El número de
niños y madres que fallecen en el parto ha disminuido notablemente en las
últimas décadas, pero estos avances se producen de forma desigual, según datos
de la ONU publicados este jueves.
Dos informes de
las agencias de Naciones Unidas para la salud y la infancia muestran netos
avances en la reducción del número de mujeres embarazadas o madres y niños que
mueren cada año, gracias al mejor acceso a unos servicios médicos de calidad y
más asequibles.
“En los países
que suministran a todo el mundo servicios de salud seguros, económicos y de
calidad, las mujeres y los niños sobreviven y se desarrollan”, declaró el jefe
de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un
comunicado.
Desde el inicio
del nuevo siglo, el número de decesos de niños menores de cinco años se redujo
casi a la mitad, hasta situarse en unos 5,3 millones en el mundo el año pasado.
Casi la mitad de
estas muertes se produjo en el primer mes de vida, lo que significa que unos
7.000 recién nacidos murieron cada día en 2018.
El número de
mujeres que fallecieron debido a las complicaciones durante el embarazo o el
parto se redujo considerablemente, pasando de 451.000 en 2000 a 295.000 en
2017.
Estos informes
revelan que unos 2,8 millones de mujeres y recién nacidos mueren cada año, la
mayoría por causas evitables.
“En el mundo,
los nacimientos son motivo de alegría. Pero, cada 11 segundos, un nacimiento es
una tragedia familiar”, lamentó la jefa de Unicef, Henrietta Fore, en un
comunicado.
“Un par de manos
cualificadas que ayuden a las madres y a los recién nacidos en el momento del
parto, con agua limpia, una nutrición adecuada, medicinas y vacunas básicas,
pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte”, declaró.
SIGUEN
LAS DESIGUALDADES
Estos documentos ponen de relieve que las desigualdades persisten en el mundo para acceder a los servicios de salud.
Las regiones en
África subsahariana son las que se encuentran en peor situación, con índices de
mortalidad materna casi 50 veces superiores a los de los países con rentas
altas y donde los bebés tienen 10 veces más probabilidades de morir.
Los datos de la
ONU muestran la tendencia a la baja en general en la mortalidad materna, pero
señalan que en 13 países estos índices siguieron creciendo, entre 2000 y 2017.
Algunos de estos
países se encuentran en situaciones de conflicto o crisis, como Siria y
Venezuela.
Según los
Objetivos de Desarrollo Sostenible, el mundo se comprometió a intentar reducir
la proporción de mortalidad materna global por debajo de 70 muertes por cada
100.000 nacimientos de aquí a 2030.
Pero la ONU
advirtió que al ritmo actual, este objetivo no se cumplirá por más de un millón
de vidas.
Los países también
se comprometieron a disminuir la mortalidad neonatal a no más de 12 decesos por
cada 1.000 nacimientos y la mortalidad de menores de cinco años a no más de 25
por cada 1.000, antes de 2030.
Muchos países
alcanzaron ya este objetivo, pero todavía más de 50 naciones están lejos de
conseguirlo.
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