Esta declaración es importante porque no creo que el terrorismo nazca de la pobreza, sino de las frustraciones, las amenazas, la violencia que se comete contra los pobres y excluidos. Por tanto la pobreza no genera terrorismo, genera violencia y es posible que ésta provoque el terrorismo.
Si así fuese, entonces habría que luchar fuertemente contra la pobreza y quien sabe si se tomarían decisiones de perseguir y eliminar a los pobres, que serían terroristas por el solo hecho de ser pobres. Entonces recuerdo que Fidel Castro decía "Matar el hambre, no al hombre" y parafraseando pensaría que sería "Eliminar la pobreza, no a los hombres"
Fuerte advertencia del Papa: “El terrorismo nace de la pobreza”
En el
primer discurso de su viaje a África, el Papa fue ayer directo al punto: “La
experiencia demuestra que la violencia, los conflictos y el terrorismo, que se
alimenta del miedo, la desconfianza y la desesperación, nacen de la pobreza y
la frustración”. Esta gira está considerada la más peligrosa de su pontificado,
ya que después de Kenia irá a Uganda y a la República Centroafricana,
desgarrada por una cruenta guerra civil.
Con esa
fuerte advertencia, Francisco llegó a esta ciudad militarizada como nunca por
temor a un atentado. Y agregó que “en última instancia, la lucha contra estos
enemigos de la paz y de la prosperidad debe ser llevada a cabo por hombres y
mujeres” que creen en ellas sin temor.
Consciente
de que su primer viaje a un continente castigado por la pobreza, las tensiones
religiosas y los extremismos ocurre en un momento caótico del planeta, llamó a
trabajar por la paz.
“En la
medida en que nuestras sociedades experimentan divisiones, ya sea étnicas,
religiosas o económicas, todos los hombres y mujeres de buena voluntad están
llamados a trabajar por la reconciliación y la paz, el perdón y la sanación”,
dijo, hablando en inglés, en un encuentro con las autoridades del país y el
cuerpo diplomático en el palacio presidencial de esta capital, donde tuvo lugar
una ceremonia de bienvenida con himnos, honores militares y saludo con 21
salvas de cañón.
“La tarea
de construir un orden democrático sólido, de fortalecer la cohesión y la
integración y la tolerancia y el respeto de los demás está orientada
primordialmente a la búsqueda del bien común”, agregó.
Lo
escuchaba atentamente el presidente Uruh Kenyatta, hijo de Jomo Kenyatta,
“padre de la nación” y primer presidente de la historia de Kenya, ex colonia británica
que logró independizarse en 1963. Con 45 millones de habitantes, la mayoría
cristianos y entre ellos el 32% católicos, Kenia, paraíso del turismo de los
safaris, es considerado uno de los países más pujantes y estables de esta zona
centro-oriental de África. Pero con varias asignaturas pendientes.
Entre
ellas, la enorme brecha entre ricos y pobres, el extremismo de grupos
fundamentalistas islámicos -que en abril pasado, en un atentado a una
universidad cristiana de Garissa, provocaron más muertos que en París- y el
cáncer de la corrupción.
Tras
culpar al colonialismo de haber provocado fronteras artificiales y divisiones
religiosas y étnicas en África, el presidente también admitió que, debido a la
tensión reinante entre las diversas comunidades, etnias y religiones, “ahora la
prioridad debe ser el diálogo entre los credos y entre nosotros”.
Luego de
elogiar la labor que hace la Iglesia Católica en el campo educativo -”yo
también fui beneficiario de educación católica”-, el mandatario concluyó,
“copiando” al Papa: “Le pido que rece por mí y le pido que rece por Kenya”.
Kenyatta,
cristiano, recibió al Papa al pie de la escalerilla del avión que lo trajo
hasta aquí después de un vuelo de siete horas desde Roma. Cuando Francisco
apareció desde la puerta del avión, música autóctona y danzas tradicionales le
dieron una primera gran bienvenida a un continente que el ex arzobispo de
Buenos Aires jamás había pisado.
Para la
ocasión, esta capital, que, con más de 4,5 millones de habitantes, es la ciudad
más grande de África oriental, estaba decorada con banderas del Vaticano y de
Kenia y enormes pancartas que decían “Karibu [bienvenido] Pope Francis”.
Nairobi,
una ciudad normalmente caótica, con grandes rascacielos en su distrito
económico, así como decenas de villas miseria, parecía en estado de sitio en
las zonas por donde pasó la caravana papal.
Cientos
de personas se agolparon allí para saludar al huésped ilustre, celular en mano,
mientras el tradicional ulular de júbilo de las mujeres, algunas de las cuales
llevaban sobre sus espaldas bebes, dominaba la bienvenida.
Más
tarde, durante su discurso en el palacio presidencial, el Papa elogió al país y
conquistó a los presentes con una mención en swahili, la lengua local. “¡Mungu
abariki Kenya! [¡Que Dios bendiga Kenia!]“, pidió Francisco.
Palabras del Papa a su llegada a Kenia
Existe
una clara relación entre la protección de la naturaleza y la construcción de un
orden social justo y equitativo. No puede haber una renovación de nuestra
relación con la naturaleza, sin una renovación de la humanidad misma (cf.
Laudato si’, 118). En la medida en que nuestras sociedades experimentan
divisiones, ya sea étnicas, religiosas o económicas, todos los hombres y
mujeres de buena voluntad están llamados a trabajar por la reconciliación y la
paz, el perdón y la sanación. La tarea de construir un orden democrático
sólido, de fortalecer la cohesión y la integración, la tolerancia y el respeto
por los demás, está orientada primordialmente a la búsqueda del bien común. La
experiencia demuestra que la violencia, los conflictos y el terrorismo que se
alimenta del miedo, la desconfianza y la desesperación nacen de la pobreza y la
frustración. En última instancia, la lucha contra estos enemigos de la paz y la
prosperidad debe ser llevada a cabo por hombres y mujeres que creen en ella sin
temor, y dan testimonio creíble de los grandes valores espirituales y políticos
que inspiraron el nacimiento de la nación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario