DECLARACIÓN
VISTOS los reiterados ataques de
Mauricio Macri y sus ministros, a los jueces
y abogados laboralistas, que es un ataque a la Justicia del Trabajo y a los derechos de los trabajadores, diversas asociaciones
sindicales, organismos
de Derechos
Humanos, asociaciones y agrupaciones de abogados, académicos
y personalidades vinculadas a la defensa del derecho social, que participamos o adherimos al acto realizado en el Hotel Bauen el 5 de julio del
corriente año, DECLARAMOS:
Que repudiamos enfáticamente
los reiterados agravios del ingeniero Mauricio Macri,
Presidente de la Nación,
a los abogados y abogadas laboralistas y a los magistrados de la Justicia del Trabajo, a los que con ligereza e irresponsabilidad involucra
en una supuesta “mafia”,
responsable de la desocupación, la marginación,
el cierre de empresas, los despidos, la falta de inversiones,
el trabajo no registrado y, en general, de todos los males
que sufre el país.
Que tenemos
claro que tales ataques sólo pretenden enmascarar una nueva y feroz ofensiva
contra los derechos de los trabajadores, contando para ello con la evidente
complicidad de la mayoría de los medios de comunicación, que generosamente y
sin derecho a réplica reproducen los falaces slogans gubernamentales, que por
repetidos terminan pareciendo verdaderos.
Que la
reiteración casi obsesiva de los agravios a los abogados laboralistas y a los
magistrados de la Justicia del Trabajo, desnuda el pensamiento íntimo del
ingeniero Macri, el que sueña con un país con una Justicia dócil y sumisa, que
no trabe con medidas cautelares o sentencias los actos de gobierno, estén o no
ajustados a nuestro ordena- miento jurídico. Su intento de nombrar jueces de la
Corte Suprema de Justicia, por decreto y “en comisión”, es la mejor prueba de
ello.
Que en esa
misma dirección aparecen los numerosos pedidos de Juicio Político a jueces del Fuero
Laboral, presentados por funcionarios del Poder Ejecutivo en el breve plazo de
diez días, por medidas cautelares que irritaron al gobierno. La intención de
atemorizar a los magistrados, por lo evidente, pasa a ser grosera.
Que esta
verdadera cruzada que ha emprendido el titular del Poder Ejecutivo en persona,
poniendo en la mira a jueces y abogados, coloca en cuestión el principio
republicano de la división de Poderes y el sistema de equilibrio y controles
recíprocos que ha previsto la Constitución Nacional. En ese marco, nuestras
libertades, derechos y garantías, sin exageración, están en peligro.
Que el
modelo social y económico de claro tinte neoliberal que el gobierno pretende
aplicar en el país, es incompatible con el funcionamiento de una Justicia del
Trabajo cuyo objetivo primor- dial sea bajar a la realidad los derechos de los
trabajadores. Como resulta impensable su eliminación, la idea es su desactivación,
atacando a los abogados laboralistas que son el nexo entre los trabajadores y
la Justicia Laboral, y controlando mediante el temor, a los jueces del Fuero.
Que la
represión parece inevitable, ya que el
ajuste estructural intensificará, tarde o temprano, el descontento popular. No
nos referimos exclusivamente a la represión “clásica” contra los piquetes y
cortes de calles, sino también al ataque
a las organizaciones sindicales y a los movimientos sociales, demonizando a sus
dirigentes, interviniéndolas directa o solapadamente, desfinanciándolas,
judicializando a opositores políticos o sindicales, etc. Todo ello acompañado
convenientemente con un intenso bombardeo mediático.
Que el
gobierno levanta la bandera de la mejora de la “productividad laboral”, que
es un eufemismo que los trabajadores conocen bien y que significa desregulación
y flexibilización laboral. Para decirlo más claro, significa despojo de los
derechos de los trabajadores y mayor explotación. Significa someter a las
organizaciones sindicales al chantaje de tener que modificar a la baja sus Convenios
Colectivos, para supuestamente lograr incentivar
las inversiones en el sector y la hipotética creación de puestos de trabajo.
Que una
impresionante maquinaria comunicacional al servicio del gobierno, trabaja sin
descanso durante 24 horas creando ficciones que nos vende como realidad.
Construye sentido común y opinión pública, para imponerle a la sociedad su
propia representación del mundo, colocando en el terreno de la irracionalidad
cualquier divergencia. Nos hacen mirar la realidad a través de los ojos del
poder. Sólo así se puede entender que algunos tomen como natural y bueno que
los gerentes de los grandes grupos económicos y financieros ocupen los
principales cargos del Poder Ejecutivo.
Que se
equivoca el gobierno de los gerentes si cree que el pueblo y los trabajadores
argentinos serán meros espectadores del atropello a sus derechos. Somos una
sociedad compleja, portadora de una cultura de luchas, con capacidad de organización
y de resistencia, y con memoria histórica.
Que, por tal
motivo, nos comprometemos a coordinar acciones para enfrentar esta ofensiva
contra la Justicia del Trabajo y los derechos de los trabajadores, denunciando
al gobierno argentino en todas las instancias internacionales que correspondan
(OIT, ONU, CIDH, etc.) y sin perjuicio de articular todas las medidas que
resulten apropiadas para frenarla.
Buenos Aires,
5 de julio de 2017