El FMI pide bajar pensiones por “el riesgo de que la gente viva más de
lo esperado”
El envejecimiento de la
población es un reto conocido. Y a eso dedica un extenso análisis el Fondo Monetario Internacional,
en un adelanto de los documentos de su cumbre semestral. Lo que llama la
atención es la agresividad y crudeza con la que pone de relieve el problema. El
Fondo reclama, entre otras medidas, que se recorten las prestaciones y se
retrase la edad de jubilación ante "el riesgo de que la gente viva más
de lo esperado". Y también propone soluciones de mercado para mitigar
ese "riesgo".
Es lo que los economistas bajo
la batuta del español José Viñals llaman “riesgo de longevidad”. Y dan una
cifra para poner en contexto. “Si el promedio de vida aumenta tres años más de
lo previsto para 2050, el coste del envejecimiento -que ya es enorme
para los Gobiernos, las empresas, aseguradoras y particulares- aumentaría un
50%” en las economía avanzadas tomando como referencia el PIB de 2010.
Para los países emergentes,
ese coste adicional sería del 25%. En términos absolutos, se disparará el coste
previsto en decenas de billones de dólares a escala global. Eso su pone una amenaza
para sostenibilidad de las finanzas públicas al disparar los niveles de
endeudamiento público en una proporción similar. En paralelo, es un riesgo para
la solvencia de las entidades privadas. Según ha explicado el propio Viñals en
la rueda de prensa en la que ha presentado el informe, “vivir más es bueno,
pero conlleva un riesgo financiero importante". "Nos va a costar más
como individuos, a las corporaciones y a los Gobiernos. Por eso debemos
preocuparnos ahora por los riesgos de la longevidad, para que los costes no nos
atosiguen en el futuro”, ha comentado Viñals, responsable del departamento de
Mercado de Capitales.
Tanto el sector público como
el privado llevan años preparándose para amortiguar el impacto financiero del
envejecimiento. Pero el FMI cree que se subestimó la evolución demográfica
de la población y eso pesará “más de lo esperado” en un balance que en
ambos casos están ya de por si debilitados. Eso, por tanto, amenaza con
exacerbar su vulnerabilidad frente a otras crisis.
Si el promedio de vida aumenta
tres años más de lo previsto en 2050, el coste subiría un 50%”
Christine Lagarde, directora
gerente de FMI, quiere que la reunión de primavera en Washington sirva para
mirar hacia delante. En este contexto, exige a los Gobiernos que reconozcan que
el envejecimiento les puede crear un serio problema en el futuro y que
es un riesgo. Para neutralizar sus efectos, recomienda combinar el aumento de
la edad de la jubilación con otras medidas.
Para el retraso de la edad de
jubilación, propone que se ligue a la esperanza de vida, de modo que el
número de años en que los jubilados cobran la pensión no aumente. En la
reciente reforma española del sistema de pensiones que retrasaba la edad de
jubilación a los 67 años de forma progresiva ya se prevé un mecanismo de este
tipo, llamado factor de sostenibilidad. Así, la ley prevé que las variables
clave del sistema de pensiones (como la edad de jubilación) se revisen cada
cinco años a partir de 2027 en función del aumento de la esperanza de vida.
Pero ese retraso no basta. El
Fondo cree que hay que tomar más medidas y cita entre ellas el recorte de
las pensiones, el aumento de las cotizaciones y la posibilidad de que los
Estados contraten con aseguradoras privadas la cobertura de ese "riesgo de
que la gente viva más de lo esperado". Así, el informe de estabilidad financiera
plantea que se recurra a los mercados de capitales para que se
transfiera el riesgo de la longevidad de los planes de pensiones a las
instituciones que tienen más capacidad para gestionarlo.
Los economistas del organismo
plantean también que los propios individuos aumenten su ahorro a través
de planes de pensiones, recomienda que se facilite o incluso obligue a
contratar rentas vitalicias y también apoya el uso de las hipotecas inversas,
por las que la casa en propiedad se entrega en el momento de fallecimiento a
cambio de recibir hasta ese momento una renta por ella. El Fondo también pide más
transparencia a los países a la hora de informar sobre la tendencia del
envejecimiento y como se están preparando para financiar la jubilación.
El FMI concluye recordando que
todas estas reformas “tardarán años en dar fruto” y cualquier retraso en
el proceso dificultará hacer frente al reto como es debido. “Prestar atención
al envejecimiento de la población y al riesgo de la longevidad adicional forma
parte del conjunto de reformas necesarias para restaurar la confianza en la
viabilidad de los balances del sector público y privado”, remacha.
Y ESTA
OTRA NOTICIA ES UNA JOYA DE LA INSENSATEZ
El nuevo Gobierno japonés de Shinzo Abe apenas ha tardado
un mes en ser noticia. El primer ministro, cuyos principales retos son
enderezar la economía del país, al borde de la recesión, definir su modelo
energético y apurar la reconstrucción de las zonas devastadas por el tsunami de
2011, ha visto este lunes cómo el titular de Finanzas llevaba hasta límites
intolerables la política de austeridad del Ejecutivo. Taro Aso, responsable del
área económica, pidió a los ancianos del país que "se den prisa en morir" para que de esta manera el Estado
no tenga que pagar su atención médica. Dichas declaraciones han sido recibidas
como un insulto en un país con una sensibilidad especial hacia la tercera edad
y donde casi una cuarta parte de sus 128 millones de habitantes son mayores de
60 años. Se calcula que la proporción aumentará hasta el 40% en los próximos 50
años.
"Dios no quiera que ustedes se vean obligados a
vivir cuando quieran morir. Yo me despertaría sintiéndome mal sabiendo que todo
[el tratamiento] está pagado por el Gobierno", dijo Aso durante una
reunión del Consejo Nacional sobre la reforma de la Seguridad Social, según
informa el diario británico 'The Guardian'. "El problema no se resolverá a
menos que ustedes se den prisa en morir", remachó.
Aso, de 72 años de edad y que también ejerce como
viceprimer ministro, se mostró personalmente en contra de los cuidados
paliativos. "Yo no necesito ese tipo de atención", enfatizó el
dirigente en declaraciones citadas por la prensa local, agregando incluso que
ha escrito una nota en la que instruye a su familia para, llegado el momento,
no prolongar su vida con tratamiento médico. El ministro fue un poco más allá
en su ofensa al referirse a los ancianos que ya no pueden alimentarse a sí
mismos como "gente de tubo". Aso añadió que el Ministerio de Salud y
Bienestar es "muy consciente de que cuesta varias decenas de millones de
yenes" al mes el tratamiento de un solo paciente en las etapas finales de
la vida.
El cuidado de las personas mayores es un reto importante
para Japón. Según un informe hecho público esta semana, el número de hogares
que reciben asistencia social, que incluyen a algún miembro de 65 años o
mayores, se cifra en más de 678.000, aproximadamente el 40% del total. El país también
debe hacer frente a un aumento del número de personas que mueren solas, la
mayoría ancianos. Más de 4,5 millones de mayores vivían solos en 2010, y el
número de los que murieron en el hogar aumentaron un 61% entre 2003 y 2010,
según la Oficina de Bienestar Social y Salud Pública.
Aso, quien se ha mostrado propenso a cometer deslices
verbales a lo largo de su carrera política, intentó aclarar más tarde sus
comentarios. El ministro reconoció que su lenguaje había sido
"inadecuado" en un foro público e insistió en que estaba hablando
sólo de sus preferencias. "Dije lo que personalmente creo, no cómo el
sistema de atención médica para los últimos años de vida debería ser",
apuntó a la prensa. "Es importante que usted sea capaz de pasar los
últimos días de su vida en paz".
No es la primera vez que Aso, uno de los de los políticos
más ricos de Japón, ha cuestionado el deber del Estado en relación a la
población anciana. En 2008, mientras ejercía como primer ministro, calificó de
"chochos" a los pensionistas que deben cuidar mejor de su salud. "Veo
a gente de 67 ó 68 años constantemente ir al médico", soltó en una reunión
de economistas. "¿Por qué tengo que pagar por las personas que sólo comen
y beben y no hacen ningún esfuerzo? Yo ando todos los días y hago otras cosas,
pero yo voy a pagar más impuestos".
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