lunes, 23 de enero de 2023

SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO PERUANO

 

La ALAL exige el cese de la represión y la plena vigencia del Estado de Derecho.

La Asociación Latinoamericana de Abogados y Abogadas Laboralistas ALAL, se solidariza con el pueblo peruano que está ejerciendo su legítimo derecho de protesta y manifestación.

Los informes que nos llegan de la Asociación Peruana de Laboralistas de Trabajadores
APL -miembro de la ALAL-, dan cuenta de la gravedad de la situación: decenas de muertos, centenares de detenciones, irrupción de la policía en la Universidad Mayor de San Marcos, con estudiantes maltratados y encarcelados.

De igual modo, nos preocupa -y así lo hemos denunciado el día de ayer en una declaración conjunta de asociaciones representativas de la abogacía democrática- la violación de las garantías de los defensores de las personas detenidas, y con ello, de los derechos de defensa y debido proceso.

La derecha peruana y el poder económico indudablemente sostienen esta situación para imponer un modelo económico neoliberal que dé marcha atrás con las buenas medidas tomadas durante el Gobierno de Pedro Castillo, sobre todo en materia de derechos laborales, impulsadas y defendidas por el movimiento obrero. 

Creemos firmemente en el derecho de autodeterminación de los pueblos, y el peruano indudablemente exige en las calles elecciones democráticas de manera inmediata y el fin del gobierno ilegítimo de Dina Boluarte.

Por eso exigimos el cese de la represión, la vigencia del Estado de Derecho y la solución
del conflicto de manera democrática.


Se firma en Latinoamérica a los 21 días del mes de enero de 2023,

Comité Ejecutivo ALAL

DECLARACIÓN DE LAS FUERZAS POLÍTICAS Y SOCIALES A LA VII CUMBRE DE LA CELAC EN BUENOS AIRES, ARGENTINA EN ENERO 2023

 Declaración de fuerzas políticas, centrales sindicales, organizaciones y movimientos sociales, en el marco de la VII Cumbre de Jefas y Jefes de Estado de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC)

 

  Considerando:
- Que el mundo se encuentra hoy en una situación de crisis estructural, de disputa hegemónica y de crisis ambiental, que presentan nuevos desafíos para el sistema internacional en general y para América Latina y el Caribe en particular.
- Que la unidad de América Latina y el Caribe es una condición para: alcanzar la verdadera independencia; consolidar a la región como una zona de paz, en el sentido expresado en la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz aprobada en la II Cumbre de la CELAC, en La Habana, Cuba, el 29 de enero de 2014; tomar un sendero de desarrollo que dé fin a las inaceptables brechas con
los países centrales; obturar la posibilidad de que nuestra geografía devenga un territorio de disputa entre potencias ajenas a ella; garantizar la estabilidad política;
- Que América Latina y el Caribe es indiscutiblemente un territorio plurinacional;
- Que América Latina y el Caribe es la región más desigual del mundo, lo cual se vio agravado por la pandemia de la COVID-19 y la guerra en Ucrania;
- Que América Latina y el Caribe es la región más endeudada del mundo en desarrollo, lo cual condiciona severamente su desarrollo y autonomía política. Este problema trasciende la no menor cuestión de la carga de la deuda (pago de intereses, por ejemplo), sino que además afecta dimensiones económicas y sociales fundamentales, con consecuencias distributivas, de empleo, de precariedad laboral, de género y sobre la seguridad social. Es innegable, en este sentido, la responsabilidad de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) en tanto instrumentos de una estrategia de sometimiento de los países periféricos al capital transnacional, con el destacado apoyo de los EEUU, en alianza con grupos locales.
- Que América Latina y el Caribe tiene una deuda histórica con los derechos laborales y humanos;
- Que la democracia en América Latina y el Caribe está amenazada por nuevas formas de desestabilización y quiebres institucionales, a partir de la voluntad de actores domésticos y ajenos a la región de instalar democracias tuteladas funcionales a intereses anti-populares.
- Que la unidad de nuestra región debe construirse desde el pie, con la participación protagónica de las fuerzas políticas y las organizaciones y movimientos sociales.

Celebramos:
- La realización de la VII Cumbre de la CELAC y la vocación y el compromiso de los gobiernos de la región en avanzar en un camino de mayor integración regional, así como en posiciones conjuntas en temas clave de las agendas global y regional, en pos de los intereses de nuestros pueblos.

Declaramos:
- Que es imperioso que la CELAC sostenga un posicionamiento firme en relación con la finalización de la guerra en Ucrania, articulando todos los recursos diplomáticos disponibles en aras de un diálogo político que lleve a la paz en esa región del mundo, asumiendo los compromisos pertinentes respecto al
sostenimiento de un orden internacional multilateral basado en el derecho internacional. En ese sentido, es imperioso que se detengan los avances de la OTAN en la zona, así como la inclusión de Ucrania en esta organización.
- Rechazamos toda forma de colonialismo o neocolonialismo en América Latina y el Caribe.
- Denunciamos que la base de la OTAN, representada por Gran Bretaña, en el territorio usurpado a la República Argentina, representa un peligro para toda la región y forma parte de un dispositivo de dominio anglosajón más amplio y ambicioso sobre la región. Exhortamos a los gobiernos de la CELAC a tomar las medidas necesarias para poner fin pacíficamente a esta situación, al amparo del
derecho internacional.
- Reafirmamos los legítimos derechos soberanos de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes y el Sector Antártico Argentino, en el sentido en el cual fue establecido una vez más por la CELAC en la Declaración Especial de septiembre de 2021.
- Repudiamos todo bloqueo ejercido contra cualquier país de la región, y demandamos no solo la finalización de los bloqueos actualmente existentes sino la definición de mecanismos de reparación a los pueblos que los sufren. Con relación al caso de los 62 años de bloqueo a Cuba, exigimos que los EEUU apliquen la resolución votada en treinta oportunidades en la Organización de las Naciones Unidas de levantarlo. Asimismo, demandamos que EEUU retire a Cuba de la arbitraria lista de patrocinadores del terrorismo internacional en la cual la ha colocado. En el caso específico del bloqueo a Venezuela, se destaca el hecho de que impide que el Astillero Río Santiago, en Argentina, cumpla con su compromiso de entregar el buque petrolero Eva Perón y la continuidad de su construcción gemela, el buque Juana Azurduy.
- Solicitamos a los gobiernos de la CELAC iniciar acciones coordinadas para desmantelar las bases militares instaladas por EEUU en América Latina y el Caribe. En el año en que se cumplen 200 años de la Doctrina Monroe, condenamos fuertemente lo que ella implica y cualquier tipo de injerencia en nuestra región por parte de EEUU.
- Demandamos que la CELAC tenga una voz concertada en cuanto a las transformaciones necesarias de la arquitectura financiera internacional y la deuda externa de los países. Es necesaria una Nueva Arquitectura Financiera Internacional, orientada al desarrollo productivo con inclusión social. Esta Nueva Arquitectura Financiera Internacional debería comenzar con una fuerte revisión del proceso de endeudamiento salvaje de nuestros países por parte de los centros financieros y sus agentes especulativos, así como diseñar estrategias donde el repago de las deudas soberanas recaiga sobre los actores económicos que se han beneficiado de estos procesos, y no sobre el conjunto de los sectores populares de la región. Acuerdos tributarios entre países, para detectar la fuga de capitales de los grandes especuladores de origen local, es el primer paso para construir un espacio monetario más soberano.
- Consideramos imperioso que se encare con decisión la cuestión de la extranjerización de la tierra en nuestra región, un flagelo que se ve agravado por la actual disputa hegemónica global. En ese sentido, advertimos sobre la gravedad y el riesgo generado con los procesos de extranjerización de tierras y espacios marítimos y fluviales en beneficio de empresas estatales, privadas o individuos ajenos a nuestra región. Existe la posibilidad de que se constituyan en instrumentos de la apropiación y el saqueo de nuestros recursos naturales y la excusa para la intervención de poderes extranjeros.
- Abogamos por una integración regional que constituya el mejor instrumento para fortalecer la soberanía y la autonomía de nuestra región, para que los destinos de este territorio sean definidos democráticamente según la voluntad de sus pueblos.
- Condenamos los golpes de Estado que han tenido lugar en la región. Recientemente, el perpetrado en Perú y el intento en Brasil. Asimismo, condenamos los recientes intentos de magnicidio de la ex presidenta y actual vicepresidenta de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y de la actual vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez.
- Buscamos que sea promovida una integración regional que fortalezca la independencia económica de América Latina y el Caribe, disminuyendo los condicionantes económicos externos a partir de una inserción internacional y acuerdos regionales que creen y fortalezcan capacidades productivas y tecnológicas propias, en pos de una reducción de las brechas de desarrollo con los países centrales. Demandamos que se desande el sendero de acuerdos de libre comercio y tratados bilaterales de inversión que han sido perjudiciales para nuestros países.
- Es imperioso encarar la cuestión de la crisis climática, con un posicionamiento firme de la CELAC en relación a las responsabilidades comunes pero diferenciadas en esta cuestión, promoviendo a nivel global una transición justa.
- Sostenemos que se deben retomar los principios y mandatos reconocidos en las Declaraciones de la II, III, IV, V y VI Cumbres de la CELAC relativos a la generación de trabajo digno y productivo, la reducción de las desigualdades, el establecimiento de salarios mínimos vitales y su elevación progresiva, la protección, asistencia y seguridad social, la eliminación del trabajo infantil, el fortalecimiento de la educación técnica y la formalización profesional, la promoción de la igualdad y la equidad de género, la empleabilidad juvenil, el fomento a la libertad sindical y a la negociación colectiva, el respeto al derecho de huelga y el fortalecimiento de la administración del trabajo. Creemos en la necesidad de que la CELAC adopte una Carta Sociolaboral Latinoamericana, de modo de garantizar a través de un instrumento internacional, una serie de pisos mínimos en materia de derechos laborales que obligue a los Estados parte a comprometerse con respetarlos y a no promover ninguna reforma legislativa que los vulnere. Asimismo, demandamos la defensa de los sistemas previsionales
públicos y de reparto.
- Con base en los compromisos adoptados en la resolución sobre la inclusión de un entorno de trabajo seguro y saludable en el marco de la OIT, relativos a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, solicitamos a los jefes y las jefas de Estado de la CELAC que promuevan la elaboración de una hoja de ruta de América Latina y el Caribe sobre Seguridad y Salud en el trabajo y la creación de un grupo de trabajo técnico para el diseño de la hoja de ruta.
- Afirmamos que sin igualdad de género no hay justicia social, por lo que resulta necesario el compromiso de los Estados en la generación de las condiciones que aseguren el pleno ejercicio de los derechos y libertades a todas las personas, en especial a mujeres y diversidades. Reclamamos medidas urgentes para erradicar las violencias de género.
- Demandamos la protección de las personas migrantes y sus familias, según los instrumentos del derecho internacional que rigen en la región.
- Demandamos la institucionalización de espacios permanentes de diálogo de los gobiernos con las organizaciones y movimientos sociales, así como de participación de la sociedad civil organizada. La región cuenta con un importante acervo al respecto que es central recuperar prontamente. Retomamos la demanda presentada ante la VI Cumbre de la CELAC que tuvo lugar en México, en la Declaración Abierta de organizaciones sociales de América Latina y el Caribe que llama a encaminar junto con los gobiernos un espacio de diálogo sobre las grandes tareas y desafíos que tiene nuestro continente.
- Demandamos la promoción, por parte de los gobiernos de la CELAC, de procesos de democratización de los poderes judiciales en América Latina y el Caribe, que se encuentran cooptados por intereses internacionales y locales que no corresponden con los de nuestros pueblos, para así dar fin al disciplinamiento social, la criminalización de la pobreza, la juventud y la protesta, así como a la persecución político-judicial o guerra jurídica contra los y las líderes populares.
Demandamos la liberación de todos los presos políticos y todas las presas políticas en la región, sin cuya liberación no hay democracia real. Exigimos la liberación de la dirigenta argentina Milagros Sala.
- Demandamos la creación de un ámbito para la elaboración de estrategias comunicacionales conjuntas, que no sólo permitan formular políticas y desarrollar actividades frente a las noticias falsas (fake news), y las propias acciones de las grandes corporaciones de medios con un claro sentido de dominación, sino que también refleje y exprese el bagaje cultural latinoamericano, las experiencias organizativas, las luchas populares, las historias de resistencia, la vida cotidiana de los pueblos.
- Demandamos que la CELAC active todos los dispositivos y la coordinación necesaria para garantizar la plena vigencia de los derechos humanos en la región.
- Demandamos que los Estados garanticen los derechos económicos, sociales y culturales de los Pueblos Originarios, reivindicando la Plurinacionalidad de Territorio de América Latina y el Caribe.
- Demandamos que la región dé una respuesta propia a la cuestión haitiana, respetando el principio de no intervención y el derecho del pueblo de Haití a definir soberanamente su destino.
- Reafirmamos el carácter latinoamericano y caribeño de Puerto Rico y abrazamos a su pueblo reclamando que se ponga fin a toda forma de colonialismo en ese territorio.
- Nos comprometemos a articular la solidaridad y la organización de los pueblos para la realización efectiva de lo aquí demandado y con el sostenimiento en el tiempo de espacios como la CELAC social.
 

Buenos Aires, Patria Grande, enero de 2023
Adhieren: Fuerzas políticas, centrales sindicales, organizaciones y movimientos sociales
de América Latina y el Caribe.

miércoles, 18 de enero de 2023

SOBRE LA NECESIDAD DEL DESCANSO Y LA INJUSTA DISTRIBUCIÓN DEL TIEMPO QUE LO IMPIDE

DORMIR NO ES DE FLOJOS: MATARSE DE SUEÑO ES UNA INJUSTICIA SOCIAL

Varios ensayos alertan de las amenazas y retos sobre una sociedad insomne, que vive desincronizada, agotada y en perpetuo estado de disponibilidad

NOELIA RAMÍREZ

El País, Barcelona - 16 ENE 2023 - 23:30 COT

  En el primer capítulo de la serie Industry (HBO Max), Hari es un becario aspirante a un contrato fijo como asesor en la competitiva compañía de servicios financieros Pierpoint & Co en la City de Londres. Para conseguirlo, se alimentará de bebidas energéticas y pastillas de modafinilo (un neuroestimulante para mantenerse alerta) y así pasar las noches en la oficina, avanzando trabajo. Hari permanecerá en vela, concediéndose microsiestas cada pocas horas, controladas por su teléfono, encerrado en uno de los cubículos de los baños de la empresa. El aspirante dice que necesita “hacer horas nocturnas para causar buena impresión” porque viene de una universidad pública y el resto de los aspirantes, salidos en su mayoría de selectos centros a lo Eton, le hacen sentir que no merece ese puesto. A las pocas semanas de empezar sus prácticas, fallecerá en ese baño en el que apenas duerme. Sufrirá un colapso por privación de sueño y por el ataque de ansiedad que le provoca haberse equivocado de tipografía en una página de un informe que redactó para la empresa.

 La historia de Hari es ficción, pero bebe de la realidad. Ahí están las camas que Elon Musk ha colocado en los cuarteles de Twitter después de que una de sus trabajadoras subiese una foto durmiendo en un saco de dormir junto a su escritorio y del ultimátum del magnate exigiendo a sus empleados “trabajar muchas horas a gran intensidad” con un “rendimiento excepcional”. O la sanción a la agencia de publicidad japonesa Dentsu, amonestada en 2017 por el suicidio de Matsuri Takahashi, una empleada de 24 años que entró en depresión por falta de sueño, agotamiento y exceso de trabajo. Sobrepasaba las 130 horas extra semanales cuando se lanzó al vacío desde su empresa el día de Navidad. Uno de sus últimos tuits fue: “Otra vez tengo que trabajar el fin de semana. Quiero morir”.

 El último bastión por capitalizar

 “El sueño es el único bastión que le quedaba al capitalismo para colonizar nuestras vidas e incorporar cada uno de sus momentos al tiempo continuo de producción, del consumo y de la comunicación”, advierte la filósofa Marina Garcés en Dormir para resistir, uno de los ensayos que conforman su último libro, Malas compañías (Galaxia Gutenberg, 2022). En el texto, Garcés alerta de la invasión de este malestar insomne de la era del siempre disponibles, siempre conectados y en el que la imposibilidad del sueño por los ritmos de producción “impide un mundo común” donde poder descansar y abandonarse. “La falta de sueño ha perdido peligrosidad y ha ganado rentabilidad”, cuenta la filósofa, siguiendo la estela de lo que escribió el crítico de arte y ensayista Jonathan Crary en 24/7 El capitalismo al asalto del sueño (Ariel, 2013): “El sueño plantea la idea de una necesidad humana y de una temporalidad que no pueden ser colonizadas y aprovechadas para alimentar el gran motor de la rentabilidad [...] La asombrosa e inconcebible realidad es que no se le puede extraer valor”, apuntó. Casi una década después, el acto de dormir sigue sin capitalizarse ni da rédito en la sociedad de la eficiencia. Quizá por eso nos estamos matando de sueño.

Mientras en Japón se ha vuelto a popularizar el vocablo “karoshi” para referirse a la muerte por exceso de trabajo, la epidemia de insomnio que asola a ese y otros países se ha convertido en cuestión de Estado. En España, la lacra de mal sueño llegó hasta el Congreso en noviembre a través de una Proposición No de Ley (PNL) para tratar de poner freno a unas cifras que hablan por sí solas: entre octubre de 2021 y septiembre de 2022 se vendieron 11,8 millones de cajas de somníferos en las farmacias, según la consultora Health Market Research (HMR). Son 800.000 cajas más que dos años atrás.

En un país en el que dos millones de personas trabajan de noche, más de cuatro millones tienen insomnio crónico y casi la mitad de la población asegura no dormir bien con regularidad, cuando la implantación del teletrabajo por la pandemia desincronizó todavía más a la sociedad y es imposible cuantificar la cantidad de horas nocturnas que, además, invierten autónomos y trabajadores de la gig economy (la economía de trabajos de corta duración), el derecho al sueño se ha convertido en una lucha que va más allá de la responsabilidad en el descanso individual y se erige como una batalla colectiva y social.

Población cansada, población manipulada

“No habrá igualdad si no hay igualdad por un sueño decente”, escribe el profesor de política en la London School of Economics Jonathan White en su ensayo Poor sleep (sueño pobre). Un texto en el que analiza la injusticia social y política que se cierne sobre una sociedad “que ha hecho del acto de estar de guardia, sin sincronizar y sin dormir una política generalizada” y en el que apuesta por afrontar mecanismos de justicia social a favor del descanso para resincronizar nuestros ritmos circadianos y reloj biológico.

“Una población cansada es más probable que acepte regímenes políticos que exigen menos de su participación”, apunta el ensayista sobre las consecuencias de una epidemia de fatiga crónica social. “La desincronización del sueño también reduce el tiempo libre en el que las personas pueden coordinarse políticamente. Desde las protestas hasta las reuniones participativas, la ciudadanía activa depende de la disponibilidad del tiempo libre que se comparte, y de aquellos que no están tan agotados como para buscar solo privacidad”, cuenta en el texto.

Para ejemplificarlo, se apoya en aquello que el psicoanálista y filósofo Erich Fromm apuntó en El miedo a la libertad (1941), cuando destacó que las formas autocráticas de política prosperan en las poblaciones que se caracterizan “por un estado de cansancio interior y resignación, incluso en los países democráticos”.

 Por una justicia circadiana

 Frente a las amenazas políticas sobre sociedades insomnes, White también carga contra la voluntad de encerrar el derecho al sueño en la trampa del autocuidado. Como cuando los expertos recomiendan guías personalizadas de “higiene del sueño” y nos prescriben irnos a dormir a las 10 de la noche, alejados de las pantallas, como supuesta receta milagrosa contra una epidemia estructural de una sociedad que se entregó sin oponer resistencia a la tiranía del rendimiento y se ha habituado a contestar correos pasada esa hora. “Tales respuestas tienden a privatizar el sueño y sus descontentos. Responsabilizar a los individuos por los problemas colectivos es una mala idea, pero especialmente en un área como el sueño, donde los sentimientos de responsabilidad personal generan una ansiedad adicional”, advierte el británico.

 

Todas esas tiritas son soluciones estériles e insuficientes frente a lo que White estipula como “justicia circadiana”. Un movimiento que apuesta por abordar las causas del sueño corto e irregular, pero también incidir en los derechos laborales. Una hoja de ruta que pasa por controlar la semana laboral, la duración de los turnos y respetar el derecho a desconectar que estipuló la Unión Europea y que se incumple flagrantemente en España.

  “En el espacio de apenas cien años, los seres humanos hemos abandonado nuestra necesidad biológica de tener un sueño adecuado, una necesidad que la evolución pasó 3.400.000 años perfeccionando para ponerla al servicio de las funciones vitales”, recuerda el científico inglés Mathew Walker en Por qué dormimos (Capitan Swing, 2020). En su investigación, al igual que Crary, apuesta por un cambio radical en nuestra apreciación personal, cultural, profesional y social del acto de dormir: “Esta epidemia silenciosa de pérdida de sueño es el reto de salud pública más importante al que nos enfrentamos en el siglo XXI en los países desarrollados. Si deseamos evitar el riesgo fatal de descuidar el sueño, la muerte prematura que acarrea y la deteriorada salud a la que nos conduce, debe producirse un cambio radical en la sociedad”, indica, y concluye con una llamada comunitaria a la acción: “Es hora de que reclamemos nuestro derecho a toda una noche de descanso, sin vergüenza y sin el estigma perjudicial de la pereza”.

 Todo un reto mientras se legitima una cultura laboral que, como pasa con en la serie Industry, nos viene a decir: “No te quedes despierto toda la noche… pero necesitamos esto a las seis en punto de la mañana”.

 Interesante

Las realidades de un sistema sustentado en la acumulación.

https://www.oxfam.org/es/notas-prensa/el-1-mas-rico-acumula-casi-el-doble-de-riqueza-que-el-resto-de-la-poblacion-mundial-en

Más que interesante. Un nuevo, no tanto, derecho a reclamar.