Traje este artículo al blog, porque realmente una de las consecuencias de la depresión es la pérdida de facultades para trabajar, para reconocerse como parte de un colectivo, porque el trabajador pierde su autoestima y se subvalora.
Incluso la violencia puede ser causa y consecuencia de la depresión y hay que estar preparados para enfrentarla con una actitud resiliente.
Un Día
para hablar de salud y todos los días para cuidarla
Escrito por Alina M. Lotti/CubaSí
Anualmente, cada 7 de abril se celebra el Día Mundial
de la Salud para conmemorar la fundación, en 1948, de la Organización
Mundial de la Salud (OMS). Por eso, en esta fecha se elige un tema de interés
prioritario, que preocupe a las personas. Así, el de esta campaña es la
depresión. Esta enfermedad afecta a personas de cualquier edad, condición
social y de cualquier país.
Según datos registrados por la OMS, la depresión
provoca angustia mental y afecta la capacidad de los individuos para llevar a
cabo, incluso, tareas cotidianas simples, lo cual tiene en ocasiones efectos
nefastos sobre las relaciones con la familia, los amigos, y sobre la capacidad
de ganarse la vida.
En el peor de los casos, puede provocar el suicidio;
considerada en la actualidad la segunda causa de muerte en el rango de
edades entre 15 y 29 años.
No obstante, tal y como reconoce también dicha
organización, la depresión se puede prevenir y tratar. Una mejor comprensión de
qué es y cómo puede tratarse ayudará a reducir la estigmatización asociada a la
enfermedad, y a que más personas soliciten ayuda.
Hablar de la depresión, por tanto, constituye una
necesidad.
Cuba cuenta con servicios especializados
En Cuba, el sistema de salud brinda una atención
integral a la población que descansa sobre el Programa del Médico y la
Enfermera de la Familia.
La red de servicios especializados para la salud
mental constituye un elemento esencial que garantiza la atención continuada de
la población en todos los niveles de atención, y algo primordial es que los
recursos humanos se encuentran capacitados para la detección y manejo de la
enfermedad.
Para ello, la nación dispone de 449 policlínicos, 10
mil 869 consultorios y 136 departamentos municipales de Salud Mental, ubicados
en el primer nivel de atención. Además, cuenta con 17 servicios de psiquiatría
en hospitales generales y clínico quirúrgicos; 15 servicios para la atención
infantojuvenil en hospitales pediátricos y 19 hospitales psiquiátricos.
Existe también un Servicio de Consejería Telefónica
(103) las 24 horas del día. Dicha línea es gratuita, confidencial y anónima,
con un personal calificado que —aun cuando brinda información y orientación
acerca del manejo de las adicciones— también ofrece ayuda psicológica en
trastornos relacionados con la salud mental, como es el caso de la depresión.
El desconocimiento, un arma de doble filo
El tema merece tener conocimientos. Es importante
saber que quienes padecen depresión suelen presentar varios síntomas, tales
como pérdida de energía, cambios en el apetito, necesidad de dormir más o menos
de lo normal, ansiedad, disminución de la concentración, indecisión, inquietud,
sentimiento de inutilidad, culpabilidad o desesperanza y pensamientos de
autolesión.
El riesgo de padecerla se ve agravada por
acontecimientos vitales como la muerte de un ser querido, la ruptura de una
relación, la enfermedad física y los problemas provocados por el uso de alcohol
y las drogas.
Puede asociarse a edad avanzada, afecciones físicas,
cardiopatías, hipertensión, diabetes o dolor crónico; a acontecimientos difíciles,
y a la disminución de la capacidad para hacer cosas que antes se podían hacer.
Aunque los niños, las niñas, los adolescentes y jóvenes no están exentos de
sufrirla.
La violencia favorece la depresión y, a la vez, puede ser una consecuencia de esta.
La violencia favorece la depresión y, a la vez, puede ser una consecuencia de esta.
Es más frecuente de lo que puede suponerse,
generalmente se pasa por alto y las personas no reciben atención médica.
Resulta esencial buscar ayuda médica. El tratamiento consiste en terapia de
conversación, medicación antidepresiva o una combinación de ambos métodos.
Una depresión no tratada puede impedir que los
afectados trabajen, estudien o participen en la familia y en la comunidad. Es
importante saber que otras personas han pasado por lo mismo y han superado los
síntomas de tristeza. Padecerla no significa que seamos débiles.
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