceras partes de los niños – 1.300 millones de niños – no están cubiertos, la mayoría de ellos viven en África y Asia.
  • En promedio, sólo el 1,1 por ciento del PIB es destinado a las prestaciones familiares y para los niños entre 0 y 14 años, lo cual pone en evidencia que la inversión en los niños es significativamente insuficiente.
  • Las transferencias monetarias para los niños se han extendido en los países de medios y bajos ingresos a lo largo de las últimas décadas. Sin embargo, los niveles de cobertura y de prestaciones sigue siendo insuficiente. Diversos países incluso han reducido la protección social de los niños como consecuencia de las políticas de consolidación fiscal.
Protección social para las mujeres y los hombres en edad de trabajar
  • La cobertura de la protección social para las personas en edad de trabajar sigue siendo limitada. Sólo 41,1 por ciento de las madres de recién nacidos perciben una prestación por maternidad, y 83 millones de las nuevas madres no tienen cobertura.
  • Otras conclusiones en este ámbito incluyen el hecho que sólo 21,8 por ciento de los trabajadores desempleados se beneficia de prestaciones de desempleo, mientras que 152 millones de trabajadores desempleados no tienen cobertura.
  • Los nuevos datos de la OIT muestra también que en el mundo sólo 27,8 por ciento de las personas con discapacidades severas reciben una prestación por discapacidad.
Protección social para las mujeres y hombres de edad
  • La investigación indica que, a nivel mundial, 68 por ciento de las personas que superan la edad que da derecho a la jubilación reciben una pensión de vejez, lo cual está asociado con la expansión de las pensiones contributivas y no contributivas en numerosos países de medios y bajos ingresos.
  • En promedio y con grandes variaciones regionales, el gasto en pensiones y otras prestaciones para los adultos mayores representa 6,9 por ciento del PIB, el informe pone de manifiesto que el nivel de las prestaciones es con frecuencia demasiado bajo e inadecuado para permitir que los adultos mayores salgan de la pobreza. Esta tendencia suele estar incentivada por las medidas de austeridad.
  • Algunos Estados están revirtiendo la privatización de las pensiones debido a que esas políticas de privatización no arrojaron los resultados esperados. Países como Argentina, Bolivia, Hungría, Kazajstán y Polonia están regresando a los sistemas públicos basados en la solidaridad.
Cobertura universal de la salud

  • El informe muestra que el derecho a la salud todavía no es una realidad en muchas regiones del mundo, en especial en las zonas rurales donde 56 por ciento de la población carece de cobertura de salud, frente al 22 por ciento en las zonas urbanas. Se calcula que serán necesarios otros 10 millones de trabajadores de la salud a fin de alcanzar la cobertura universal de la saludy garantizar la seguridad de la población, incluso en las situaciones de emergencia, como durante la crisis causada por el Ébola.
  • Los cuidados de larga duración – necesarios sobre todo para los adultos mayores – siguen excluyendo a más de 48 por ciento de la población mundial, las mujeres resultan desproporcionadamente afectadas. Sólo 5,6 por ciento de la población mundial vive en países que ofrecen una cobertura de los cuidados de larga duración para toda la población en base a la legislación nacional.
  • Como consecuencia, se estima que unos 57 millones de trabajadores “voluntarios” no remunerados dispensan la gran parte de los cuidados de larga duración. Principalmente mujeres que llevan la mayor parte del peso del cuidado informal de los familiares. Mayores inversiones en los servicios de cuidado podrían aliviar la pobreza de las personas mayores y hacer frente a la escasez de trabajadores de la salud calificados, que se estima en 13,6 millones a nivel mundial.

MI APORTE PERSONAL A LA JORNADA DESDE LA NO VIOLENCIA DE GÉNERO HASTA LOS DERECHOS HUMANOS

COMPARTIENDO CONOCIMIENTOS
Por LYDIA GUEVARA RAMÍREZ
El acoso laboral es una de las manifestaciones de la violencia en el trabajo reconocida como factor de riesgo en las relaciones laborales, que causa afectaciones a  los derechos fundamentales de los trabajadores, entre los que se destacan, a la protección de la integridad física y mental, la dignidad, la igualdad de oportunidades, a un ambiente sano y seguro y a la continuidad de la relación laboral.
Es un fenómeno de reconocimiento transdisciplinario como método de estudio de sistemas complejos desde la historia, la filosofía, la psicología, la sociología, el derecho, la medicina, la política, la antropología, la economía, la psiquiatría, que atañe a las personas sin distinción de razas, edades, profesiones, género, cultura, procedencia social y nacional y se apoya en un enfoque interdisciplinario desde el derecho para desentrañar los conceptos de “derechos fundamentales” estudiados y explicados por diferentes ramas, como el derecho constitucional, el derecho civil, el derecho penal y el derecho laboral, en dependencia de los destinatarios de sus consecuencias. En la riqueza de su abordaje por diferentes disciplinas reside la visualización de su presencia en las relaciones interpersonales.
El concepto de violencia ha sido definido por la Organización Mundial de la Salud,  en el Informe mundial sobre la violencia y la salud (OMS, 2003,) como “el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.”
En el Repertorio de recomendaciones prácticas sobre la violencia en el lugar de trabajo en el sector de los servicios y medidas para combatirla”, la Organización Internacional del Trabajo ha definido que la violencia en el trabajo será “toda acción, incidente o comportamiento que se aparte de lo razonable mediante el cual una persona es agredida, amenazada, humillada o lesionada por otra en el ejercicio de su actividad profesional o como consecuencia directa de la misma”,  quedando claro que como “consecuencia directa” se sobreentiende “un vínculo claro con el ejercicio de la actividad profesional y se supone que dicha acción, incidente o comportamiento ocurre posteriormente, dentro de un plazo de tiempo razonable”. (OIT, 2003,)
Con vistas a la prevención, enfrentamiento y sanción de los hechos de violencia laboral, se han adoptado diferentes posiciones por parte de los países, aunque se ha podido comprobar que las soluciones aplicadas no son uniforme, que algunos optan por modificar la legislación laboral, otros adoptan una legislación específica, los terceros aplican legislación penal o se someten a la jurisdicción laboral, civil, contencioso-administrativa, de riesgos y algunos no cuentan con ninguna de estas opciones, ya que aún la violencia está invisibilizada, lo que contribuye a que aumenten los hechos de discriminación y el principio de la igualdad brille por su ausencia.
Son más los países que carecen de una legislación específica y que tratan de resolver la necesaria protección a través de un proceso de reforma de la legislación vigente o mediante la autorregulación y últimamente a través de los modelos promocionales, aunque no hay fronteras definidas y puede haber una mezcla de los diferentes modelos a favor de la protección de las víctimas de tales conductas abusivas y dañinas de la salud de las personas.
Cuba, por su parte, al adoptar y poner en vigor en el año 2014 el nuevo Código de Trabajo y su Reglamento determinó las obligaciones del empleador y en su artículo 146 establece que “El empleador es el responsable de la dirección, organización del proceso de trabajo y su control, para lo que debe asegurar el conocimiento por los trabajadores de sus atribuciones y obligaciones; garantizar las condiciones de trabajo adecuadas y el disfrute de los derechos reconocidos en la legislación de trabajo, así como desarrollar adecuadas relaciones con los trabajadores, basadas en la atención a sus opiniones y quejas, la protección a la integridad física, psicológica y el debido respeto a la dignidad de los mismos”.
De una forma u otra, todos los países cuentan con armas legales e institucionales para afrontar el problema en sus múltiples perspectivas, basados en el respeto a los derechos humanos tales como la dignidad, la honra, el honor, la integridad física y mental, que son atacados directamente en un ambiente de violencia laboral, sobre todo del orden psicológico, en su manifestación de acoso laboral, así como los llamados “de tercera generación” referidos a los derechos humanos de contenido económico y social, entre los que resaltan el derecho a la salud, a la seguridad y protección, aunque su jurisprudencia aún sea escasa a favor de la víctima de acoso y violencia  y de una práctica adecuada, en estado embrionario e incipiente.
Es importante continuar con la actividad divulgadora e informativa a todos los niveles, sobre todo, entre los operadores del derecho, en función de evitar la percepción incorrecta ante cierto avance legislativo en el país de que el problema esté resuelto y no se requiera un enfrentamiento directo a las causas y condiciones que lo generan e incluso que conllevan a su desarrollo en las relaciones laborales.
Se precisa de la labor coordinada y consciente de los especialistas, investigadores, profesionales para garantizar una doctrina que pueda proporcionar los principios, fundamentos y razones para que las normas que regulan la materia, proporcionen la debida  protección a la víctima, evitando por su ausencia o por “doctrinas falsas y negativas” consecuencias nefastas hacia la seguridad y salud de los trabajadores y trabajadores, ya que estas conducen a la confusión por parte de los jueces y en última instancia se traducen en indefensión para la víctima.
En el año 2003 se publicó un documento por OIT denominado “La violencia en el trabajo” con artículos escritos por diferentes autores y en su introducción el Director de la Oficina de Actividades para los trabajadores, sentenció lo siguiente “Todas las medidas instauradas para prevenir la violencia en el trabajo se deben acordar entre los empleadores y los representantes de los trabajadores, además de ser respaldadas por instrumentos legales nacionales e inspecciones del trabajo. Si no se dan respuestas efectivas y enérgicas al reto que supone eliminar la violencia en los lugares de trabajo, la misma continuará formando parte del entorno laboral de las futuras generaciones de trabajadores”.
En la Agenda hasta el 2015 no se podía observar por sí mismo el combate de este flagelo, hasta ahora que ya es epidémica la situación mundial, nadie escapa a la violencia en el trabajo, física y psicológica, por personal propio y ajeno a la organización y por tanto, dedicando en la ONU el pasado mes de septiembre, sus debates a la Agenda post 2015 hasta el 2030 y a los aspectos referidos al medio ambiente, observamos cómo en el ánimo de los que allí se pronunciaron, incluyendo al Papa Francisco, con una visión más próxima a la realidad, se plantearon los efectos que la violencia puede causar en la sociedad, venga de donde venga y en cualquier esfera, porque arrebatan vidas humanas, conciencias sociales, desarrollo sostenible y en fin el futuro de la humanidad.
En su intervención ante la ONU decía el Papa: “El abuso y la destrucción del ambiente, al mismo tiempo, van acompañados por un imparable proceso de exclusión. En efecto, un afán egoísta e ilimitado de poder y de bienestar material lleva tanto a abusar de los recursos materiales disponibles como a excluir a los débiles y con menos habilidades, ya sea por tener capacidades diferentes (discapacitados) o porque están privados de los conocimientos e instrumentos técnicos adecuados o poseen insuficiente capacidad de decisión política. La exclusión económica y social es una negación total de la fraternidad humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al ambiente. Los más pobres son los que más sufren estos atentados por un triple grave motivo: son descartados por la sociedad, son al mismo tiempo obligados a vivir del descarte y deben sufrir injustamente las consecuencias del abuso del ambiente. Estos fenómenos conforman la hoy tan difundida e inconscientemente consolidada «cultura del descarte».”


OTRO APORTE DE LA JORNADA POR LA NO VIOLENCIA DE GÉNERO

Acoso laboral: quedarse callada no es una opción
La edad, la procedencia social, el nivel de escolaridad, la cultura acumulada o la solvencia económica no son factores que puedan evitar o influir la ocurrencia de la violencia hacia las mujeres y las niñas. Cualquier mujer puede vivir situaciones de violencia por el solo hecho de ser mujer, pues la cultura machista y patriarcal se ha instalado por siglos en la civilización humana.
Así ocurre con el acoso laboral, un tipo de maltrato del cual no son ajenas tampoco las muchachas jóvenes, una vez que entran en contacto con ese entorno, como advierte Liset Mailen Imbert Milan, jurista de los Servicios de Orientación Jurídica del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).

¿Están expuestas las jóvenes al acoso laboral? ¿Cuáles son las formas más frecuentes en que se manifiesta?
Cualquier persona está expuesta a ser acosado en el entorno laboral, en sus diferentes manifestaciones, tanto en el sector público como en el privado. Tal vez lo más evidente, en el caso de las jóvenes, es el acoso sexual o con requerimientos sexuales, pero las nuevas formas de gestión, los altos niveles de competitividad, la crisis financiera y, por qué no, la transformación que también han tenido nuestros valores y la sociedad están permitiendo no solo nuevas manifestaciones de violencia, sino que una vez identificadas también aumenten las denuncias y es en este punto donde está el acoso psicológico en el entorno laboral.
Las jóvenes tienen exigencias especiales en relación con su edad, la relación que ello tiene con la reproducción y también por su belleza, apariencia física y el vestuario, aspectos que a veces son más importantes que el currículo o el resto de las motivaciones profesionales.
El acoso implica una permanencia en el tiempo y una determinada frecuencia, con conductas como evaluaciones excesivas, controles innecesarios, invasión de la vida privada, cuestionamientos a comportamientos y decisiones en el entorno laboral, llamadas de atención en público, no permitir las vacaciones o moverlas sin previo consentimiento de las trabajadoras; estas son algunas de las acciones que frecuentemente son denunciadas.

¿Existen herramientas legales en Cuba para detectar y denunciar estos casos?
Detectar implica conocer y esto a su vez está estrechamente relacionado con el conocimiento que se tenga o no del acoso por ambas partes (víctima y acosador), de cuáles son las conductas y hechos que pueden ser consideras como acoso. Considero que debieran de existir y, más que existir, implementarse instrumentos que permitan la detección temprana, la toma de decisiones y la ejecución de acciones efectivas en este sentido. La denuncia sí es posible; primero, por lo refrendado en nuestra Constitución en relación con los derechos, deberes y garantías de todos los ciudadanos cubanos según sea el caso, incluso por la vía penal. Pero ahora nos ocupa el entorno laboral y, en ese sentido, nuestro Código de Trabajo establece la obligación que tiene el empleador de velar por la integridad física, moral y psicológica de sus trabajadores. 
Todavía es insuficiente lo regulado en relación con el proceso y los medios de prueba permitidos por la ley, por una parte, y tenidos en cuenta desde la praxis, por otra, para demostrar los hechos de acoso. Soy del criterio que deberíamos instaurar lo que teóricamente y en varios países se denomina “inversión de la carga de la prueba”. Esto significa que prueba quien este en mejores condiciones de hacerlo. Son temas sensibles, ocurridos en la mayoría de los casos sin testigos, o los que están son “mudos”.
Debe primar siempre el principio “Indubio Pro Operario” (en caso de duda de cuál es la ley aplicable, siempre la más beneficiosa al trabajador) y velar no solo por la legalidad, sino también por los indicadores relacionados con la salud, la calidad de vida, la productividad y el clima laboral. Hacer un entorno laboral pacífico y libre de violencia es responsabilidad de toda y todos.

¿Cómo debe actuarse cuando ocurre?
Denunciar, siempre denunciar; quedarse callada NO es una opción; si no, ¿cómo se conoce?, ¿cómo tomar medidas? No es saludable atacar los efectos sin tener en cuenta las causas. En caso de acoso laboral, además de acudir al órgano de Justicia Laboral de Base y el resto de los factores presentes en las diferentes instituciones, se puede visitar la Fiscalía en todas sus instancias y niveles, el Cenesex, el Centro Oscar Arnulfo Romero e incluso la Policía, según sea el caso.

¿Cómo prevenirlo?

Con estrategias integrales e integradoras, que comuniquen desde un enfoque multidisciplinario las conductas que tipifican como acoso; las normas, deberes y derechos de trabajadores y directivos.
También con mejor organización de las estructuras empresariales y niveles de acceso y de comunicación, así como vías para denunciar los hechos considerados como violencia, acoso, discriminación y las instituciones competentes para resolverlo. Las estrategias comunicacionales deben construirse colectivamente, con participación de instituciones, ONGs y centros de investigación. Por otra parte, deben tenerse en cuenta las encuestas a víctimas y victimarios que permitan perfeccionar todo el trabajo desarrollado y futuro.

EN LA JORNADA POR LA NO VIOLENCIA DE GÉNERO

Traigo varios artículos publicados y escritos por diferentes autoras, por último publicaré mi colaboración.

¿Dónde están los hombres buenos?
Publicado: 30 nov 2017 15:52 GMT |

Yo fui violada a los catorce años. No es algo que haya querido recordar. Es una memoria desagradable y molestosa. Él tenía 21 años.
Era un conocido. Un amigo, pensaba yo. Pero, ¿qué hombre de 21 años es amigo de una niña de 14? Nunca conté a nadie sobre lo que sucedió en esos años, ni a mis padres ni a mis otros amigos. No sabía cómo interpretarlo ni explicarlo. No fue nada como de película o de un episodio de la Ley y el Orden. No utilizó armas más allá de su fuerza y cuerpo, y no fue violento en el sentido tradicional. No di mi consentimiento, pero tampoco resistí. Yo era gorda y muy insegura de mi cuerpo, y no había tenido otras experiencias con hombres. Pensaba tal vez que era así, tenía que ser así, como él quería y cuando él quería.
Luego no lo vi más. Me enteré años después de que se había muerto de una sobredosis de heroína. No sentí tristeza, sino que sentí rabia por no haberlo podido denunciar a tiempo. El 99 % de los violadores y abusadores sexuales nunca pagan por sus crímenes. Solamente en Estados Unidos, cada 98 segundos, alguien es víctima de la violencia sexual.
Yo personalmente no conozco ni una sola mujer que no haya sido víctima de la violencia sexual. Mi madre fue abusada por su padrastro. Una de mis mejores amigas fue violada tres veces cuando era adolescente; la primera vez a los 14, como yo.
Diariamente muchas mujeres son víctimas del acoso sexual en sus lugares de trabajo. Sufrimos de la discriminación por género. Ganamos menos del 70 % de lo que ganan los hombres, a pesar de nuestras niveles de experiencia, educación y capacitación. En las calles somos perseguidas, gritadas, acosadas y asaltadas. Recuerdo una vez cuando vivía en Mérida, Venezuela, hace como veintipico años, e iba caminando a mi casa de noche. Un hombre joven venía hacia mí con su mano estrechada, como para golpearme. Intenté correr pero me agarró y metió su mano entre mis piernas. Yo le pegué y grité, y él siguió caminando.
Solo me quería agarrar por la fuerza, y mostrarme que no era soberana.
No había cómo denunciarlo. Yo andaba sola, y de igual manera no hubiera pasado nada. Ni vi su cara, no sabía su nombre. Y así pasa con millones de mujeres todos los días en el mundo. Desconocidos nos agarran en la calle para adueñarse de nuestros cuerpos, aunque sea por unos segundos en la oscuridad de la noche. En la calle los hombres creen que las mujeres somos suyas. Y muchas veces en los hogares también.
Ni siquiera este trato termina cuando somos poderosas profesionales.
Hace poco, en una reunión con un colega, con quien me llevaba bien profesionalmente pero nada más, metió su mano por mi vestido y agarró uno de mis senos. Así de atrevido y abusador. Yo estaba hablando por teléfono y no podía gritarle, solo pude quitar su mano de mi cuerpo y darle una mirada de muerte. Luego se disculpó, diciendo que no podía resistirse. Como si eso fuera una excusa aceptable.
Yo sé que las experiencias de muchas mujeres son mil veces peores que las mías. Y la gran mayoría nunca denuncia a sus abusadores. Esas mujeres nunca cuentan a nadie lo que les ha sucedido. Guardan silencio, porque se sienten avergonzadas. Y sienten que nadie las va a creer. Y si las creen, igual no pasará nada.
Hace poco las Naciones Unidas publicó un informe devastador. La región de mayor violencia sexual en el mundo es América Latina y el Caribe.
El feminicidio –el asesinato de las mujeres por su género– está en un nivel alarmante. La región tiene las cifras más altas de violación contra las mujeres y las niñas. No existen suficientes leyes con contundencia en los países latinoamericanos y caribeños para garantizar justicia para las mujeres víctimas de la violencia sexual, y no hay suficiente reconocimiento a nivel cultural de este problema.
Esto tiene que cambiar
No todos los hombres son abusadores o depredadores. Lo sé. He conocido unos cuantos buenos, hombres de puro corazón y gentileza. Hombres que tratan bien a las mujeres, hombres que son verdaderos amigos y compañeros, caballeros sin ganas de dominar, violar o acosarnos. Pero no son suficientes. Son la minoría. Como madre soltera de un niño, mi tarea principal es criar un hombre bueno. Un hombre que respete a los demás, que trate bien a todos, sin discriminar. En mi caso, el problema no es lo que enseño a mi hijo en casa, es lo que aprende en el mundo.
El problema del acoso sexual y la discriminación contra las mujeres es amplio y profundo. Ahora, en Estados Unidos el tema está de moda. Y menos mal que es así, por fin.  Casi todos los días están saliendo nuevas acusaciones y evidencias contra hombres de poder –celebridades, periodistas, políticos, figuras públicas, Donald Trump– que han abusado de las mujeres durante años, y con plena impunidad y protección de sus empleos y sus patrocinadores. Mientras, las mujeres han sido silenciadas, despedidas, aisladas y disminuidas. Por fin las denuncias se escuchan. Por fin nos están comenzando a creer. ¿Por fin tendremos justicia?
No es suficiente despedir a un hombre de su empleo, o hacerlo renunciar de su profesión por haber acosado a una(s) mujer(es). No es suficiente marcarlo como un depredador sexual. La cultura tiene que cambiar. La misoginia sistemática del modelo patriarcal tiene que ser erradicada. La educación contra la mentalidad patriarcal comienza en casa, pero la sociedad tiene la responsabilidad moral y ética de poner fin a esta plaga.

La verdadera igualdad y la justicia social no existirán hasta que yo pueda llevar pantalones y ganar igual que un hombre. Será cuando yo pueda caminar por la calle sin miedo de ser asaltada, violada o gritada por ser mujer.