Repleto
de análisis y datos, este emblemático informe de ONU Mujeres se presentó el
pasado 27 de abril en siete ciudades de todo el mundo.
El informe
examina detenidamente cómo sería la economía si realmente fuese en beneficio de
todas y todos. Asimismo, refleja cómo la agenda económica alternativa que
describe no sólo crearía sociedades más justas, sino que también generaría
nuevos sectores de empleo, por ejemplo, en la economía relacionada con los
cuidados.
El
documento se publica en un momento en el que la comunidad internacional se
reúne para definir una nueva agenda transformadora a favor del desarrollo
sostenible, y aparece 20 años después de la histórica Cuarta Conferencia
Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing, China, que estableció una serie de
objetivos ambiciosos para promover la igualdad de género.
El
progreso de las mujeres en el mundo 2015-2016: transformar las economías para
realizar los derechos
Este
documento propone una visión de la economía que incluya a las mujeres y
beneficie a la sociedad en su conjunto.
El informe global fue presentado en simultáneo en 7 ciudades. México es
la sede del lanzamiento para América Latina y el Caribe.
El
informe pone de relieve cómo las economías han fallado en garantizarles a las
mujeres su empoderamiento y el pleno ejercicio de sus derechos económicos y
sociales, tanto en países ricos como en países pobres. Plantea además que la
transformación de las economías para lograr que los derechos de las mujeres sean
una realidad es posible mediante la formulación de políticas económicas y de
derechos humanos que promuevan cambios de gran alcance.
En
el informe, ONU Mujeres presenta la visión de una economía mundial en que las
mujeres tengan acceso igualitario a los recursos productivos como el empleo de
calidad, el crédito, la tecnología o la propiedad, a la protección social,
incluyendo servicios de cuidado, y que también les garantice ingresos
suficientes para lograr un nivel de vida adecuado. Esta visión eliminaría los
estereotipos sobre lo que las mujeres y los hombres pueden y deben hacer y
garantizaría que las mujeres puedan trabajar y vivir sin sufrir violencia.
Para
ello, basado en evidencia y ejemplos de políticas que ya están produciendo
cambios, el Informe presenta 10 recomendaciones clave para avanzar hacia una
economía que asegure a las mujeres su empoderamiento y el ejercicio de sus
derechos y, además, sea beneficiosa para la sociedad en su conjunto y para el
desarrollo sostenible en cada país y en el mundo.
Sin
embargo, los datos y análisis presentados revelan que esta visión aún está muy
lejos de la realidad. A nivel mundial, sólo la mitad de las mujeres forma parte
de la fuerza laboral, en comparación con las tres cuartas partes de los
hombres. La participación de las mujeres de América Latina y el Caribe en el
mercado de trabajo experimentó el mayor aumento entre todas las regiones a
nivel global, de 40 a 54 por ciento entre 1990 y 2013; pero aún muy lejos de la
participación de los hombres (80%). Adicionalmente, en la región, el 59 por
ciento de los empleos de las mujeres se ubica en el sector informal, sin amparo
de la legislación laboral ni protección social, al tiempo que 17 de cada 100
mujeres latinoamericanas económicamente activas son trabajadoras domésticas
remuneradas.
El
informe también pone de relieve las brechas persistentes en las remuneraciones
de hombres y mujeres: a nivel mundial las mujeres cobran en promedio un 24 por
ciento menos que los hombres; en América Latina y el Caribe esta cifra es del
19 por ciento.
Entretanto,
el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado sigue recayendo de manera
desproporcionada sobre las mujeres. En los países de la región que cuentan con
encuestas de uso del tiempo, se evidencia que las mujeres realizan entre dos y
cinco veces más trabajo de cuidados y doméstico no remunerado que los hombres,
lo que les limita sus oportunidades educativas, laborales y les deja menos
tiempo para el descanso, ocio o participación política.
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