Sin culto a
la personalidad alguno, simplemente, con el valor que merece la persona, de
verdad que Fidel iba y venía al futuro y retornaba, no tengo dudas, pero además
fue visionario desde 1992 cuando vaticinó que el ser humano estaba en peligro
de extinción por el maltrato al medio ambiente y las guerras. Ahora en su
última Reflexión del 8 de octubre de 2016, trata nuevamente el tema de la
Especie humana y se las envío para que también reflexionemos sobre sus
palabras.
El
destino incierto de la especie humana.
Una enorme ignorancia
envuelve no solo a esta, sino también sus infinitas formas de experiencias.
Incluso las huellas digitales de los gemelos univitelinos, nacidos de un mismo
óvulo, se diferencian a lo largo de los años. No en balde Estados Unidos, el país imperialista más poderoso que ha existido
se autoengaña al asumir como doctrina un párrafo de la Declaración Universal de
Derechos Humanos donde se afirma: “todos los hombres nacen libres e iguales en
dignidad y derechos, y, dotados como están por naturaleza de razón y
conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
Nada de eso puede ser ignorado. Hay muchas más
cualidades en los principios religiosos que los que son únicamente políticos, a
pesar de que estos se refieren a los ideales materiales y físicos de la vida.
También muchas de las obras artísticas más inspiradas nacieron de manos de
personas religiosas, un fenómeno de carácter universal.
Los hombres de ciencia ocupan hoy un lugar
privilegiado en los centros de investigación, laboratorios y la producción de
medicamentos destinados a la salud humana, a vencer las distancias, concentrar
las energías, perfeccionar los equipos de investigación que puedan operar en la
tierra y el espacio. Alguien debiera poder explicar de forma sosegada por qué
puede observarse desde un observatorio a cinco mil metros de altura sobre el
nivel del mar una estrella cuya luz tardó 12 mil millones de años luz; es
decir, a 300 mil kilómetros por segundo, en llegar a la tierra. ¡Una insólita
medalla de oro! ¿Cómo puede explicarse eso, especialmente cuando se hace
referencia a la unión de las estrellas que según eminentes científicos dieron
lugar a la teoría del Big Ban?
¿Qué quedaría después? Nadie podría, sin embargo,
negar la afirmación de eminentes científicos que tras decenas de años de
rigurosos estudios arribaron a la conclusión de que tales fenómenos son
absolutamente posibles. Otro hecho de notable trascendencia es que la posibilidad
de estos fenómenos es absolutamente real.
Es en este punto que las religiones adquieren un
valor especial. En los últimos miles de años, tal vez hasta ocho o diez mil,
han podido comprobar la existencia de creencias bastante elaboradas en detalles
de interés. Más allá de esos límites, lo que se conoce tiene sabor de añejas
tradiciones que distintos grupos humanos fueron forjando. De Cristo conozco
bastante por lo que he leído y me enseñaron en escuelas regidas por jesuitas o
hermanos de La Salle, a los que escuché muchas historias sobre Adán y Eva; Caín
y Abel; Noé y el diluvio universal y el maná que caía del cielo cuando por
sequía y otras causas había escasez de alimentos. Trataré de trasmitir en otro
momento algunas ideas más de este singular problema.
No olvidemos que este domingo habrá debate de
candidatos. En la primera ocasión, hace dos semanas, se produjo uno que causó
conmoción. El señor Trump que se suponía un capacitado experto quedó
descalificado tanto él como Barack en su política. Habrá que darles ahora una
medalla de barro.
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