Estas notas pertenecen a la Secretaría de la Unión de Jóvenes Comunistas en su participación en un Encuentro Internacional de Jóvenes Trabajadores, recién concluido en La Habana, Cuba.
En Cuba se concibe el empleo como una vía de inserción y de inclusión
social de los jóvenes, es decir, de participación en la construcción de
la sociedad socialista. Eso explica por qué, invariablemente, la
posición de la Revolución respecto a la política de empleo juvenil está
dirigida a tratar de incorporar a todos por igual.
Históricamente el Estado de Cuba ha asumido la responsabilidad de la
formación de los recursos humanos calificados y también de garantizar el
empleo.
Entre los beneficios de los que goza ese sector poblacional, figura
la obligación de los empleadores a garantizar su capacitación y
preparación bajo la tutoría de trabajadores con experiencia reconocida;
además de prestar especial atención a los comprendidos entre 15 y 18
años en aras de su mejor preparación y adaptación a la vida laboral,
garantizándoles el disfrute de iguales derechos que los restantes
trabajadores.
Sobre los jóvenes de 15 y 16 años que excepcionalmente son
autorizados a trabajar por concluir sus estudios en la enseñanza
profesional o de oficios —u otras razones que así lo justifiquen—, el
Código de Trabajo establece que no pueden ser ocupados en trabajos
expuestos a riesgos físicos, psicológicos, labores con nocturnidad, bajo
tierra, agua, o en alturas peligrosas.
En el caso de los recién graduados, la Ley establece que estos pueden
ser ubicados directamente en una plaza, y devengar el salario que a
esta le corresponda. Antes de dicha Ley los recién egresados no tenían
esa posibilidad y cobraban un salario determinado por lo que se conocía
como adiestramiento laboral.
En nuestro país actualmente están ocupados en la economía 4
millones 969 mil 800 personas de ambos sexos, de los cuales 1 millón 526
mil 300 son jóvenes lo que representa el 31% de ese gran total.
De esos jóvenes trabajadores, 1 millón 163 mil 200 (el 76%) laboran en
el sector estatal y 155 mil 605 (el 31%) lo hacen en el no estatal.
El trabajo que hoy realizamos como organización juvenil no diferencia
la atención entro uno u otro sector y en esta labor política resulta la
mayor fortaleza el hecho de que nuestra militancia es muy fuerte en
casi todos los frentes de la economía y los servicios.
El trabajo por cuenta propia se ha convertido en una alternativa de
empleo e incluso de ubicación laboral. El grueso de los jóvenes de este
sector están concentrados en actividades como venta de productos
alimenticios, transportación de carga de pasajeros, venta de útiles para
el hogar y venta de productos agrícolas.
La Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba – UJC tiene un papel activo
atendiendo, encauzando y buscando la solución a los problemas y
preocupaciones más frecuentes de los jóvenes trabajadores, sobre todo si
se tiene en cuenta que la realidad cubana en compleja y que los efectos
negativos de largos años de Periodo Especial han impactado
especialmente en la juventud. Ningún cubano o cubana ha escapado de los
efectos del bloqueo.
Los efectos del bloqueo se reflejan en las regulaciones salariales
del país, que se ve obligado a una compleja dualidad monetaria y otras
limitaciones financieras que golpean a los jóvenes trabajadores, quienes
sin embargo están protegidos y nunca serán víctimas de medidas de
choque o prácticas neoliberales que pongan en riesgo sus empleos.
Las regulaciones del Bloqueo dificultan el acceso a opciones de
superación profesional al negar a Cuba el acceso a nuevas tecnologías o
recursos materiales que redundarían en nuevas posibilidades laborales
científicas y técnicas.
La Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba – UJC ha estrechado sus lazos
con la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) con la finalidad de elevar
la incorporación de los jóvenes desvinculados al estudio y al trabajo,
contribuir a su estabilidad laboral y sentido de pertenencia; así como a
su capacitación a través de la atención conjunta de los comités de base
y las secciones sindicales de cada lugar, programa que comprende a
todos los sectores del país y tiene prioridad en el Agropecuario y
Forestal, Salud Pública, el sector Campesino, los Ministerios de las
Industrias Básica y Sidero Mecánica, la Construcción, Trasporte,
Industria Ligera y Comercio Interior.
La UJC vigila el cumplimiento estricto de aquellas medidas o
regulaciones estatales que existen en nuestro país para asegurar el
respeto a los trabajadores jóvenes y evitar distorsiones en su
formación, dentro de las que resaltan: la prohibición del trabajo
infantil, la garantización de cursos de capacitación con trabajadores de
nueva incorporación, la protección a los comprendidos entre 15 y 16
años de edad que excepcionalmente son autorizados a trabajar por
concluir sus estudios en la enseñanza profesional de oficios, u otras
razones; la obligación de los empleadores quienes en cualquier sector
están obligados a prestar especial atención a los jóvenes, la protección
ante riesgos físicos y psicológicos en los sitios donde se les quiera
emplear, y el cumplimiento de la regulación del Servicio Social como
parte de la cual no pueden ser declarados disponibles aún cuando su
empresa realice reajustes en su plantilla laboral.
En el X Congreso de la UJC , teniendo en cuenta el aporte real de la
juventud en la formación del modelo socialista próspero y sostenible que
construimos, establecimos revitalizar el dialogo e intercambio con la
juventud trabajadora y acordamos: crear un movimiento productivo para el
impulso a la recuperación cañera en el país, sistematizar la
realización de activos juveniles de la producción y los servicios como
vía para el debate sobre el crecimiento económico y el fortalecimiento
político de los jóvenes trabajadores cubanos, y proponer a los
Ministerios de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, Educación Superior y
Trabajo y Seguridad Social, que se reevalué el seguimiento a la
ubicación laboral de los recién graduados en las entidades de Ciencia
Tecnología e Innovación, para la preparación del potencial científico.
No obstante es bueno señalar algunos datos para mayor comprensión de la diferencia existente entre Cuba y la propia región donde vivimos:
Tras el
período de rápido crecimiento registrado entre 2007 y 2010, la tasa mundial de
desempleo juvenil se mantuvo en un 13,0 por ciento entre 2012 y 2014. Al mismo tiempo, el número de jóvenes
desempleados se redujo en 3,3 millones desde el pico de la crisis: 76,6
millones de jóvenes estaban desempleados en 2009 comparado con un estimado de
73,3 millones en 2014.
La
proporción de jóvenes en el total de desempleados también está disminuyendo.
Hasta 2014, 36,7 por ciento de los desempleados en el mundo eran jóvenes. Diez
años antes, en 2004, la proporción de jóvenes en el total de desempleados era
de 41,5 por ciento. Mientras que este indicador muestra una mejora en el
tiempo, cabe destacar que los jóvenes representaron únicamente un sexto de la población
mundial en 2014 (UN, 2014a) y, por lo tanto, están fuertemente
sobrerrepresentados entre los desempleados, pero la recuperación no es
universal, y muchos jóvenes, hombres y mujeres, permanecen sacudidos por los
cambios que registra el mundo del trabajo.
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