Cuba logra su más baja tasa de mortalidad infantil:
4,0
Si decimos que por décimo año consecutivo Cuba mantiene su tasa de
mortalidad infantil por debajo de cinco por cada mil nacidos vivos, ya es razón
suficiente para festejar.
Pero saber que los motivos van más allá, constatar que el país
alcanzó al cierre del 2017 la tasa de mortalidad infantil más baja de su
historia, con 4,0 por cada mil nacidos vivos, es extraordinario.
Así lo corroboran datos preliminares ofrecidos a Granma por
la Dirección de Registros Médicos y Estadísticas de Salud, los cuales refieren
que en el recién finalizado año, ocurrieron 114 980 nacimientos, 1 892
menos que en el 2016 y se produjeron 465 defunciones en niños menores de un año
–32 menos que en el 2016– que es el menor número de muertes hasta el momento
registrado.
Y si a alguien le queda dudas de cuánto ello representa, quizá sea
ilustrativo constatar en qué medida se han reducido las muertes de nuestros
niños, que en el año 1970 ascendían a 9 173 fallecimientos, con una tasa de
mortalidad infantil de 38,7.
«Exhibir este indicador representa, ante todo, el esfuerzo, sacrificio,
entrega y compromiso de miles de profesionales que laboran en los servicios de
atención materno infantil del país. Nos habla de la unidad constante de los
cuadros en el sistema de salud y de un trabajo sistemático entre cada una de
sus áreas. Es la expresión de la intersectorialidad en función del derecho a la
vida. Un regalo de felicidad de los trabajadores de la salud pública a las
familias cubanas y a la dirección histórica de la Revolución», expresó el
doctor Roberto Álvarez Fumero, jefe del Departamento Materno Infantil del
Ministerio de Salud Pública (Minsap).
Este 1ro. de enero, mientras se festejaba en casa, o con amigos y
familiares, los trabajadores del área de estadísticas del Minsap disfrutaban la
realidad de un número, que si algo denota, es el desvelo cotidiano de otros
tantos profesionales de la salud que cada día guardan, con celo permanente, los
derechos sexuales y reproductivos; y los derechos de los niños y niñas en esta
Isla del Caribe.
Indicadores
·
Obtienen las tasas más bajas de mortalidad infantil las provincias:
Sancti Spíritus (2,0), Pinar del Río (2,1), Camagüey (3,0), Holguín (3,3),
Artemisa (3,7), Ciego de Ávila (3,8).
·
Diez territorios muestran las tasas elevadas: Matanzas (5,7), Mayabeque
(5,3), Guantánamo (4,7), Isla de la Juventud (4,7) Granma (4,7), Villa Clara
(4,6), Cienfuegos (4,4), La Habana (4,4), Las Tunas (4,2), y Santiago de Cuba
(4,0).
·
Se reduce la mortalidad neonatal (menores de 28 días de vida) de 2,4 a
2,1 por cada mil nacidos vivos.
·
Por cada defunción infantil sobreviven 231,6 niños menores de un año.
·
Reducción de la tasa de mortalidad por Afecciones perinatales de 1,5 a
1,3, y dentro de ellas las causas relacionadas con la prematuridad: Enfermedad
de Membrana Hialina, la hemorragia intraventricular y la hemorragia pulmonar.
·
La tasa de mortalidad infantil por malformaciones congénitas se mantuvo
en 0,8 por mil nacidos vivos, al igual que en el 2016.
·
Se reduce la tasa de mortalidad del menor de cinco años de 5,5 a
5,4 por cada mil nacidos vivos, lo cual representa 18 fallecimientos menos.
·
Por cada defunción sobreviven 180,8 niños a los cinco años.
·
La tasa de mortalidad escolar se reduce de 2,2 a 1,7 por 10 000
habitantes de la edad, acumulándose 62 defunciones menos.
·
Se reduce el índice de bajo peso al nacer de 5,2 a 5,1 por cada 100
nacimientos.
·
La mortalidad perinatal disminuye de 8,2 a 8,0 por cada mil nacidos
vivos más defunciones fetales de 1 000 gramos o más.
·
Disminuye la tasa de mortalidad materna total de 41,9 a 38,3 por 100 000
nacimientos, lo cual representa cinco muertes menos que en el año anterior.
·
Se reduce la mortalidad materna directa de 27,4 a 21,7 por cada 100 000
nacimientos.
·
Disminución a menos del 1 % de la muerte perinatal y por malformaciones
congénitas en el hijo de madre diabética.
·
Eliminación de la muerte materna por diabetes en nuestra población.
·
Se reduce el índice de Cesárea primitiva de 22,3 a 18,3 %.
Factores que influyen en este resultado:
·
Consolidación de las transformaciones en la Atención primaria de salud.
·
Perfeccionamiento del funcionamiento de los hogares maternos.
·
Desarrollo de la Red de genética comunitaria y el perfeccionamiento del
programa de prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades genéticas.
·
Implementación de Guías de actuación para las principales afecciones
obstétricas, con la Introducción de tecnología con valor predictivo, como por
ejemplo la Ej: flujometría Doppler.
·
Mayor calidad de la atención en salas de cuidados especiales
perinatales.
·
La supervivencia en servicios de neonatología es de 98,9 %
·
Incremento al 86,8 % de la supervivencia del recién nacido con peso
inferior de 1 500 gramos, y al 95,6 % del pretérmino.
·
Consolidación de la Red cardiopediátrica y mejoría de los indicadores de
supervivencia (superior al 85 %) en el Cardiocentro Pediátrico «William Soler»
·
Elevación de la supervivencia en servicios de cirugía pediátrica y
neonatal.
·
Introducción de la ventilación de alto flujo en las terapias intensivas
pediátricas e incremento de la supervivencia del lactante al 97 %
·
Desarrollo del programa de atención integral a la mujer embarazada con
diabetes.
·
Ampliación de la Red de Bancos de leche humana, presentes en diez
provincias del país.
·
Se recertificaron 24 hospitales de diez provincias como «Amigo del Niño
y la Madre»
·
Se mantiene una cobertura de inmunización superior al 98 % con 11
vacunas que protegen contra 13 enfermedades
Otros factores contribuyentes:
·
El papel jugado por las terapias intensivas de adulto en la atención la
morbilidad materna grave.
·
Implementado un programa de superación profesional y entrenamientos en
tecnologías de avanzada.
·
Se ha desarrollado una estrategia comunicacional dirigida a la
prevención y el autocuidado de la salud.
·
Fortalecimiento del sistema de trabajo de los cuadros.
·
Ejecutadas acciones de mantenimiento en 298 policlínicos, 1 649
consultorios del médico de la familia y ocho hogares maternos, así como
inversiones en 52 salas de hospitalización, 12 unidades de urgencia y
emergencia y 14 unidades quirúrgicas.
¿Y LOS ESTADOS UNIDOS QUE
MUESTRAN?
Durante
la primera década del siglo XXI, los Estados Unidos fueron, según la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el país con
mayor riesgo de mortalidad de niños en su primer año de vida.
Cuando
la comparación se hizo con el grupo de edad de uno a 19 años, el índice de
riesgo de muerte para los estadounidenses fue un 57 % mayor que el del resto,
señala un estudio elaborado por investigadores del Hospital Johns Hopkins y
publicado hoy en la revista Health Affairs.
Los
investigadores compararon datos estadísticos de mortalidad de niños y
adolescentes en Estados Unidos entre 2001 y 2010 con los de Alemania
Austria,
Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Irlanda, Islandia, Italia,
Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal, Suecia, Suiza, Turquía y Reino
Unido, los otros estados fundadores de la OCDE.
La
conclusión fue que de los veinte países, Estados Unidos es el que tiene los
peores índices.
“Altos índices de pobreza
persistentes, resultados educativos pobres y una relativamente débil red de
seguridad social han hecho de los Estados Unidos el más peligroso país de las
naciones adineradas para el nacimiento de un bebé”, indica el estudio.
En una
declaración remitida a Efe el investigador Ashish Thakrar, uno de los autores
del informe, subrayó que “desde los años 80 las estadísticas de mortalidad
infantil en los EE.UU. han sido más altas que en las otras naciones” del mundo
desarrollado. El informe pone en evidencia que mientras los recién nacidos
estadounidenses están bajo la atención del sistema de salud pública, es decir
en los primeros días de vida, no hay diferencias con otros países del mundo
desarrollado en cuanto al riesgo de muerte.Sin embargo, la diferencia comienza
a aparecer pasados estos primeros días y durante el primer año de vida de los
bebés, cuando quedan al cuidado de sus padres o tutores.
Para
la investigadora Alice Chen, de la Universidad del Sur de California la
desventaja de mortalidad post neonatal obedece a “los pobres desarrollos de los
nacimientos entre personas con estatus económico más bajo”.
Al
respecto el estudio indica que el riesgo de muerte en los primeros días es
mucho menor, pues “los recién nacidos reciben una atención médica de alta
calidad”, pero esta situación varía sustancialmente en personas de bajos
recursos cuando salen del hospital y tienen que cuidar al bebé en su propio
entorno.
El
problema también se acrecienta entre la población adolescente al comparar los
indicadores de los 20 países fundadores de la OCDE.
Thakrar
resaltó que entre 2001 y 2010, los chicos estadounidenses entre 15 y 19 años
presentaron un riesgo “82 veces más alto de morir a causa de homicidio con un
arma” que los de los otros países de la organización.
Otra
de las causas señaladas por el estudio para el alto índice de muertes de
adolescentes fueron los accidentes automovilísticos.
Aunque
la investigación destaca que “un reporte de seguridad vial y accidentes
encontró que en EE.UU, las muertes de carretera se redujeron un 23 % de 2000 a
2011”, en los otros 19 países de la OCDE los descensos fueron de un 26 % a un
64 %. Los investigadores sugirieron que las “políticas de prevención se deben
enfocar en los bebés (hasta cuando comienzan a caminar) y en los adolescentes
entre 15 y los 19 años de edad”.