Una responsabilidad corresponde a las cadenas de alimentos rápidos, que provocan un aumento de peso apreciable y vertiginoso en las personas, desde los años infantiles y por eso hay que combatir la ingesta de azúcares, de grasas y reservarse para una vida más sana, con ejercicios y alimentación natural. Los dejo con la noticia, que como dije, no por los meses transcurridos, deja de ser noticia en el mundo. Fue tomada de la página web de la Organización Mundial de la Salud.
Julio 2015:
Epidemia de obesidad y sobrepeso vinculada al aumento del suministro de energía
alimentaria - estudio
Ginebra,
1 de julio de 2015. La obesidad, un problema de salud mundial, está aumentando
en muchos países en sintonía con el crecimiento del suministro de energía
alimentaria, según un estudio publicado hoy en el Boletín de la
Organización Mundial de la Salud.
El
estudio, llevado a cabo por autores establecidos en Nueva Zelanda y Estados
Unidos de América, analiza el aumento del suministro de energía alimentaria y
la obesidad en 69 países (24 de ingresos altos, 27 de ingresos medios y 18 de
ingresos bajos) y llegó a la conclusión de que tanto el peso corporal como el
suministro de energía alimentaria habían crecido en 56 (81%) de ellos entre
1971 y 2010. En 45 (65%) países, el crecimiento en calorías disponibles era más
que suficiente para explicar el simultáneo aumento del peso corporal.
«Sabemos
que existen otros factores que también han cambiado durante estas décadas, como
por ejemplo un aumento de la población, la dependencia del coche y los trabajos
sedentarios, que también contribuyen a la epidemia de obesidad global», explicó
la autora principal Stefanie Vandevijvere, investigadora principal de salud
mundial y política alimentaria en la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda. «Sin
embargo, nuestro estudio muestra que el exceso de oferta de las calorías
disponibles es el probable causante del consumo excesivo de esas calorías y
puede explicar con facilidad el aumento de peso que se ve en la mayoría de los
países», añadió.
El
crecimiento medio en el suministro de energía alimentaria era diferente según
el país, y algunos de estos niveles eran sorprendentemente altos. Por ejemplo,
el suministro de energía alimentaria en Canadá creció en 559 calorías por
persona por día entre 1971 y 2008. En Estados Unidos de América y Fiji, era de
768 y 550 calorías en un periodo similar. Estos crecimientos sobrepasaban por
mucho lo que se necesitaba para explicar la subida de peso experimentada por
cada país, lo que hacía suponer que los desechos de comida también habían
aumentado de forma sustancial.
«Durante
décadas, una gran parte del aumento en calorías disponibles ha provenido de los
productos alimenticios altamente procesados, que son muy apetecibles,
relativamente baratos y muy anunciados, lo que hace que el consumo excesivo de
calorías sea algo muy sencillo», aseguró Vandevijvere.
El
estudio es importante porque proporciona más pruebas de que el gobierno tiene
que implementar políticas que logren un suministro de comida más sano y, a su
vez, reduzcan la obesidad, que es un factor de riesgo para muchos problemas de
salud como la diabetes, los problemas del corazón, los infartos y algunos tipos
de cáncer.
Los 194 estados miembro de la OMS acordaron el
Plan de Acción Mundial para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles
en la Asamblea Mundial de la Salud de mayo de 2013.
Uno
de los nueve objetivos voluntarios del plan es «detener el crecimiento de la
diabetes y la obesidad». También se proponen medidas que los países puedan
tomar para afrontar la obesidad, entre las que se incluyen la gestión de las
subvenciones alimentarias y los impuestos para promover una dieta sana.
«Los
países tienen que prestar atención a cómo guían el sistema alimenticio. Esto
significa trabajar con varios sectores, incluyendo la agricultura, la
producción de alimentos, las industrias de distribución y minoristas, la salud,
la asistencia social y la educación», explicó el Dr. Francesco Branca, director
del Departamento de Nutrición para la Salud y el Desarrollo de la OMS.
Se
necesita una combinación de políticas, incluyendo una restricción de la
comercialización de alimentos que no sean sanos para los niños, etiquetas
nutricionales suplementarias en la parte frontal de los paquetes, estrategias
en el precio de los alimentos y una mejora de la calidad nutricional de los
alimentos en las escuelas y otros establecimientos del sector público.
«También
necesitamos considerar cómo afectan a los entornos alimenticios domésticos los
acuerdos de comercio e inversión y las políticas agrícolas, las dietas y los
cuadros clínicos en los países», dijo Vandevijvere.
Vandevijvere
y sus compañeros compararon datos del suministro de energía alimentaria y el
peso corporal medio de un adulto en 69 países de la base de datos de la
Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por
sus siglas en inglés) y otras bases de datos, incluida la base de datos mundial
de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en relación con el índice de masa
corporal (IMC) entre 1971 y 2010. La FAO calcula el suministro alimentaria de
los países sopesando la producción local, las reservas de todo el país y las
importaciones con sus exportaciones, el uso agrícola del ganado, las semillas y
algunos componentes de residuos. Se suelen tener en cuenta los residuos del
cultivo y durante la distribución y procesado, pero no las pérdidas de
alimentos comestibles, tales como el pienso de los animales domésticos, las
sobras de los platos y otros alimentos que se acaban desechando.
Entre
1980 y 2013, la proporción global de adultos con sobrepeso, es decir, aquellos
con un IMC de 25 kg/m2 o más, aumentó de 28,8% a 36,9% en hombres y de 29,8% a
38% en mujeres. Una persona con un IMC de 30 o más se considera obesa.
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