lunes, 13 de junio de 2016

UN ESCRITO PUBLICADO EN CUBADEBATE SOBRE UNA DE LAS ADICCIONES MENOS ATENDIDA: LA COMPULSIVA ADICCIÓN A LAS COMPRAS

Conozca la oniomanía, trastorno de adicción a las compras

12 junio 2016 | 2 |

Ansiedad, insatisfacción, falta de autocontrol y sentido de culpa frente al consumo son los síntomas de este trastorno descubierto desde 1800. Entre tres y siete por ciento de la población mundial es adicta a las compras o padece de compras compulsivas, de acuerdo con diversos estudios.
Se trata de un desorden conocido como oniomanía, proveniente del griego antiguo onios (lo que está en ventas); y manía, (locura).
El trastorno no ha sido reconocido en los manuales de diagnósticos mentales a pesar de haber sido desarrollado por los psiquiatras Emil Kraepelin y Eugene Bleuler en 1800.
De acuerdo con la descripción de los pioneros del análisis de este fenómeno, oniomanía consiste en comprar de forma excesiva, hasta el punto de llevar a la persona que la padece a tener problemas económicos o sociales.
Para el psicólogo Javier Garcés, especialista en comportamiento de consumidor y presidente de la Asociación de estudios psicológicos y sociales, este trastorno se compara con el alcoholismo.
“Adquirir cosas inútiles, que no empleamos, y luego arrepentirse de la compra son las primeras señales de alerta” y luego caer de nuevo en la trampa, cuando la culpa desaparece.
(TeleSur) 

En otros textos encontré lo siguiente:
 
Oniomanía, extravagante término utilizado para definir un trastorno psicológico, caracterizado por el urgente deseo de comprar. Sí, se trata del desorden del comprador compulsivo.
Aunque a muchos cause extrañeza ver referido el término de trastorno a un afición desmedida por las compras, la que muchas veces es motivo de bromas y burlas, se trata realmente de una condición bastante seria que, al igual que cualquier otra adicción y desorden, causa estragos a niveles personales, familiares y financieros.
Para la persona que sufre de este trastorno, adquirir o comprar un objeto va más allá de cubrir una necesidad o darse un gusto. Un comprador compulsivo utiliza esta actividad como un mecanismo de escape, sea para sobreponerse a frustraciones, tristezas o situaciones de incomodidad y enfado, como para obtener una sensación de placer, combatir la soledad y obtener aceptación personal.
Las compras, se presentan como actos incontrolables, que ofrecen angustia cuando no pueden llevarse a cabo, y provocan una sensación de felicidad y gratificación instantánea cuando tienen lugar. Sin embargo, esta etapa de felicidad desmedida que se presenta durante la compra es acompañada de sentimientos de culpabilidad y vergüenza cuando el comprador percata que una vez más no pudo manejar sus impulsos, o cuando llega el recibo de la tarjeta de crédito con cifras exorbitantes con las que simplemente no puede lidiar. Este es ciclo de euforia y culpa, se vuelve constante y repetitivo, convirtiéndose en un círculo vicioso.
Aunque muchas personas puedan opinar que este problema es una consecuencia más de la sociedad consumista y comerciante en la que vivimos, las causas de un trastorno de esta tipología tienen un origen más profundo. Los psicólogos explican, que la ansiedad y el estrés, así como la baja autoestima y las privaciones emocionales durante la infancia, la necesidad de cubrir vacios, la búsqueda de aprobación, la dependencia y el perfeccionismo son los motivos principales de la aparición de este padecimiento. En otras ocasiones, pueden presentarse al mismo tiempo con otros padecimientos psicológicos como el trastorno obsesivo-compulsivo y los desórdenes alimenticios.
Cabe mencionar que, muy por el contrario de la creencia popular, no son sólo las mujeres las que poseemos una tendencia a buscar “solucionar nuestros problemas” saliendo de tiendas. La oniomanía, puede presentarse indiscriminadamente en hombres y mujeres.
Pueden presentarse diversos signos de alerta. El comprador compulsivo adquiere cada vez más objetos inútiles, empiezan las llamadas de atención e incomodidad en la familia y amigos, aparecen los problemas financieros, e incluso puede llegarse al aislamiento de toda actividad que no incluya comprar.
Si te sientes identificado con estas características, o conoces de alguien que empiece a complicar su vida por las compras compulsivas, sería recomendable consultar con un psicólogo. Existen terapias cognitivas conductuales y similares, que permitirán sobreponerse poco a poco a este trastorno y así recuperar una vida normal.

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