Miles de migrantes pagan con sus órganos el viaje a
Europa
Los niños
también son víctimas de esta situación.
No sólo
tienen que pagar miles de dólares, trabajar como esclavos o prostituirse para
concretar su sueño de escapar de la miseria y llegar al “paraíso-Europa”, sino
que muchos mueren por el camino, principalmente en el Sahara o en el
Mediterráneo (3.000 en los primeros seis meses de 2016 según la Organización
Internacional para las Migraciones).
Y de
acuerdo a las declaraciones de un traficante de seres humanos arrepentido que
colabora con la justicia italiana, los que a último momento no pueden pagar
lo que se les pide para llegar a las costas italianas ni hacerse mandar el
dinero por sus familias, son vendidos a un grupo de traficantes egipcios que
los matan para sacarles los órganos que luego venden a altísimos precios.
“A veces los migrantes no tienen dinero suficiente para pagarse el viaje
realizado por tierra ni a quién dirigirse para pagar el viaje por mar. Entonces
estas personas son entregadas a los egipcios que los matan y le sacan los
órganos para venderlos en Egipto”, dijo el traficante. Agregó que los egipcios
están preparados para hacer este tipo de operaciones ya que los órganos son
transportados en bolsas térmicas a distintos lugares.
No es la
primera vez que se habla de este super criminal negocio pero es la primera vez
que lo cuenta un traficante. El arrepentido, Nuredin Atta Wehabrebi, 32 años,
de origen eritreo y que colabora hace más de un año con la justicia italiana en
Sicilia, explicó además a los investigadores, dijeron fuentes judiciales, cómo
la banda organizaba la permanencia de los migrantes
una vez llegados a territorio italiano y cómo hacían para trasladarlos al norte
de Italia y al resto de Europa. Dijo además que el centro financiero de la
banda estaba en Roma.
Las
fuerzas investigativas pudieron así descubrir un negocio en Roma, administrado
por un migrante, donde encontraron 500.000 euros en efectivo y otros tantos
miles de dólares además de una agenda con números de teléfono y contabilidad de
los criminales. Paralelamente, el mismo día que el traficante hacía estas
confesiones, fueron detenidos en toda Italia unos 38 presuntos componentes de
una banda dedicada al tráfico de migrantes.
Respecto
a los traficantes egipcios, un estudio publicado en 2013 por una periodista
eritrea que vive en Suecia y activista de los derechos humanos, Meron Estefanos, unido a otros
informes de expertos de una universidad de Holanda, describieron lo que
significa el Sinaí, una península del territorio egipcio al oeste del canal de
Suez, donde unas 30.000 personas fueron llevadas allí como rehenes entre 2007 y
2013. Sobre todo eritreos, somalíes y sudaneses.
En el
Sinaí les roban todo lo que tienen, son torturados, violados y asesinados para
ser usados como “respuestos”. Algunos hablan hasta de especie de clínicas medio
improvisadas que existen en el desierto del Sinaí. La organización no
gubernamental Every One (Grupo para la Cooperación Internacional en la Cultura
de los Derechos Humanos) denunció en 2011 el calvario de 250 prófugos africanos
en el Sinaí. Cuatro de ellos fueron llevados a la fuerza a una clínica
clandestina donde les sacaron los riñones.
Pero no
se trata solamente del Sinaí. En Siria, dada la cantidad de refugiados que
escapan de la guerra, fuentes oficiales estiman que han dejado el país unos 4
millones de prófugos, 18.000 de los cuales ante la imposibilidad de pagarse el
viaje, han vendido sus propios órganos logrando así entre 1.000 y 7.000 dólares
por cada uno. Las ganancias de los traficantes de órganos son alucinantes
dado que hay miles de personas esperando un trasplante y que están dispuestos a
pagar hasta 100/200 mil dólares por un órgano.
Según la
“Iniciativa Global de Naciones Unidas para combatir el tráfico de seres
humanos” perteneciente a Unodoc (Oficina sobre Dogas y Crimen de Naciones
Unidas), el tráfico de órganos en general ocurre en tres condiciones: a
veces los traficantes obligan a una persona a dar uno de sus órganos. Otras
veces las victimas acuerdan vender uno de sus órganos, pero son estafados
porque los traficantes no les pagan o les pagan menos de lo prometido.
El tercer
caso son personas más vulnerables que son estafadas por hambre, y sus órganos
son extraídos, lo sepan o no lo sepan las víctimas. Los más vulnerables son los
migrantes, las personas sin fija demora, las personas sin educación o
analfabetos. Estos tráficos se hacen con personas de todas las edades, aclaró
la organización de Naciones Unidas. Pero las tres posibilidades incluidas en
esta iniciativa, no contempla la posibilidad de que las personas sean
asesinadas con el sólo objetivo de sacarles los órganos.
El
tráfico de órganos es una organización criminal, concluyó el informe, que
incluye los personajes que identifican a las personas vulnerables, los
transportistas, el equipo de médicos que hacen las extracciones, las clínicas,
los mediadores, los compradores y los bancos donde los órganos son depositados
a la espera de un comprador. Todas actividades ilegales y condenables según
Unodoc, que brega por la transparencia en materia de trasplantes de órganos y
por el respeto de las normas profesionales, éticas y legales que regulan la
donación y el trasplante en cada país.
(Con
información de Página 12)
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