viernes, 20 de septiembre de 2019

NUESTRO ENCUENTRO LATINOAMERICANO DE ABOGADOS Y ABOGADAS LABORALISTAS EN CALI COLOMBIA




ONU, CADA 11 SEGUNDOS MUERE EN EL MUNDO, UNA MADRE Y UN BEBÉ EN EL PARTO

En peligro el cumplimiento de uno de los OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO. Y aunque parezca que no tenga relación con los temas laborales, por supuesto, se trata de un tema de sdalud y protección de la maternidad que requiere atención por parte de los gobiernos para un futuro mejor que la actualidad


El número de niños y madres que fallecen en el parto ha disminuido notablemente en las últimas décadas, pero estos avances se producen de forma desigual, según datos de la ONU publicados este jueves.
Dos informes de las agencias de Naciones Unidas para la salud y la infancia muestran netos avances en la reducción del número de mujeres embarazadas o madres y niños que mueren cada año, gracias al mejor acceso a unos servicios médicos de calidad y más asequibles.
“En los países que suministran a todo el mundo servicios de salud seguros, económicos y de calidad, las mujeres y los niños sobreviven y se desarrollan”, declaró el jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un comunicado.
Desde el inicio del nuevo siglo, el número de decesos de niños menores de cinco años se redujo casi a la mitad, hasta situarse en unos 5,3 millones en el mundo el año pasado.
Casi la mitad de estas muertes se produjo en el primer mes de vida, lo que significa que unos 7.000 recién nacidos murieron cada día en 2018.
El número de mujeres que fallecieron debido a las complicaciones durante el embarazo o el parto se redujo considerablemente, pasando de 451.000 en 2000 a 295.000 en 2017.
Estos informes revelan que unos 2,8 millones de mujeres y recién nacidos mueren cada año, la mayoría por causas evitables.
“En el mundo, los nacimientos son motivo de alegría. Pero, cada 11 segundos, un nacimiento es una tragedia familiar”, lamentó la jefa de Unicef, Henrietta Fore, en un comunicado.
“Un par de manos cualificadas que ayuden a las madres y a los recién nacidos en el momento del parto, con agua limpia, una nutrición adecuada, medicinas y vacunas básicas, pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte”, declaró.

SIGUEN LAS DESIGUALDADES

Estos documentos ponen de relieve que las desigualdades persisten en el mundo para acceder a los servicios de salud.
Las regiones en África subsahariana son las que se encuentran en peor situación, con índices de mortalidad materna casi 50 veces superiores a los de los países con rentas altas y donde los bebés tienen 10 veces más probabilidades de morir.
Los datos de la ONU muestran la tendencia a la baja en general en la mortalidad materna, pero señalan que en 13 países estos índices siguieron creciendo, entre 2000 y 2017.
Algunos de estos países se encuentran en situaciones de conflicto o crisis, como Siria y Venezuela.
Según los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el mundo se comprometió a intentar reducir la proporción de mortalidad materna global por debajo de 70 muertes por cada 100.000 nacimientos de aquí a 2030.
Pero la ONU advirtió que al ritmo actual, este objetivo no se cumplirá por más de un millón de vidas.
Los países también se comprometieron a disminuir la mortalidad neonatal a no más de 12 decesos por cada 1.000 nacimientos y la mortalidad de menores de cinco años a no más de 25 por cada 1.000, antes de 2030.
Muchos países alcanzaron ya este objetivo, pero todavía más de 50 naciones están lejos de conseguirlo.

martes, 3 de septiembre de 2019

REPERCUSIÓN DEL V CONGRESO IBEROAMERICANO SOBRE ACOSO LABORAL E INSTITUCIONAL



Declaración final del V Congreso Iberoamericano sobre Acoso laboral e Institucional
Compañeras y compañeros, culminamos en la tarde de hoy, 30 de agosto, el V Congreso Iberoamericano sobre Acoso Laboral e Institucional organizado por una Comisión liderada por la Red Iberoamericana por la Dignidad de las Personas y las Organizaciones, en esta ocasión se ha celebrado en la Habana, capital de Cuba, próxima a festejar en noviembre sus 500 años de fundada, que nos hubo de acoger con el calor humano de siempre para que los resultados alcanzados sigan impulsando las investigaciones y estudios sobre las diferentes manifestaciones de la violencia en el trabajo, bajo la consigna de la importancia de la información, la formación, el tratamiento de las personas victimizadas, el combate y enfrentamiento tanto legal como sindical, político y sobre todo humano y en primer orden, la prevención que es el elemento fundamental para reducir al mínimo el acoso y demás formas de violencia con incidencia en la salud física y mental de las personas, y por qué no, de toda la sociedad en su conjunto, por el elevado costo en la pérdida de seres humanos como consecuencia de la depresión, la ansiedad y otras enfermedades mentales, que se contraen a través del maltrato, las humillaciones, la violencia física y psicológica que son piedra angular de un modelo neoliberal que va en detrimento de los derechos humanos y de la dignidad e integridad física, social y mental de las personas.
Especialmente hemos dedicado tiempo y esfuerzos para hacer visible lo que se quiere invisibilizar y son las diferentes violencias, ante todo, la de género, en sus tipicidades tales como el acoso sexual, sexista, y las graves consecuencias de los feminicidios en la región, en cualquiera de los espacios donde las mujeres desarrollen una actividad profesional y social, siendo su fundamento y origen una visión atávica, androcentrista, patriarcal y discriminatoria en razón del género que pugna contra la igualdad y equidad.
En este importante Congreso, primero que se organiza y desarrolla finalizada la Conferencia de la OIT por el Centenario de su nacimiento, donde se aprobara por mayoría de sus miembros el Convenio 190 sobre la Violencia en el mundo del trabajo, y guiados por los Objetivos de Desarrollo incorporados en la Agenda 2030 de desarrollo Sostenible, los y las participantes reconocemos con profundo pesar que en las relaciones de trabajo, tanto en el sector público como en el privado, hay un marcado retroceso de las conquistas alcanzadas por la clase trabajadora sobre empleo, condiciones y medio ambiente, igualdad en el trabajo, seguridad social  y seguridad y salud en el trabajo, por sólo citar algunas, que han sido flexibilizadas por las políticas de precarización del empleo con amplia incidencia en el crecimiento de las violencias y de su flagelo más cruel, el acoso laboral que deja secuelas a veces permanentes en la salud de las personas, por su repetitividad, agresividad e intencionalidad que lacera la dignidad de las personas y llega hasta los hogares destruyendo el entorno familiar, provocando el consumo de drogas, el alcoholismo hasta el suicidio de la persona acosada.
Comprobamos que la justicia está casi siempre ausente y demandando pruebas que a veces es imposible presentar y cuando las tiene, las obvia y ni toma en cuenta, porque para ella “hay que demostrar con huellas el acoso sufrido”. Esa justicia que con todas las pruebas de inocencia en su mano, retiene pasado ya un año en prisión a nuestro querido camarada Luiz Inacio Lula da Silva, por ser un precedente “incómodo” para el actual gobierno y que ha puesto en jaque y tela de juicio la veracidad del proceso judicial en Brasil en las manos de un juez corrupto actual Ministro de Justicia.
Reiteramos que la violencia se manifiesta por la agudización del modelo neoliberal capitalista responsable y promotor de la mayor ola de migraciones jamás vista que ha derivado en una crisis en la región y las masacres por el narcotráfico como sucede en México y en su panorama más aterrador en Colombia que desde 2016 firmados los acuerdos de Paz en La Habana, dada día asistimos con profundo dolor al asesinato de líderes y lideresas sociales, sindicales, e indígenas con total impunidad que ya sobrepasa los 700 hombres y mujeres, trabajadoras y trabajadores en cuyos hogares se ha perdido el sustento de sus familias.
Asistimos al desmontaje de las condiciones laborales, del empleo digno y de la seguridad social en países como Chile, Brasil y Argentina, donde la reforma laboral  y de las pensiones ha ensanchado el profundo abismo entre los ricos y los pobres, trayendo como resultado el empobrecimiento de la población con un número cada vez mayor de personas con condiciones de pobreza extrema y miseria con pérdida de sus hogares y secuelas para sus vidas por la angustia y la depresión y una vida sin futuro inmediato producto del desempleo yla precariedad de las relaciones de trabajo.
A pesar de los esfuerzos realizados, tanto en Nicaragua, como en Venezuela y Cuba, para el mantenimiento de los logros alcanzados en clave de salud, educación y seguridad social para todas las personas, la conquista de la igualdad y equidad plenas y el empoderamiento de las mujeres,  sus pueblos se enfrentan a la potencia fascista, xenófoba y criminal más violenta del mundo, que nos identifica como “Ejes del mal” y despliega recursos económicos y financieros incalculables con el fin de ahogar su rebeldía, apoyándose en un bloqueo mediático para provocar enfrentamientos internos que no concibe que con tal genocidio brutal para impedir el arribo de medicamentos y alimentos, aún se haga posible la voluntad de cumplir con el sueño de Rubén Martínez Villena poeta del Centenario que en su poema “Hace falta una carga” nos recuerda que esta lucha se emprende “para que nuestros hijos no mendiguen de hinojos la Patria que los Padres nos ganaron de pie.
Por tanto, expresamos el compromiso de todos y todas a:

  • Hacer visibles las causas y consecuencias de la violencia laboral mediante la investigación y estudio de estos fenómenos en el entorno laboral con lo cual garantizamos que los trabajadores y trabajadoras las reconozcan y dominen los factores psicosociales y organizacionales que impiden el ejercicio pleno de sus derechos humanos, tanto a la vida, al empleo digno, a la salud en general.
  • Seguir fortaleciendo el movimiento sindical y hacemos votos por la unidad de sus organizaciones para el fortalecimiento de las Redes en aras de Ambientes Laborales libres de violencia.
  • Colaborar con las Instituciones estatales, gubernamentales y empresariales para que los Gobiernos ratifiquen el Convenio 190 de la OIT como marco propicio para que la propia Declaración de Principios y Derechos Fundamentales, y la promulgación de normas nacionales al respecto,  contribuyan a la prevención, enfrentamiento y erradicación de esta pandemia del siglo XXI.
  • Continuar demandando la libertad de Lula hasta su liberación total y completa
  • Reiterar la denuncia a los bloqueos económicos, comerciales y financieros imperiales, a la Ley Helms-Burton y la doctrina Monroe, que constituyen una amenaza sobre nuestra América al atacar a Cuba, a Venezuela y a Nicaragua, siendo instrumentos políticos con pretensiones de dominación colonial que transgreden la independencia, la soberanía y el derecho a la autodeterminación de los pueblos.