MANIFIESTO "MÁS
MUJERES PARA UNA MEJOR JUSTICIA CONSTITUCIONAL"
MÁS MUJERES PARA UNA MEJOR JUSTICIA CONSTITUCIONAL
POR UN MÍNIMO EQUILIBRIO DE GÉNERO EN EL TC
Si la Constitución es la gran norma que define lo que un país ha
decidido ser, entonces el Tribunal Constitucional, órgano encargado de su
interpretación en caso de conflicto, ha de tener una composición equilibrada
que refleje el pluralismo real de la sociedad. Eso explica que los órganos
encargados de la designación de sus miembros, Congreso, Senado, Gobierno y
CGPJ, procuren de ordinario tomar en consideración, dentro de una bolsa de
candidatos que reúnan las condiciones de excelencia que se exigen para su
labor, la orientación política o ideológica y la procedencia profesional (no
sólo limitada a Magistrados y Catedráticos sino abierta a abogados y juristas
de reconocido prestigio de cualquier orden según el artículo 159.2 de la propia
Constitución) y territorial, a modo de unas tácitas cuotas que no están, sin
embargo, fijadas en ninguna norma. Nada tiene de extraño, dado que el Tribunal
Constitucional, tal y como quedó diseñado, cumple una función que es
técnico-jurídica pero también es política: a más pluralidad, más amplitud de
perspectiva.
Dentro de esa pluralidad que merece estar reflejada en la composición
del Tribunal Constitucional debe también ponderarse el género. Poderosas
razones militan a favor de impedir un marcado desequilibrio entre magistrados
varones y mujeres. Una de ellas es la de promover y visualizar la igualdad
entre hombres y mujeres también en este órgano constitucional. Pero más
importante es la de cuidar el propio Tribunal Constitucional y hacerlo lo mejor
posible: porque más que de una reivindicación a favor de las mujeres se trata
de una exigencia a favor de la calidad de la justicia constitucional. Estamos
convencidos de que una composición más equilibrada entre hombres y mujeres
garantizaría una justicia constitucional más parecida a la que reclama la
sociedad y más fiel a la Constitución. Existen conflictos constitucionales
sobre temas sensibles en los que la perspectiva de la mujer es singularmente
capaz de poner el foco en aspectos, lógicas o intereses que, sin dicha
perspectiva, no serían contemplados en su cabal exactitud.
No sólo eso. En realidad lo que reclamamos no es imponer de manera
forzada un sesgo que distorsione la naturaleza de los nombramientos. Es justo
al contrario: apreciamos que en la actualidad, todavía, existe una inercia, un
sesgo de género, que es el que explica que, pese a existir en la Universidad,
en la abogacía, en la judicatura, y en el mundo del Derecho en general un
protagonismo cada vez más parejo entre hombres y mujeres, la actual composición
del Tribunal Constitucional resulte tan desequilibrada en la relación entre varones
y mujeres.
Propugnamos, pues, superar una anomalía, y a tal fin hacemos un sincero
llamamiento a todos los partidos políticos que han de intervenir en la
selección y nombramiento de los magistrados del Tribunal Constitucional, y en
concreto al Senado, que tiene ahora esta responsabilidad histórica, para que,
sin demérito alguno de la excelencia como juristas, y sin desatender otros
aspectos como los ideológicos, los profesionales y los territoriales, ponderen
la necesidad de una mayor presencia de mujeres en la justicia constitucional:
no menos de un tercio de cada género, es nuestra propuesta para una renovación
justa del TC
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