domingo, 15 de noviembre de 2020

EN TORNO A LOS DEBATES DE EMPODERAMIENTO DE LA MUJER DESDE EL LENGUAJE

Hay preocupación por una forma velada de violencia de género y es el uso del lenguaje sexista que no reconoce las diferencias de género, cuando nuestra lengua trae implícito el masculino y el femenino. Sabemos que existen palabras neutras pero otras por el uso que se les ha dado, han pasado de sustantivos formados de participio a sustantivos que pueden ser masculinos y femeninos y es el caso de la palabra PRESIDENTE, o el que preside, que también puede usarse como PRESIDENTA, aceptado por la Real Academia de la Lengua Española, aunque antes de su reconocimiento formal, ya los hispanohablantes usaban el término como también se usa SIRVIENTE el que sirve, pero femenizado por la costumbre de llamar SIRVIENTA a la mujer que sirve y no LA SIRVIENTE, como erróneamente se quiere usar LA PRESIDENTE. No hay correlación entre artículo y sustantivo.

Hay personas, hombres y mujeres, que consideran que no debe feminizarse el sustantivo PRESIDENTE, como tampoco se hace con Cantante pero si aceptan SIRVIENTA y por eso se trae con certeza el concepto de que lo que pesa es el reconocimiento del empoderamiento o uso del poder por la mujer. Por eso, aceptamos que las personas no estén de acuerdo, es su derecho, pero lo que no es correcto usar palabras inexistentes para justificarlo, siendo que en el propio diccionario se encuentran las palabras Presidenta, Vicepresidenta y otras de igual naturaleza, pues no solamente en estos casos, sino que a veces vemos que en la prensa se usa en lugar de la Ministra como jefa de un organismo, La Jefe o la Ministro. Y entonces sabemos que no es un error gramatical, sino un error mental, un concepto arraigado de desconocimiento y rechazo en el lenguaje que abusa del androcentrismo para invisibilizar a la mujer con poder de mando.

Sabemos también que sería interminable cuando se justifica un error gramatical al usar la presidente o la vicepresidente. Porque la justificación no es esa. Hay sustantivos neutros pero Presidente no es un sustantivo de esa naturaleza y si lo fuese, la lengua se modifica, se adapta al tiempo y estando en presencia del género y la diversidad, debemos incorporar los cambios a nuestra mente. Algo importante es reconocer que el español tiene género a diferencia del inglés que no los diferencia pero al respecto tenemos que las lenguas romances hacen uso del género masculino y femenino.

Porque he traido este tema al blog, simplemente porque soy de las personas que abogo por una legislación con lenguaje inclusivo en que "ellas" también existan y que formen parte del texto como tales y no incluyéndolas en el masculino por "criterios ajenos e incluso de la propia RAE" que ya asumió  "elles" para los que no se sienten ni él ni ella.

Entonces, vamos al origen de las discordias y que a nuestro entender es la violencia de género, la discriminación de la mujer y el rechazo a su empoderamiento en tanto ejercicio del poder de mando que ancestralmente con el patriarcado estuvo limitado y vedado a la mujer. Si nos quemaron por brujas, si las que querían "salir adelante" tenían que hacerlo enmascaradas en nombres e imágenes masculinas, todo está signado por el androcentismo en el mundo del trabajo.

Los cargos y las profesiones son masculinas y se les ha ido arrancando de a poco y con paciencia su equivalencia en femenino. Simplemente SEAMOS VISIBLES. Existimos, somos parte de la humanidad que trabaja, más bien, la mitad, y por eso tenemos que arrancarles las denominaciones a la lengua para que se reconozcan las ministras, diputadas, concejalas, alcaldezas y las profesiones de médicas, ingenieras, profesoras,  camareras, conductoras, abogadas, arquitectas y cada vez que nos sea casi imposible lograr el cambio pues seremos operarias de albañilería,  y otras profesiones que aún no se ha logrado feminizar.

 

Y donde haya una mujer, una sola mujer, como sucede, cuando en una reunión hay un solo hombre digamos también Compañeros y compañeras. Bochornoso es privilegiar el uso del masculino cuando hay 10 niñas y un niño en lugar dde decir niñas y niños y garantizar en la prensa que cuando de nuestras brigadas médicas se trate, se use un lenguaje inclusivo o simplemente se diga que la brigada está integrada por profesionales de la salud, de la medicina, la enfermería y las técnicas y especialidades asociadas y no destacar que son médicos y enfermeros.  Es simplemente la comunicación más sensata que también debe quedar insertada, imbricada, en nuestras mentes para que el lenguaje sea inclusivo y nada sexista, sea un lenguaje más de equidad que de una simple igualdad, que el género esté presente siempre y no tengamos que ver en algunas publicaciones que "no se trata de lenguaje discriminatorio" pero se usará el masculino para abreviar los tratos y sólo el femenino cuando sea menester, como en el embarazo, parto y yo le agrego, cuando se trate de los cuidados, eminentemente femeninos.

viernes, 13 de noviembre de 2020

BREVES NOTAS SOBRE LA VIOLENCIA EN EL LUGAR DE TRABAJO

 



La violencia en el lugar de trabajo se refiere a actos, generalmente, en forma de abuso o amenaza física, que crea un riesgo para la salud y la seguridad de un empleado o de varios empleados. Comprende el abuso verbal, la intimidación, el atropello, el acoso y las amenazas, entre otras manifestaciones, convirtiendo el centro de trabajo en un entorno intimidatorio.

En muchos países la violencia laboral se define como “toda acción, omisión o comportamiento, destinado a provocar, directa o indirectamente, daño físico, psicológico o moral a un trabajador o trabajadora, sea como amenaza o acción consumada. ... Puede manifestarse como agresión física, acoso sexual o violencia psicológica.

La OIT ha promulgado en junio 2019 el Convenio 190 sobre la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, y dicha norma internacional no aporta una definición completa sino que enuncia dicho fenómeno como un comportamiento que puede producir "daño físico, psicológico, sexual o económico", considerándose "una amenaza para la igualdad de oportunidades" siendo "inaceptable e incompatible con el trabajo decente". De esta manera se le ofrece a los países la oportunidad de definirla y no obligarse ante una definición que por cerrada puede que no sea totalmente acertada a la situación que se presente en su realidad.

La violencia laboral puede presentarse y de hecho se reconoce como agresión física que genera un daño físico visible en la víctima, el acoso sexual identificado con las acciones destinadas a perjudicar la vulnerabilidad de la víctima mediante ataques directos al sexo y el género y el acoso propiamente dicho, más identificado con la violencia psicológica, pues ataca a la víctima mediante una conducta persistente y demostrable, ejercida sobre un empleado, trabajador por parte de un empleador, un jefe o superior jerárquico inmediato o mediato, un compañero de trabajo o un subalterno, encaminada a infundir miedo, pérdida de la autoestima y subestimación de la capacidad personal.

Existen muchas causas por las que se puede dar el acoso laboral , pero las más frecuentes son los celos y la envidia que sienten los acosadores hacia sus víctimas. La víctima por lo general es envidiada por tener alguna cualidad o rasgo que los hace destacar del resto de personas que trabajan en la empresa.

Se visibilizan las actitudes repetitivas o puntuales contra la dignidad de una persona, los comentarios y/o gestos sutiles, la difamación, las burlas, el aislamiento de la víctima ignorando hasta su presencia en el colectivo.

En conclusión, la violencia laboral en cualquiera de sus manifestaciones constituye agresión u hostigamiento, malos tratos, persecución, amenazas a la integridad, la moral y la dignidad de la persona, que puede ser ejercida por el empleador o por uno o más trabajadores, en contra de otro u otros, por cualquier medio, puede ser verbal, por escritos injuriosos, a través de medios informáticos y hasta en forma de ciberacoso y puede tener como resultado para la víctima el menoscabo, maltrato o humillación, o bien un perjuicio a su situación laboral.

 

QUÉ ES EL CIBERACOSO

Estamos en presencia no sólo de un término sino de acciones de moda en las redes sociales y por eso es importante dar a conocer su contenido, conceptos, trascendencia y forma de combatirlo.

 



 El ciberacoso, también denominado acoso virtual, cibernético, electrónico, es el uso de medios digitales para molestar o acosar a una persona o grupo de personas mediante ataques personales, divulgación de información confidencial o falsa entre otros medios. Se lleva a cabo mediante dispositivos digitales, como teléfonos celulares, computadoras y tabletas, a través de mensajes de texto, textos y aplicaciones, y usando las redes sociales, donde las personas pueden ver, participar o compartir contenido. El ciberacoso incluye enviar, publicar o compartir contenido negativo, perjudicial, falso, o cruel sobre otra persona. Su fin es provocar humillación o vergüenza y en virtud de su trascendencia y daño que ocasionan pueden considerarse comportamiento ilegal o delictivo. Algunos países poseen leyes contra el acoso en general y en particular contra el ciberacoso, ya que su víctima preferida es el o la adolescente y sobre todo con enfoque de género. De las redes sociales las más usuales para ello son Facebook, Instagram, Snapchat, Tik Tok y Youtube, porque comparten textos, fotos, audiovisuales y otros. Los mensajes que se envían son agresivos, groseros, fake news o historias falsas al igual que fotos trucadas, pero que pasan a la vista pública por imágenes verdaderas. En estos momentos, nuestro país está sometido a un acoso virtual impresionante por parte de enemigos reales o los llamados troll o enemigos falsos concebidos como manipulaciones, pero hacen el mismo daño si a tiempo no se les descubre, pues humillan a la víctima, le crean un ambiente muy desagradable y a veces bochornoso, y en dependencia de la fuerza de carácter que ella tenga para resistir la embestida, pueden ocasionarle daños irreparables a su salud. Se miente a sabiendas que la información es falsa o que se use una parte verdadera a la que se agregan datos, fotos, audios trucadas.

Mantengamos nuestros ojos bien abiertos, y no demos siempre credibilidad a todo lo que leemos, vemos y oímos sobre otra u otras personas si desconocemos la fuente o no son confiables. No seamos reproductores o multiplicadores de información cuya fuente desconocemos.

Y en nuestro caso, no seamos personas incautas y sobre todo las mujeres, caer en solicitudes de novios, amigos, y hasta amigas, para posar desnudas o en poses comprometidas, en actos muy personales que sirven para esos propósitos sobre todo cuando se rompe la relación o la persona se niega a que estas imágenes se publiquen. También pueden ser usadas por personas inescrupulosas para pedir "rescates" y sin embargo, nunca estarás a salvo de un chantaje.

 

NO AL BLOQUEO DE ESTADOS UNIDOS CONTRA CUBA