Me di, entonces, a la tarea de buscar otros abordajes en las redes globales y encontré que algunos psicólogos, sociólogos, investigadores de los Centros de Investigaciones cubanos, han trabajado en varios conceptos importantes y aunque no tengo todas las respuestas a mis interrogantes, al menos ya vamos acercando el dicho al hecho, sobre todo, el rol de la familia en el enfoque de género y la participación de la mujer en el entorno laboral, su doble inserción "laboral", una extra-muros y otra al interior de su casa. Cuántos temas interesantes se analizan y provocan el interés de la lectura y el fin de encontrar soluciones al mediano plazo a la importancia que tiene, al menos en Cuba, la mujer en los ámbitos laborales, teniendo en cuenta que somos la mitad de la población, el 60% de los cubanos y cubanas con nivel universitario y el 70% del personal de la salud y de la educación. Vale la pena dedicarle tiempo y esfuerzos.
Familias cubanas en
transición: enfoques, polémicas y desafíos
"Si queremos
entender la sociedad cubana en materia familiar, tenemos necesariamente que
avanzar hacia otras miradas y reconocer la familia en su diversidad y
complejidad".
Resolver
el divorcio entre lo público (papel social) y lo privado (el hogar), es uno de
los principales desafíos de la mujer cubana.
"No ha sido
establecido, no es un modelo que impera, sino que lucha contra las formas
tradicionales de relaciones familiares heredadas del modelo patriarcal.
Precisamente, la impronta de esta contradicción marca la emergencia de un nuevo
modelo más democrático, dialógico, intergeneracional y que se afianza en cambios
estructurales".
El tamaño de la
familia cubana ha disminuido, lo que ha ido acompañado de un replanteamiento de
los propios límites del concepto de familia. "Se fortalece como subsistema
de parentesco y lo cohabitacional cede. Así lo demuestran las nuevas
configuraciones familiares, donde encontramos las llamadas uniones de techo
abierto. El vínculo de la relación familiar y de pareja se mantiene y el
espacio tradicional de hogar no", dijo.
En este sentido
mencionó el impacto de la migración y la creación del hogar "glocal",
que es aquel que se construye por las familias en situación de
transnacionalidad cuando uno de los miembros abandona el hogar tradicional.
"Sin embargo siguen siendo una familia que estructura nuevas relaciones y
estrategias familiares a distancia".
"Una de las
cuestiones que distingue a la familia cubana es su creatividad en el diseño de
estrategias familiares de enfrentamiento, ante situaciones que convocan el
esfuerzo familiar. Estas van desde el papel y la ampliación de la familia como
unidad productiva en el sector no estatal hasta otras que refuerzan las redes
familiares en Cuba y el exterior".
¿Es bueno o malo este
modelo; es lo que queremos? "De-pende siempre de lo que se logre en
materia de relaciones familiares y su conexión con la sociedad",
puntualizó la investigadora.
Tomé
entonces de otra entrevista, esta pregunta tan interesante:
¿Cuál es la perspectiva de la relación
familia-sociedad, desde el punto de vista de la función socializadora,
formadora del ciudadano que se aspira, en contradicción con un contexto de
marcado envejecimiento poblacional, disminución de fuerzas productivas y un
escenario económico que demanda mayor productividad para la mejora de condiciones
de vida?
Isabel Louro Bernal: Las políticas sociales deben atender
mejor la relación familia‐sociedad
en su justa expresión y en sus diferentes ámbitos. En Cuba se están
desarrollando acciones a nivel de la dirección del Estado y el Gobierno y en
particular en los organismos implicados con la educación y atención a la
familia.
No
se puede pretender que solamente la familia, como institución social, pueda
revertir procesos de envergadura a escala social como el envejecimiento
poblacional, la disminución de fuerzas
productivas, los problemas de educación, migración, etc. Estos procesos
demográficos, económicos, educativos son expresiones de complejas interacciones
sociales. La familia no está aislada de las influencias de los determinantes
sociales de los diversos contextos en los que se desarrollan sus integrantes y
se enfrenta a la vida cotidiana con las más
crudas expresiones de las crisis sociales, ya que en tanto instancia de
intermediación social, en ella impactan los cambios muy rápidamente y con gran
intensidad.
No
se trata de ver la familia como víctima, tampoco de justificar deformaciones en
la formación individual, ilegalidades, ni doble moral. En la familia se cumplen
importantes funciones y a ella le toca una buena parte de la construcción
social, de la identidad de nación, de la transmisión de valores culturales e
históricos, de la formación de un buen ser humano, lo cual no se da en un ideal
hipotético, como si la familia no la integraran personas partícipes de la
trayectoria de esta sociedad, que refleja los momentos históricos del
desarrollo de nuestro modelo social, lo que determina contenidos y formas
diversas de cumplir esas funciones, en correspondencia con el estrato social y
el modo de vida familiar.
El
fomento paulatino de la producción en el país, la capacidad de sostenimiento y
desarrollo de la familia, con sus propios esfuerzos y en el territorio
nacional, recuperará la posibilidad de establecer proyectos de vida personales
y de unidad familiar para un futuro compartido, lo que potenciará la relación
familia–sociedad en una dirección muy favorable que impactará otras esferas de
la sociedad.
La
mejora de las condiciones de vida y trabajo, de educación, salud, seguridad y
asistencia social, la estimulación laboral y salarial, la apertura a la
inversión y al retorno del emigrado cubano, con políticas inclusivas, de
equidad, que atiendan las diferencias, debe estimular la fecundidad, mejorar la
calidad de vida familiar, la fragilidad propia de los adultos mayores, revertir
procesos de desmotivación por el trabajo y de desarraigo.
Y
por último, otro investigador Ramón Rivero Pino dice lo siguiente:
La
sociedad cubana debe prestar atención especialmente a:
·
Potenciar
la conciencia crítica sobre el rol de hombre y mujer, identificando las
expropiaciones que estos han sufrido a través de la historia. El contenido de
los roles masculino y femenino ha sido permeado por un conjunto de normas y
expectativas socialmente establecidas que han limitado el desarrollo de estos
como personalidades autónomas y coherentes.
·
Desarrollar
conciencia crítica en relación con la contradicción entre lo asignado
culturalmente a la constitución de los roles familiares y lo que de ello
favorece o no al desarrollo humano. En este sentido, el contenido de los roles
familiares y de género se distancia de las características objetivas
observables que favorecen su relación. Es importante lograr que las personas
identifiquen los puntos de ruptura entre estos elementos para que estén en
capacidad de encontrar las soluciones correspondientes.
·
Generar
espacios de reflexión grupal sobre la influencia de la problemática de género
en las pautas de crianza familiar (comunicación, límites-autoridad, espacios,
entre otras) que permitan cuestionarse algunas distorsiones frecuentes y
elaborar posibles vías de solución. Las pautas tradicionales de crianza
familiar no influyen siempre positivamente en la relación entre los diferentes
miembros de las familias, y específicamente esta dificultad se puede encontrar
asociada a los estereotipos de género ya que las formas y estilos educativos
respecto al sexo y género varían, lo que genera malestares y hasta sufrimientos
que derivan en conductas no deseadas con las consiguientes afectaciones
psicológicas y sociales en general.
·
La
conciencia crítica grupal en relación con la contradicción entre las
potencialidades del poder en nuestro sistema social como vía para promover la
equidad de género y el insuficiente despliegue de estas potencialidades en las
relaciones entre hombres y mujeres a nivel de vida cotidiana. A nivel de vida
cotidiana las diferentes formas del poder: económica, política, ideológica,
reproducen los estereotipos y tabúes sexistas, y a pesar de lo jurídicamente
proclamado y de lo políticamente llevado a la práctica de nuestro proyecto
social, muchas personas no reconocen el contenido de esta contradicción y
promueven formas discriminatorias.
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