Respecto a la llamada Reforma laboral, vale la pena analizar algunas opiniones del propio gobierno para saber de qué se trata.
Según la
Ministra de Trabajo de Francia, el texto propone “a la vez nuevas flexibilidades a las
empresas para mejorar la competitividad de nuestra economía y nuevas
protecciones, nuevos derechos para los asalariados”. Su “filosofía general” considera
aumentar la precariedad laboral entre los jóvenes. El sindicato estudiantil
Unión Nacional de Estudiantes de Francia (UNEF), principal organizador de la
jornada de protesta, asegura que la movilización se mantiene en niveles
similares a la semana pasada, cuando calcula que desfilaron 150.000 personas.
Las autoridades por su parte estiman que la movilización ha disminuido de
69.000 manifestantes la semana pasada a 45.000 este jueves.
Un grupo
de 10 parlamentarios, encabezados por Christian Paul, el líder de los
denominado frondeurs -socialistas rebeldes contrarios a la política
económica del ejecutivo-, ha elaborado ya un contraproyecto de reforma laboral.
Con él esperan modificar el texto actual durante los debates parlamentarios.
Proponen, entre otros cambios, aumentar las cotizaciones de las empresas
destinadas a financiar el desempleo en función de la cantidad de personas que
despidan, reforzar las sanciones administrativas para castigar a las compañías
que abusen del trabajo precario y reducir la semana laboral a 32 horas, pagadas
35 horas, para los trabajadores de noche a partir de 2017.
La
reforma laboral, oficialmente denominada el proyecto de ley de “nuevas
libertades y nuevas protecciones para las empresas y activos”, es la última
gran reforma del presidente socialista François Hollande, antes de las
presidenciales de 2017. Para el Gobierno, se trata de buscar fórmulas para
luchar contra el desempleo, que en febrero ha alcanzado su nivel récord de 3,59
millones de personas, más del 10% de la población activa. Pero desde la
filtración del primer borrador, ha provocado movilizaciones masivas y forzado al Gobierno a retroceder
en sus puntos más conflictivos.
En
concreto, el Ejecutivo ha abandonado algunas de sus medidas más duras, como la
de establecer un tope legal a las indemnizaciones por despido improcedente.
Existirá un baremo indicativo, que el juez podrá o no aplicar según su
criterio. También ha eliminado algunos de los supuestos que debían permitir
modular el horario laboral y derogar así a la semana de 35 horas,
como en el caso de los aprendices. Permite, pese a todo, acuerdos dentro de
cada empresa para flexibilizar esa jornada laboral. Mantiene también, aunque
modificado, otro punto de discordia, el relativo a los despidos por motivos
económicos. La reforma precisa que lo justificará una caída de los pedidos o
del volumen de negocio de cuatro trimestres consecutivos o unas pérdidas de
explotación durante un semestre. Se aplicará a filiales en Francia, aunque sean
de un grupo internacional que en su conjunto presente cuentas saneadas. En este
ámbito el Ejecutivo ha aportado una mínima modificación, la de precisar que no
se aplicará a “dificultades económicas creadas artificialmente”, algo que quedará
a criterio del juez.
Otros criterios a continuación:
La intersindical de los funcionarios denuncia que “es una suma de regresiones históricas” porque “facilita el despido”,
permite revisar las reglas del tiempo de trabajo para ampliar horarios e
invierte la jerarquía de las normas al dar primacía a los acuerdos en
las empresas sobre la legislación laboral o los convenios colectivos
nacionales.
“El debilitamiento de los derechos de los trabajadores y la
posibilidad de despedir con mayor facilidad nunca han permitido luchar
contra el paro”, afirmó esa agrupación en un comunicado.
Durante los últimos días la policía francesa a detenido a varios detractores de la reforma.
Una nueva jornada marchas
se desarrolla este martes en Francia contra la reforma laboral que
promueve el Ejecutivo, iniciativa que es rechazada por la mayoría de los
ciudadanos, de acuerdo con los últimos sondeos.
Los opositores al proyecto destacan que se trata de una ley que
beneficia principalmente a la clase empresarial, en detrimento de los
derechos y reivindicaciones laborales.
Tanto el Ejecutivo como la ministra de Trabajo de Francia, Myriam el
Khomri, argumentan que se trata de una medida justa que debe ser
aplicada para reducir la tasa de desempleo en esa nación, cercana al 10
por ciento según cifras oficiales.
Se espera que para las marchas de este martes se sumen también
estudiantes de todo el país; para ejercer presión al Gobierno del
presidente François Hollande para que retire el proyecto.
Violencia policial
Durante los cuatro días previos de protestas se registraron
varios enfrentamientos entre las fuerzas del orden y detractores de la
reforma laboral; lo que ocasiones numerosas detenciones en París
(capital) y otras ciudades.
Fuentes policiales destacaron que entre los detenidos se encontraban
personas armadas y sujetos que arrojaron proyectiles contra los agentes
de seguridad.
Además del sector estudiantil, trabajadores del transporte se
ha sumado a las convocatorias, lo que ha dificultado el desplazamiento a
través de medios públicos.
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