Parlamentarios cubanos evalúan situación de niños
víctimas de abuso
La
infancia y la adolescencia, esos dos momentos de la vida que para muchos fueron
felices, son un verdadero martirio para los niños víctimas, abusados de
diferentes maneras por adultos despiadados. Aunque en Cuba apenas el 0,001
por ciento de la población infantil y juvenil está entre ellos, por la
sensibilidad del tema, los diputados parlamento cubano debatieron al respecto.
La
Teniente Coronel Luciana Calixto Prieto, Segunda Jefa de la Dirección de
menores del Ministerio del Interior, ofreció una amplia información acerca del
tema a la Comisión de Atención a la Juventud, la Niñez y la Igualdad de
Derechos de la Mujer del Parlamento.
En Cuba
existen tres centros de atención a estos niños y jóvenes, uno en La Habana, otro en el centro del país y el
tercero en la región oriental. Miembros de esta Comisión visitaron algunos de
esos establecimientos y quedaron gratamente impresionado no solo por las
condiciones en que viven los menores, sino por el personal que allí
labora.
Los
principales hechos de este tipo han mantenido una ligera tendencia a bajar en
los últimos cinco años. En La Habana, Camagüey y Santiago de Cuba se concentra
la mayor cantidad de casos.
Estos
hechos van contra el normal desarrollo de los niños y adolescentes, las
relaciones sexuales, la familia, entre otros aspectos trascendentes en la
conformación de la personalidad. Las acciones más recurrentes son: abusos
lascivos, corrupción de menores, violación y daños físicos, todo lo cual
afecta seriamente emocional y psicológicamente a las víctimas.
Los
lugares donde más se producen estos hechos son: espacios de concentración pública, cercanos a
la residencia de menores y sus victimarios cuyas edades oscilan entre los 18 y
los 30 años, con un nivel de parentesco, amistades, o allegados a familiares.
Los más afectados son los del sexo masculino entre 13 y 15 años.
Las
causas que provocan este transgresión son: la escasa percepción de riesgos por
parte de la familia, estilos de vida con tendencia a la violencia, conductas
inadecuadas como el alcoholismo, la promiscuidad, la permisibilidad, así como
la falta de control por parte de las familias.
También
ha influido la vulnerabilidad en el trabajo preventivo para la
detección a tiempo de estos casos, algo
que debe dársele seguimiento desde el barrio y los Consejos Populares.
Actualmente
las nuevas tecnologías pueden ser una amenaza, pues se usan para incentivar a
estos jóvenes a la sexualidad ofreciéndoles pornografía, así como la toma de
fotos y su reproducción con fines lucrativos.
Las
medidas han sido llevadas con un alto rigor, el 75 por ciento de estos
infractores de la Ley se les impuso una medida cautelar y fianza en efectivo y
el 54 fue sancionado a privación de libertad.
La
Teniente Coronel Luciana Calixto Prieto enfatizó que está bien claro, según
dictan nuestros principios que quien atente contra un menor será castigado.
Las
proyecciones en este sentido están dirigidas a continuar compulsando el
trabajo preventivo comunitario integrado, a nivel de consejos populares y
comunidades de riesgo a través de acciones proactivas, con la coordinación
e implicación de los actores comunitarios, los órganos del Sistema Jurídico
Penal, activistas y fuerzas cooperantes.
Deberán
incrementarse las acciones preventivas que permitan elevar la percepción de
riesgos en la escuela y la familia, sobre hechos que afectan a los menores de
edad.
Además,
fortalecer la divulgación para contrarrestar las campañas mediáticas,
promulgando la política del país de tolerancia cero contra los fenómenos que
afectan el desarrollo integral de la infancia y la adolescencia.
Y a continuación mis criterios que fueron publicados en los COMENTARIOS.
Estimados
todos y todas. Estos hechos se denuncian poco, por factores indicados en el
texto: bajo nivel de percepción y entendimiento del riesgo, consumo de drogas y
alcohol. proxenetismo, etc. Consideran en muchas ocasiones que el propio menor
o la menor son responsables por la forma de vestirse o actuar, porque se van
sin pedir permiso a fiestas y actividades y se les permite entrar a discotecas
y otras funciones donde niños entre 13 y 15 años no deberían estar
participando. El bajísimo nivel de actos contra la niñez, la juventud y los
adolescentes nos debe llamar a una alerta mayor y es que en los barrios la
gente se calla, se callan los maestros cuando ven al niño sucio, con ropa
raída, sabiendo que el niño vive en un medio presuntamente delictivo. La
violencia tiene un arma poderosa: los testigos que no se involucran, porque NO
OYEN, NO VEN, NO HABLAN, como la imagen de los TRES MONITOS. Para qué? Dicen,
porque las autoridades no intervienen, pero cómo lo van a hacer si no hay
testigos para no buscarse líos con la familia delincuente, con los alcohólicos,
ya que cuando usted denuncia, se le da al denunciado quién lo hizo y ya usted
será LA PRÓXIMA VÍCTIMA.
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