Las mujeres de
América Latina y el Caribe ganan un 19% menos que los hombres, quedan excluidas
de los cargos directivos y asumirán cada vez más horas de trabajo no remunerado
a medida que la población envejezca, revela el informe Desarrollo Humano 2015
de Naciones Unidas.
El estudio, presentado hoy en la capital de
Etiopía, apuesta por la igualdad salarial, la regulación de licencias
parentales dignas y el fin del acoso laboral para no excluir a las mujeres del
trabajo remunerado, especialmente en Latinoamérica.
La mayor carga que las mujeres asumen en
trabajos del hogar y de cuidados familiares respecto a los hombres representa
un obstáculo que dificulta su acceso al mercado de trabajo remunerado.
Según el Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), las disparidades en el ámbito del trabajo no pagado entre
ambos sexos tenderán a aumentar a medida que la población latinoamericana
envejezca.
Las mujeres de esta región, quienes asumen
en general la carga de cuidados familiares, realizarán cada vez más horas de
trabajo sin cobrar ningún salario a cambio, con más frecuencia también que en
otras zonas donde existe una buena cobertura de pensiones.
Así, las mujeres de América Latina y el
Caribe deberán hacer frente al "triple desafío" de trabajar fuera de
casa, cuidar de sus propios hijos y, cada vez más, de los ancianos, subraya el
informe.
En el mercado laboral formal y remunerado
también persisten las desigualdades entre hombres y mujeres, que de entrada
cobran un 19% menos que los varones.
Más de la mitad de las empresas de toda la
región no tienen a ninguna mujer ocupando un cargo directivo, y las que lo
logran ganan un 53% menos que sus homólogos varones.
América Latina y el Caribe cuentan con la
mayor proporción de trabajadores domésticos, un 37% del total mundial, en su
mayoría mujeres.
Al igual que en el resto del planeta, las
mujeres latinoamericanas tienen más dificultades que los hombres para abrir sus
propias empresas pero, cuando lo hacen, un número
"desproporcionadamente" elevado de sus compañías no logran salir
adelante ni consolidarse, se avisa en el documento del PNUD.
Esta zona del mundo, no obstante, presenta
la menor brecha entre el índice de desarrollo humano (indicador que mide los
ingresos, la longevidad y la educación) de mujeres y hombres (un 2,4% frente al
7,6% a escala mundial).
En
esa línea, las mujeres de América Latina y el Caribe son las que más escaños
ocupan en el mundo, aunque este hito represente un raquítico 27 % de los
asientos parlamentarios, cerca de seis puntos por encima de la media global.
Otro de los desafíos de la región es el de
reducir la diferencia salarial entre las etnias indígenas y el resto de la
población, del 38% actualmente.
La expansión de las tecnologías digitales
en el mercado laboral caribeño y latinoamericano, la mayor del mundo en desarrollo,
será fundamental para crear oportunidades de empleo para todos los miembros de
la sociedad.
En el informe presentado hoy en Adis Abeba,
bajo el título "Trabajo al servicio del desarrollo humano", el PNUD
insta a mirar más allá del empleo y a tener en cuenta los numerosos tipos de
trabajo que existen, como los cuidados familiares, el voluntario o el creativo.
La ONU llama a gobiernos, empresas y
actores sociales a abordar estrategias orientadas a crear oportunidades de
trabajo y garantizar el bienestar de los trabajadores.
Con esta finalidad, pide que en las
políticas laborales se tenga en cuenta a todos los miembros de la sociedad,
especialmente a aquellos que trabajan fuera del sector formal, en la puesta en
marcha de un pacto mundial, el "Programa de Trabajo Decente".
Todavía hoy, 830 millones de personas son
trabajadores pobres que viven con menos de 2 dólares al día, y más de 200
millones de personas, 74 de ellas jóvenes, están desempleadas.
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