La belleza, ¿ventaja laboral para la mujer en Cuba?
Por: María Elena Balán Sainz
Es
cierto que en estos tiempos, en el mercado del empleo compite mucho
la imagen de la persona que aspira a un puesto de trabajo, y no
estoy hablando de Europa ni de otros países del llamado primer mundo, también en Cubacuando
leemos un anuncio para solicitar empleadas ponen como requisitos que sean
jóvenes, altas, de buena figura y blancas, porque existe esa discriminación
expuesta a todas luces.
Para esos empleadores, sobre
todo de restaurantes, bares, cafeterías, lugares donde se atienden turistas,
las voluptuosidades y redondeces del cuerpo femenino tienen el mayor porcentaje
de aceptación a la hora de hacer la elección o ¿acaso casting? Sí,
porque parece que se tratara de una selección para un rol artístico en
televisión o cine.
Conocen
que la mujer constituye un objetivo de impacto prioritario para la publicidad. Esos
anuncios enaltecen un
estereotipo de género, el cual marca como indispensable ser joven,
bonita y esbelta. Dicho de otra forma, persisten en la idea de
que una chica puede vivir de su belleza y de su cuerpo y dejan a un lado su
inteligencia.
La
imagen, la apariencia sometida a cánones de belleza mediatizada por la propia
industria, constriñen en gran medida las posibilidades laborales, sobre todo en
aquellas áreas de trabajo que implican una exposición pública. No se pone el
acento en la capacidad profesional de las féminas, sino solamente se destaca su
aspecto físico.
Y
lo peor es que no se puede hacer mucho o nada contra quien no te contrata por
ser fea, de más edad, de raza negra, porque no vas a poder demostrarlo, ya que
los empleadores argumentan otras subjetividades difíciles de comprobar.
Entre
los requisitos que se solicitan están la edad y se aclara que prefieren la
juventud a la experiencia; el estado civil porque ser soltera y sin cargas
familiares o hijos a su cuidado representan puntos a favor; ser una joven
hermosa y atractiva y enviar una foto en un curriculum que puede no argumentar
mucha calificación profesional, pero sí un perfil en el cual destaque la
belleza.
En los
anuncios, publicados principalmente en los portales de empleo, se puede
verificar el rango de edades que piden los empleadores: 80 por ciento de ellos
es hasta los 35 años de edad.
Ellos
no se interesan por quienes son denominadas geeks, o sea, entusiastas hasta la
obsesión por el conocimiento, conocedoras y amantes de temas de tecnología, o
por aquellas que sin llegar a esa denominación tengan cultura, educación, se
caractericen por su seriedad ante el trabajo y sean destacadas por su
rendimiento y productividad.
La
búsqueda de chicas de busto pronunciado, cintura de pocos centímetros, cara
bella, esbeltez y marcada coquetería que hacen torcer el cuello al cliente está
marcando tendencia que deja en desventaja a las que no tienen esos atributos,
pero sobre todo fomenta la discriminación y afianza el estereotipo de la mujer
como objeto publicitario y sexista.
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