Las impactantes cifras de los países más desiguales de América Latina (+ Fotos)
La desigualdad se acrecienta en muchos casos al tomar en cuenta el acceso a los servicios más básicos. Foto: Getty.
A pesar del progreso logrado por los
gobiernos de izquierda en los últimos 15 años, América Latina continúa
siendo una región muy desigual, solo superada por África. La labor de
las administraciones de Evo Morales en Bolivia o Hugo Chávez en Venezuela no bastan, pues los países de derecha siguen siendo muy desiguales.
La base de datos del Banco Mundial,
actualizada el pasado diciembre, muestra que los primeros cinco países
en el ranking de la desigualdad son africanos, seguidos por cinco
latinoamericanos, de los que están en esa lista, sólo Brasil ha tenido
gobiernos de izquierda en lo que va de siglo.
Entre
los 14 más desiguales a nivel global
figuran Honduras (6), Colombia (7),Brasil (8), Guatemala (9), Panamá (10)
y Chile (14).
El Banco
Mundial utilizó el coeficiente Gini para medir la desigualdad en base a
dos variables absolutas: el cero (todos tienen el mismo ingreso o
perfecta igualdad) y el 1 (una persona concentra todo el ingreso y el
resto no tiene nada o desigualdad absoluta).
Una de las sorpresas es que países
de ingreso mediano bajo, normalmente identificados como pobres
(Honduras, Guatemala), tienen prácticamente el mismo nivel de
desigualdad que otros de ingresos medio-altos o altos (Chile).
El economista de la Universidad de
Quilmes y de AEDA (Asociación de Economía para el Desarrollo de
Argentina) Germán Herrera Bartis señala que es necesario distinguir
entre pobreza y desigualdad en este grupo heterogéneo.
“La pobreza se vincula con el
ingreso medio de una sociedad. La desigualdad con la distribución. No
hay una relación lineal entre ambos. Por eso se puede tener países
pobres muy desiguales, pero también países de ingresos medianos o de
altos ingresos, como Brasil o Estados Unidos, con altos niveles de
desigualdad”, indicó.
Honduras
Según el Banco Mundial, Honduras tiene un 64,5% de la población en situación de pobreza y un 42.6% en extrema pobreza (menos de 2,5 dólares al día).
En términos del coeficiente Gini, la desigualdad es del 53,7. “Este
coeficiente hay que ubicarlo en la serie de países para darse una idea.
El país más igualitario, Noruega, tiene un índice de 25,9 y el más
desigual, Sudáfrica, un 63,4″, indicó Herrera Bartis.
El Banco Mundial comparó ingresos, pero una desigualdad similar se percibe en términos de acceso a la salud o a la educación.
En el índice de Desarrollo Humano de
Naciones Unidas que mide conjuntamente ingreso, expectativa de vida y de
educación de un país, Honduras pierde siete puntos cuando se pondera el
impacto de la desigualdad en las mediciones.
Los seis países más desiguales de América LatinaMedición según el coeficiente de Gini
53,7 Honduras 53,5 Colombia 52,9 Brasil 52,4 Guatemala 51,7 Panamá 50,5 Chile
La
disparidad es tal que los niños más pobres solo acceden a cuatro años
promedio de educación mientras que los más ricos tienen 10 años y más, cifras que se profundizan cuando se compara la desigualdad en zonas rurales y urbanas.
Guatemala
El otro país con ingreso mediano bajo es Guatemala, noveno a nivel mundial y cuarto en la región. Según el Banco Mundial, Guatemala consiguió una reducción de la pobreza del cinco por ciento a principios de este siglo,
pero para 2011 los índices volvieron a subir hasta llegar al 53,7% con
una situación particularmente difícil en casi la mitad de los municipios
rurales, donde ocho de cada 10 personas son pobres. Esta situación no se puede achacar a la falta de crecimiento.
Con
el paréntesis del estallido financiero 2008-2009, Guatemala aumentó su
Producto Interno Bruto (PIB) más de un tres por ciento anual en lo que
va del siglo.
A
pesar de esto, la desigualdad sigue siendo una de las más elevadas de
la región: el 52,4%, apenas unos puntos por detrás de Honduras.
Según el Banco Mundial uno de los problemas más graves es la escasa recaudación fiscal, “el menor porcentaje de ingresos públicos en el mundo en relación con el tamaño de su economía”.
“Hay un
círculo vicioso de la pobreza y la desigualdad. Una sociedad de bajos
ingresos, de baja recaudación y muy desigual no genera el nivel de
demanda que se requiere para atraer inversiones que hagan crecer la
economía”, señala Herrea Bartis.
Colombia
Las
disparidades aumentan cuando se compara a los habitantes de las zonas
rurales con los que viven en las ciudades. Foto: Getty.
Entre los países latinoamericanos de ingresos medio y altos, Colombia se encuentra en primer lugar en niveles de desigualdad,
apenas por debajo de Honduras, a pesar de que, en términos de PIB, los
colombianos están 74 puestos por encima de los hondureños.
En Colombia el 10% de la población más rica del país gana cuatro veces más que el 40% más pobre.
A pesar de que
la pobreza ha caído desde 2002 en adelante, la desigualdad se mantiene
constante. En el índice de desarrollo humano de la ONU, Colombia pierde
diez puntos una vez que se lo pondera en términos de desigualdad de
acceso a la salud, la educación y bajos salarios. Las señales de
desigualdad se extienden por todo el tejido económico-social.
Según una investigación de Ana María Ibáñez, decana de Economía de la Universidad de Los Andes, en 2010 un 77,6% de la tierra estaba en manos de 13,7% de los propietarios.
Aplicando el coeficiente Gini a la
distribución de la tierra, esta proporción da uno de los índices más
altos de desigualdad: un 0,86.
Brasil
Octavo a nivel mundial, tercero en la
región, la mayor economía de América Latina, Brasil es uno de los casos
más flagrantes de convivencia entre una reducción de la pobreza y un
aumento de la desigualdad.
Si
en 2006 el cinco por ciento más rico acaparaba el 40% del ingreso
total, en 2012 había aumentado esta participación hasta llegar al 44% a
pesar de las políticas sociales del gobierno y el impacto del plan Fome
Cero (Hambre Cero) que sacó a 40 millones de personas de la pobreza.
Esta desigualdad sería más abismal aún
si se contara toda la riqueza no declarada en un país que tiene una
evasión fiscal del 13,4% y una economía en la sombra del 39%.
Mucho más difícil de ocultar, es la
disparidad de acceso a salud y educación, algo que se visibilizó a nivel
global en las protestas que precedieron a la Copa del Mundo 2014.
No sorprende que, una vez que se
incorpora la desigualdad a la evaluación de sus indicadores de ingreso,
salud y educación, Brasil registre una caída de 20 puntos en términos de
Desarrollo Humano de la ONU.
Si se toma en cuenta que el año pasado el PIB se desplomó en un 3,8%, la situación no luce promisoria.
“Los
procesos económicos contractivos acompañados de ajuste fiscal golpean a
los que menos tienen y, por lo general, aumentan tanto la pobreza como
la desigualdad”, indicó Herrera Bartis.
Panamá
En términos de
caída o desaceleración económica Panamá es una de las excepciones de la
región. Con un crecimiento promedio del siete por ciento en los últimos
10 años, no se vio afectada por la caída de los precios de las materias
primas: su PIB aumentó más del seis por ciento en 2015.
Pero una cosa es la vida en esa opulenta “Little Manhattan” que puede ser la Ciudad de Panamá y otra la de las barriadas o el interior del país. Los
ingresos reflejan el abismo que separa a los rascacielos y las casas de
precarios techos de chapa: el coeficiente Gini alcanza el 51,7.
Pero no son el
único factor. Un 25% de la población panameña no tiene servicios
sanitarios, un cinco por ciento no tiene agua potable, un 11% sufre de
desnutrición y otro 11% vive en casas con pisos de tierra.
En el índice de desarrollo humano de la
ONU Panamá pierde 20 puntos cuando se incluye el impacto de la
desigualdad en la medición.
Chile
Es la economía regional que más ha
crecido desde los años 80 y suele ser encomiada como modelo virtuoso
para el resto de la región. Sin embargo, el informe de 2015 de la OCDE,
que agrupa a 34 naciones de altos ingresos, subraya los niveles de
desigualdad en la sociedad chilena.
“Chile sigue siendo una sociedad altamente desigual en términos de ingresos, educación y bienestar. El mercado laboral muestra una dualidad que redunda en una muy desigual distribución salarial”, señala el informe.
En efecto, el 10% más rico tiene un
ingreso 27 veces superior al 10% más pobre. Así, en la medición de
desigualdad del Banco Mundial, Chile aparece en el decimocuarto lugar a
nivel mundial y en el sexto de las economías de la región.
Debido a la limitada intervención estatal, la situación empeora cuando se considera también el acceso a la salud y la educación.
En el índice de
Desarrollo Humano de la ONU, Chile pierde 13 puntos una vez que se suma
la desigualdad conjunta de ingresos, acceso a salud y educación. Sin
embargo, Herrera Bartis señala dos reformas que están mejorando la
situación.
“En la
primera presidencia de Bachelet se introdujo la jubilación solidaria
para los que no habían contribuido lo suficiente para una pensión. En su
actual mandato, es la ley de inclusión escolar por la que se busca
avanzar progresivamente hacia una mayor gratuidad del sistema. Pero la
foto de Chile es de una economía profundamente desigual”, señaló Herrera Bartis.
(Con información de BBC Mundo)
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