viernes, 3 de agosto de 2012

CONTINUACIÓN DEL TEMA SOBRE ENFOQUE DE GÉNERO POR LYDIA GUEVARA RAMÍREZ

Impacto de las reformas laborales en el empleo femenino.


La situación actual de la economía mundial se debate en crisis medioambiental, financiera, inmobiliaria, energética, en los mercados de créditos y que influyen decisivamente en una crisis del empleo, como resultado de lo cual hay un  boom del trabajo precario e informal en prácticamente todos los países. La crisis económica de 2008 no ha hecho más que acelerar el proceso, ya rápido de por sí, de la informalización del trabajo. Se considera que las mujeres son las más afectadas por estas tendencias de los mercados laborales.

“El impacto inicial que ha tenido la crisis económica mundial en el empleo, que ha dejado a más de 27 millones de hombres y mujeres sin trabajo, está bien documentado. El informe analiza diversas investigaciones internacionales recientes provenientes de distintas fuentes, haciendo hincapié en una segunda oleada de impactos en el empleo que afecta en particular a las mujeres y que apenas queda reflejada en las estadísticas oficiales y en las políticas de los Gobiernos. La tendencia, existente desde hace tiempo, a arreglos precarios de empleo y una creciente informalización del mercado laboral se ha visto considerablemente acelerada por la crisis, dejando a un número cada vez mayor de mujeres sin empleo y sin seguridad económica y haciendo que sus salarios sigan disminuyendo”[1].

En los informes de Tendencias del Empleo en el Mundo, 2010 y 2011, la OIT declara que “la crisis tiene un efecto de gran alcance para las mujeres, exacerbando su posición históricamente desfavorecida”, lo cual es posible dado que las mujeres tienen una baja representación en los niveles decisorios o donde se ejerce el poder, sin embargo su participación es más significativas en el empleo informal, vulnerable y ocasional. Por tanto las desigualdades de género pre-existentes se exacerban a partir de la crisis.

Según la OIT, entre 2007 y 2009 la tasa mundial de desempleo femenino aumentó del 6 al 7% – ligeramente más que la tasa de desempleo masculino, que aumentó del 5,5 al 6,3%. Aunque las estimaciones mundiales muestran que el impacto de la crisis en el desempleo ha sido prácticamente igual de perjudicial para hombres y mujeres de todo el mundo, las bajas tasas de empleo entre las mujeres y su concentración en formas vulnerables o informales de empleo con bajos ingresos y una protección social inadecuada son factores que sitúan a la mujer en una posición de desventaja frente a los hombres a la hora de capear el temporal en tiempos de crisis[2].

¿Que han hecho los gobiernos ante esta situación? Según Naomi Klein, han aplicado la doctrina del shock que consiste en la utilización de situaciones contingentes especialmente graves como justificación para la adopción de medidas impopulares, aún cuando resulte dudosa la relación entre las unas y las otras. Y lo que se aplica es una contrarreforma laboral cuyo supuesto es situar a las relaciones laborales como supuestas causantes de la crisis y por tanto se requiere de todos ceder derechos sociales para la superación de la misma. Aparece el dogma consistente en que las empresas han tenido que cesar en su actividad laboral y generar empleos por la supuesta rigidez de las relaciones laborales y la legislación vigente.  Se hace un llamado a la tercerización, la intermediación en el empleo, el trabajo a tiempo parcial y la inestabilidad en el empleo

Esto no es nada más y nada menos que una visión mercantilista del trabajo cuyo fin es reducir el riesgo empresarial, consolidar la temporalidad laboral, facilitar el despido, modificar las condiciones de trabajo, utilizar el contrato de trabajo tan sólo cuando sea imprescindible, sin asumir riesgos y costes por su extinción o modificación. El riesgo empresarial se reduce a la mínima expresión, trasladando el mismo a los trabajadores y trabajadoras, quienes deben asumir la crisis a través de sus ingresos laborales.

La crisis ha provocado en América Latina un aumento de la pobreza en una región que ya tiene 180 millones de pobres y más de 70 millones de indigentes, incrementándose el desempleo del 7,4% del 2008 al 9% en 2009 y actualmente otros 3 millones de personas en la región carecen de empleo. Los países latinoamericanos y caribeños, proveedores de materias primas, han reducidos los términos de intercambio de sus productos, en 10,8%.

Por su parte, los norteamericanos son cada vez más pesimistas en cuanto a la salida de la crisis puesto que la tasa de desempleo está en 8,2 por ciento y cada vez se elevan más los precios de los combustibles

La temporalidad media en la  Unión Europea de los 27 es del 14%, afectando mucho más a las mujeres que a los hombres.  

Según el Banco Mundial, más de 900 millones de personas (el 13 % de la población global) sobreviven en extrema pobreza, y apenas 17 millones habrán salido de dicho estado de penuria en el 2015.

En Grecia se propuso aplicar un recetario neoliberal de brutales recortes como condición para acceder a los rescates financieros, con cuatro años de recesión, un nivel de desempleo del 21 %, más de tres millones de personas en la pobreza y un recorte del gasto público en sectores como la educación y la sanidad, la destrucción de empleos, reducción de salarios y pensiones, así como privatización de las pocas empresas que siguen en manos del Estado.

Los jóvenes de entre 15 y 24 años siguen siendo los más afectados por el paro, pues más de la mitad de ellos (50,8 %) no tienen trabajo. Los datos de comienzos del 2012 se traducen en que un millón 84 mil personas, en un país de cerca de 11 millones de habitantes, carecen de una vía para ganarse la vida.

En cuanto a España, la destrucción de empleo ha sido más intensa en ciertos colectivos, especialmente los jóvenes cuya tasa de paro entre los menores de 25 años alcanza casi el 50%. Por lo que hay una incertidumbre acrecentada a la hora de entrar en el mercado de trabajo, y ello está provocando que muchos jóvenes con formación profesional abandonen el mercado de trabajo español en busca de oportunidades en el extranjero.

La reforma laboral es completa, contiene medidas incisivas y de aplicación inmediata, al objeto de establecer un marco que contribuya “a la gestión eficaz de las relaciones laborales”, que facilite la creación de puestos de trabajo, y la estabilidad en el empleo que necesita el país.

¿Cuáles son las medidas que adopta la Reforma laboral española a través del Real Decreto-ley 3/2012, de 10 de febrero, de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral?
·         Despido libre o sin causa durante un año en las pequeñas y medianas empresas. 
·         Incremento de la precariedad de determinados colectivos de trabajadores cuya contratación se bonifica (mujeres, jóvenes y desempleados mayores de 45 años);
·         Se flexibiliza el despido rebajando sus costes económicos y de procedimientos (eliminación de la autorización administrativa en los procesos de despido colectivo, suspensión del contrato y reducción de la jornada de trabajo).

El RDL 3/2012 pone en duda el cuadro institucional del Derecho del Trabajo y facilita la sobreexplotación de la clase obrera, abriendo el camino a la implantación de condiciones extremadamente dura.

En contraposición a este cuadro, se adopta en Venezuela el Decreto Nº 8.938 de 30 de abril de 2012 que puso en vigor la Ley Orgánica del Trabajo de Trabajadores y Trabajadoras la cual es diametralmente opuesta a la anterior con las siguientes medidas a favor de trabajadores y trabajadoras:
      Estabilidad en el empleo y prohibición del despido sin causa.
      Vigencia de los principios de intangibilidad y progresividad de los derechos y beneficios laborales, los que no sufrirán desmejoras y tenderán a su progresivo desarrollo
      Limitaciones a la subcontratación. La tercerización se considera fraude y está prohibida
      Jornada máxima semanal de 40 horas.
      Titularidad individual del derecho de huelga y estabilidad durante su ejercicio
      Presunción amplia de la existencia de relación de trabajo.
      Protección a la familia, con aumento del período de licencia pre y postnatal y mayores beneficios no salariales, como es el pago de cursos de capacitación, gastos funerarios, reintegro de gastos médicos y odontológicos.

Y además véase la diferencia de una visión no mercantilista del trabajo cuando se aplican sanciones con arrestos a patronos, por faltas o incumplimientos, como son la negativa a reenganchar a un trabajador, la violación del derecho de huelga, el incumplimiento y la obstrucción a la ejecución de actos de las autoridades del trabajo que serán sancionados con medida de arresto policial de seis a quince meses. El patrono o patrona que de manera ilegal e injustificada cierre la fuente de trabajo será sancionado o sancionada con la pena de arresto de seis a quince meses por los órganos jurisdiccionales competentes a solicitud del Ministerio Público. 

La siguiente tabla muestra un cuadro actuali sobre la mujer trabajadora en el mundo[3]

·         A nivel mundial, la participación de la mujer en el mercado laboral se mantuvo estable entre 1990 y 2010, mientras que la de los hombres fue disminuyendo constantemente a lo largo del mismo período. La brecha de género relativa a la participación de la mano de obra sigue siendo considerable a todas las edades, excepto en los primeros años de la edad adulta.
·         Las mujeres están empleadas predominantemente y cada vez más en el sector servicios.
·         El empleo vulnerable (trabajo por cuenta propia y contribución al trabajo familiar) prevalece en muchos países de África y Asia, sobre todo entre las mujeres.
·         En las regiones menos desarrolladas el sector informal es una importante fuente de empleo para mujeres y hombres, aunque más para las mujeres.
·         La segregación ocupacional y las brechas salariales de género siguen persistiendo en todas las regiones.
·         En la mayoría de las regiones más desarrolladas y en algunas regiones menos desarrolladas el empleo a tiempo parcial es habitual entre las mujeres, y está aumentando en casi todas partes tanto entre mujeres como hombres.
·         Las mujeres dedican por lo menos el doble de tiempo que los hombres al trabajo del hogar, y si se tiene en cuenta la totalidad del trabajo realizado – remunerado y no remunerado – las mujeres trabajan más horas que los hombres.

Por último se reconocen cuatro áreas clave para la solución del empleo tanto femenino como masculino que se expresan a continuación:
·         Creación de empleos de calidad.
·         Aplicación de medidas de igualdad de género en el mercado laboral.
·         Acceso universal a la seguridad social con un piso de protección social para todos los trabajadores y trabajadoras, independientemente de su situación de empleo.
·         Protección  legal a los trabajadores con formas inseguras y precarias de empleo.

¿Qué dice la OIT con respecto al tema de género para un trabajo digno?


Primeramente debemos destacar que entre los 8 objetivos de Desarrollo del Milenio hay uno referido a promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer en el contexto de los 7 restantes indicados a continuación:

·         Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
·         Lograr la enseñanza primaria universal
·         Reducir la mortalidad infantil
·         Mejorar la salud materna
·         Combatir el VIH/SIDA, la malaria y otras enfermedades
·         Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente
·         Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

Pero el panorama sigue siendo sombrío para el próximo decenio. La OIT ha expresado en sus informes recientes que el impacto de la actual crisis económica mundial en el mercado laboral afectará más a las mujeres, que a los hombres, por lo que de los 50 millones de empleos que podrían perderse, 22 millones serán de mujeres. A primera vista parecería que la influencia es menor, pero cabe recordar que son más los hombres ocupados en el trabajo formal que las mujeres, que se dedican más al sector informal y precario, por tanto la cifra es alarmante para conseguir la incorporación futura de la mujer al trabajo protegido legalmente. Se completa el cuadro a partir de informaciones publicadas respecto a que las mujeres representan cerca de la mitad de los migrantes en todo el mundo y que muchas de ellas trabajan en los sectores menos protegidos y más explotados, y con cada vez mayor frecuencia caen en manos de redes de trata de personas para el empleo y prostitución.[4]

Sólo en América Latina, de los 6 millones de personas que ingresarán en la categoría de pobres, unos 4 millones de personas que actualmente pertenecen a la clase media, descenderán por debajo de la línea de pobreza, cuando 2 millones de pobres no saldrán de la pobreza. Se completa el cuadro con la cifra de entre 1,8 y 2,3 millones de nuevos desempleados que se sumarán a los 16 millones actuales, por lo que la tasa de desocupación llegaría a 8-8,5% promedio regional.

Según la OIT, con datos de febrero de 2012, "más de 400 millones de nuevos puestos de trabajo serán necesarias durante la próxima década para absorber los 40 millones de crecimiento de la fuerza laboral cada año, enfrentándose el mundo al reto adicional de crear empleos decentes para los casi 900 millones de trabajadores que viven con sus familias por debajo de la línea de pobreza, sobre todo en los países en desarrollo."

Se completa el cuadro del empleo con los datos de igual fecha en los que las estadísticas confirman la tendencia de que los jóvenes de edades comprendidas entre 15 y 24 años, son los más afectados por el desempleo y se estima en 75 millones el desempleo juvenil, por lo que a nivel mundial, los jóvenes tienen casi tres veces más probabilidades que los adultos de estar desempleados.

Pero en su actividad tendente a la aplicación del principio de igualdad e incluso un enfoque de género con “desigualdad positiva”, se han adoptado por esta Organización desde el año 1951 una serie de convenios internacionales para la debida protección de la mujer y la familia como son:

         Igualdad de remuneración, (núm. 100);
         Discriminación (empleo y ocupación), (núm. 111);
         Trabajadores con responsabilidades familiares, (núm. 156);
         Trabajo a tiempo parcial, (núm. 175)
         Trabajo a domicilio, (núm. 177)
         Protección de la maternidad, (núm. 183).
         Trabajo decente para los trabajadores del hogar (núm. 189)
         Recomendaciones de la Conferencia de la OIT de 2009 respecto a “La igualdad de género como eje del trabajo decente”


[1] ITUC, CSI, IGB,Vivir con inseguridad económica: mujeres y trabajo precario.2011
[2] Tendencias mundiales del empleo, OIT, Ginebra, 2010
[3] La Mujer en el Mundo 2010: Tendencias y Estadísticas, Naciones Unidas, Octubre 2010
[4] Se completa la visión anterior con datos publicados en los Informes de Desarrollo Mundial de ONU y en los informes sobre Trabajo en el Mundo de la OIT, que ratifican que 100 millones de niños y niñas latinoamericanos/as de 10 a 14 años están inmersos en la delincuencia, participan en conflictos armados, en la trata de blancas, el narcotráfico y la explotación sexual entre otras formas de violencia, especialmente en el trabajo. (Nota de la autora)

EL ENFOQUE DE GÉNERO EN LAS RELACIONES LABORALES

Estimados amigos y amigas. Hace tiempo estoy incorporada al estudio del enfoque de género por la importancia que tiene para todos y todas conocer cómo sencillamente con un punto de vista erróneo, se invisibiliza a la mujer en el trabajo. Por eso les presento en dos partes un trabajo que he elaborado en dicha materia.

¿Qué sucede actualmente en el mundo?


Para dar respuesta a esta interrogante, se requiere revisar informaciones sobre las actuales reformas laborales que han tenido lugar en infinidad de países, sobre todo, al interior de la Unión Europea, así como en América Latina, algunas veces con enfoque positivo y otras de una precarización acelerada del empleo, pudiéndose afirmar que ha entrado en crisis el modelo de relaciones laborales, con énfasis en el criterio de que tantos beneficios otorgados a los trabajadores y trabajadoras en el espacio de trabajo han provocado el estado de cosas que hay que modificar para “salvar el mercado” y con ello posibilitar el acceso al trabajo de una mayor cantidad de personas, reduciendo el desempleo con un Programa y Plan de empleo a nivel internacional y al interior de cada país.

Pero también hay un cambio notable en el modelo de organización de la sociedad y del trabajo productivo y reproductivo y el enfoque del “padre proveedor” y la “madre cuidadora y reproductora”. En tales condiciones nos acostumbramos a la mujer del hogar, ama de casa o trabajadora, pero con las facilidades del trabajo a tiempo parcial para el cuidado del hogar, de la familia y el padre sería el proveedor del dinero y garante de la alimentación, vivienda y otras necesidades de su familia.

Todo pasa por un enfoque de género con una mirada patriarcal que ha sido estudiada en los diferentes países y por las organizaciones internacionales, entre ellas, por la propia Organización Internacional del Trabajo[1] y que ha conllevado a que en eventos internacionales, diferentes organizaciones hayan debatido cómo garantizar el principio de igualdad, evitando que las desigualdades existentes entre hombres y mujeres generen discriminaciones[2]

No obstante habría que analizar a qué se debe el cambio del modelo de organización de la sociedad, que a nuestro entender pasa por profundas transformaciones tanto en el ámbito demográfico, en la estructura familiar y en la propia organización y diseño de los puestos de trabajo dentro de las empresas y organizaciones.

Ahora hay más mujeres vinculadas a una relación laboral, más del 40% de la fuerza de trabajo en el mundo está representada por mujeres, en algunos países como sucede en Cuba casi alcanza la paridad con el hombre, siendo resultado de un cambio de enfoque en la correlación padre y madre, pues la estructura al interior de la familia también se encuentra sumida en un profundo cambio en el sentido de madre y padre al unísono, o sea, mujer trabajadora, madre soltera y con hijos que es proveedora y cuidadora a la vez, por lo que se entroniza en su célula familiar una doble y hasta triple jornada laboral diaria, en que el descanso ocupa la menor parte, la atención personal casi es inexistente y todo se vuelca hacia el sostenimiento de la familia con jornadas excesivas de hasta 12 horas diarias para alcanzar el nivel de ingresos que cubra la canasta básica y permita satisfacer algunas necesidades esenciales complementarias.

Igualmente ha habido sensibles cambios en la organización empresarial con un acercamiento mayor al sector de los servicios más que al sector productivo el cual se nutre muchas veces de equipos electrónicos y tableros de mando para aliviar la carga física del trabajador y trabajadora, aunque supera con creces la carga emocional y mental de aquellos que controlan los dispositivos antes mencionados. Hoy en día es mayoritaria la participación y presencia femenina en el sector de los servicios bancarios, científicos, farmacéuticos, turísticos, gastronómicos, inmobiliarios y otros que requieren una determinada preparación profesional, observándose además que las mujeres gozan muchas veces de un alto nivel escolar, sin embargo en la generalidad de los países ganan menos que los hombres por el mismo trabajo, a pesar de las declaraciones constitucionales de que “a igual trabajo, igual salario”. E igualmente por las tareas domésticas que asumen, “son vistas como trabajadoras menos productivas, lo que afecta negativamente sus posibilidades de promoción y de remuneración”.[3]

Pero hay más factores que deben tomarse en cuenta para que el análisis sea completo:

  • Aún cuando las mujeres han pasado a compartir con el hombre el trabajo remunerado, no existe lo mismo con las tareas domésticas y además se mantiene como una verdad irrefutable que las responsabilidades familiares son un asunto privado, cuando en verdad, intervienen muchos elementos a favor y en contra, el Estado es uno de los participantes más importantes en la solución de muchos problemas desde el aspecto institucional, así como debe ser el garante del accionar de las empresas y demás instituciones para mejorar la capacidad de respuesta hacia el entorno familiar y con ello contribuir a una mayor presencia de la mujer en el trabajo.
  • Todavía persisten individuos honestamente convencidos de que las tareas del hogar y la responsabilidad familiar deben ser asumidas principalmente por las mujeres como su obligación y que la participación del hombre es “en calidad de apoyo o ayuda”, ya que desde que somos niños y niñas, nos enseñan que el varón tiene una actividad física y emocional diferente a la niña y que al crecer, la gestión de la casa y la familia es una habilidad natural de las mujeres, además de ser de su entera incumbencia, porque el espacio de la casa y la familia es femenino  y el de la esfera pública es eminentemente masculino.
  • En dependencia del nivel de solvencia económica, se puede acceder a algunos servicios para facilitar el acceso de la mujer al trabajo, que no todos pueden disfrutar y que recarga a la familia de más bajos ingresos.
  • Por último, en este orden de cosas, cada día se hace más difícil a la mujer trabajadora conciliar su vida laboral con las responsabilidades familiares y con su propia persona, ya que su aspecto personal también influye en el entorno laboral y en sus relaciones individuales en el grupo y en la comunidad.

En todo este análisis, vale la pena reflexionar en otro aspecto de suma importancia en la condición del trabajo femenino y es lo referido a la brecha salarial entre hombres y mujeres, como detonante de discriminación, en contra del principio de igualdad que debe enarbolar toda relación de trabajo.

En todo el mundo, las mujeres cobran en promedio 18% menos que sus colegas de trabajo masculinos, habiéndose constatado en la última década que los salarios de las mujeres se han estancado, por lo que la brecha salarial de género parece haber quedado detenida en el tiempo prácticamente en todo el mundo. “Las mujeres están sobre-representadas en empleos con bajos salarios, subrepresentadas en puestos ejecutivos, directivos y técnicos, y a menudo deben soportar condiciones de trabajo deplorables. Las capacidades y los empleos de las mujeres han sido históricamente infravalorados y la brecha salarial de género se sitúa en cerca del 22%. Las políticas y los programas para lograr la igualdad de género resultan esenciales, pero no han demostrado su eficacia para eliminar los estereotipos y superar injusticias”[4].

A nivel mundial, la participación de la mujer en el mercado laboral se mantuvo estable entre 1990 y 2010, pero la brecha de género de la participación de la mano de obra sigue siendo considerable a todas las edades. Las mujeres están empleadas cada vez más en el sector servicios.

El empleo vulnerable (trabajo por cuenta propia y contribución al trabajo familiar) prevalece en muchos países entre las mujeres y mucho más cuando se trata de familias pobres, la mujer tiende a concentrarse en empleos del sector informal y mucho más precarios[5]. La gran mayoría de los trabajadores de la economía informal, las zonas francas industriales o el trabajo doméstico son mujeres, las cuales constituyen cerca de un 70% de las personas pobres del planeta y un 65% de los analfabetos.


[1] Al respecto consultar los informes de OIT sobre Igualdad de género y raza en el trabajo: avances y desafíos, del 2010, Notas de la OIT sobre trabajo y familia. Trabajo y responsabilidades familiares: nuevos enfoques, 2009
[2] “Las diferencias de género en la participación y en las tasas de desempleo son una característica persistente en los mercados laborales mundiales, a pesar de los avances logrados respecto al nivel educativo de la mujer. Las mujeres sufren de múltiples desventajas en el acceso al mercado de trabajo y en la mayoría de los casos no cuentan con las mismas oportunidades que los hombres en sus opciones laborales o para acceder a las condiciones de trabajo a las que aspiran. Esta exclusión laboral es particularmente importante en el caso de las jóvenes migrantes. Además, los roles sociales establecidos tradicionalmente sobrecargan a las mujeres con responsabilidades ligadas al cuidado de otros miembros de la familia y tareas del hogar o trabajo familiar. (Resolución sobre igualdad de género, 2do Congreso de la Confederación Sindical Internacional, 2CO/S/6.3 (final), 2010)

[3] de Castro Gome, Carla. “Mujeres en la Política:¿igualdad de género? Informe sobre Desarrollo mundial, 2012 del Banco Mundial. En Revista Sociología, Edición 40 junio-julio 2012. Brasil, en portugués.
[4] Obra citada. Resolución sobre igualdad de género, 2do Congreso de la Confederación Sindical Internacional, 2CO/S/6.3 (final), 2010
[5] Internacionalmente se reconoce como trabajo informal y/o precario las formas de trabajo con inseguridad laboral, ingresos bajos y beneficios sociales y derechos legales limitados. Los empleos que se crean así no son, por regla general, permanentes, sino temporales, ocasionales, inseguros y contingentes.
 (Nota de la autora)