– 1 300
millones de niños no tienen acceso efectivo a la protección social.
– 83 millones de nuevas madres
carecen de cobertura de maternidad.
– 152 millones de trabajadores
desempleados no tienen respaldo de seguridad social.
– Solo el 27,8 % de las
personas con discapacidades severas reciben una prestación por discapacidad.
El mundo recibió el 2018 con
más de 4 000 millones de personas sin protección social alguna (55 % de sus
habitantes) y sumarían 5 200 millones si se incluyen a los que solo lo
están parcialmente, para el 71 %.
Así lo confirma el Informe
Mundial sobre la Protección Social 2017-2019, presentado a finales de noviembre
por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el cual reconoce que
“a pesar de los progresos que se han alcanzado en la extensión de la protección
social en muchas partes del mundo, el derecho humano a la seguridad social
todavía no es una realidad para gran parte de la población mundial (…), por lo
que aún son necesarios enormes esfuerzos a fin de garantizar que el derecho a
la protección social sea una realidad para todos.
Según los nuevos datos
presentados en el reporte “La protección social universal para alcanzar los
Objetivos de Desarrollo Sostenible”, sólo el 45 por ciento de la población
mundial se beneficia efectivamente de al menos una prestación social, mientras
que el otro 55 no tiene ninguna protección.
Sostiene además que sólo el 29
por ciento dispone del acceso a una seguridad social integral – un pequeño
aumento frente al 27 por ciento de 2014-2015.
El Director General de la OIT,
Guy Ryder, afirmó que: “La falta de protección social deja a las personas
vulnerables a las enfermedades, la pobreza, la desigualdad y la exclusión
social a lo largo de su ciclo de vida. Negar este derecho humano a 4 000
millones de personas en el mundo constituye un gran obstáculo para el
desarrollo social y económico”.
El informe recomienda aumentar
el gasto público destinado a la protección social a fin de extender la
cobertura, sobre todo en África, Asia y en los Estados Árabes, para garantizar
al menos un nivel de protección social básico para todos.
Los niños, las mujeres, los
ancianos, los discapacitados, los desempleados y trabajadores rurales resultan
los más perjudicados a nivel global, según las conclusiones del documento de la
OIT.
Sólo el 35 por ciento de los
niños del mundo se beneficia de un acceso efectivo a la protección social. A
nivel mundial, casi dos terceras partes de los menores – 1 300 millones –
no están cubiertos, la mayoría de ellos viven en África y Asia. En promedio,
apenas el 1,1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) se destina a las
prestaciones familiares y para los niños entre 0 y 14 años, lo cual pone en
evidencia que la inversión en los infantes es significativamente insuficiente y
algunos países han reducido los gastos aún más.
Por otra parte, sólo 41,1 por
ciento de las madres de recién nacidos perciben una prestación por maternidad,
y 83 millones de las nuevas madres no tienen cobertura.
También sobresale el hecho que
sólo 21,8 por ciento de los trabajadores desempleados se beneficia de
prestaciones de desempleo, mientras que 152 millones de trabajadores en esa
condición no tienen respaldo.
El informe mundial de la OIT
muestra también que sólo 27,8 por ciento de las personas con discapacidades
severas reciben una prestación por discapacidad.
La investigación indica que
aunque el 68 por ciento de las personas que superan la edad que da derecho a la
jubilación reciben una pensión de vejez, “en promedio y con grandes variaciones
regionales, el gasto en pensiones y otras prestaciones para los adultos mayores
representa 6,9 por ciento del PIB.” El informe señala que el nivel de las
prestaciones es con frecuencia demasiado bajo e inadecuado para permitir que
los adultos mayores salgan de la pobreza, tendencia que suele estar incentivada
por las medidas de austeridad y privatización de las pensiones que perjudican a
los ancianos.
El informe muestra que el
derecho a la salud todavía no es una realidad en muchas regiones del mundo, en
especial en las zonas rurales donde 56 por ciento de la población carece de
cobertura de salud, frente al 22 por ciento en las zonas urbanas. Se calcula
que serán necesarios otros 10 millones de trabajadores de la salud a fin de
alcanzar la cobertura universal de la salud y garantizar la seguridad de la
población, incluso en las situaciones de emergencia, como durante la crisis
causada por el Ébola.
Los cuidados de larga duración
– necesarios sobre todo para los adultos mayores – siguen excluyendo a más de
48 por ciento de la población mundial, las mujeres resultan
desproporcionadamente afectadas. Sólo 5,6 por ciento de la población mundial
vive en países que ofrecen una cobertura de los cuidados de larga duración para
toda la población en base a la legislación nacional.
Como consecuencia, se estima
que unos 57 millones de trabajadores “voluntarios” no remunerados dispensan la
gran parte de los cuidados de larga duración. Principalmente mujeres que llevan
la mayor parte del peso del cuidado informal de los familiares. Mayores
inversiones en los servicios de cuidado podrían aliviar la pobreza de las
personas mayores y hacer frente a la escasez de trabajadores de la salud
calificados, que se estima en 13,6 millones a nivel mundial.
En el año 60 de la Revolución,
los hijos de esta pequeña Isla, tienen inmensas razones que defender y la
conquista de la seguridad social para todos es una de las más sagradas. De ello
están orgullosos nuestros niños, adolescentes, mujeres, hombres, ancianos y
discapacitados. Nunca ninguno de ellos ha quedado olvidado o desamparado. Ni en
los peores momentos.
Como expresara el Presidente de
los Consejos de Estado y de Ministros, el General de Ejército Raúl Castro Ruz,
el pasado 21 de
diciembre de 2017, en
sus conclusiones del X período ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional
del Poder Popular: “En medio de las tensiones financieras se aseguró la
vitalidad de los servicios sociales que se brindan gratuitamente a todos los
cubanos” y a pesar de las graves secuelas del paso del huracán Irma, “Nadie
quedó desamparado”.
Ese es el ejemplo de la
generación histórica de la Revolución, que lo ha dado todo por conquistar y
preservar derechos sagrados de nuestro pueblo, que los defenderá con todas sus
fuerzas. La libertad, la independencia, la unidad, el humanismo, la dignidad,
la resistencia y la solidaridad nos han hecho diferentes e invencibles en un
planeta de desigualdades y egoísmo.
La seguridad social en Cuba
Fiel a
la concepción socialista que sitúa al ser humano en el centro de la práctica
política y la gestión gubernamental, la Asamblea Nacional aprobó en la Ley del
Presupuesto para 2017, destinar el 72% de los gastos corrientes del Estado a
los servicios sociales básicos vinculados a la calidad de vida de la población
y las prestaciones de la seguridad social.
Los gastos planificados en
Educación ascendieron a 8.278 millones 400 mil pesos, lo que representa el 23%
del gasto presupuestario y equivale al 9% del PIB a precios corrientes.
Se garantizó con ello el
funcionamiento de 9 433 escuelas primarias y medias (con un estimado de 1 771
800 estudiantes) y toda la educación universitaria con 145 770 estudiantes;
además de la atención a 140 610 niños en los Círculos Infantiles.
A la Salud Pública y la
Asistencia Social se destinaron 10 mil 206 millones 200 mil pesos, que
significa el 28% del gasto corriente y representa el 11% del PIB.
Estas cifras permitieron
sostener los servicios en 12 400 unidades asistenciales, entre ellas, 151
hospitales, 451 policlínicos, 10 782 consultorios de médicos de la familia, 110
clínicas estomatológicas, 147 hogares de ancianos, 265 casas de abuelos y 30
hogares de impedidos físicos.
Respaldaron la prestación de
servicios de salud para cifras de 1 millón 120 mil ingresos hospitalarios en
más de 45 mil camas, 86 millones de consultas médicas y unas 28 millones 500
mil consultas estomatológicas.
Se aprobó destinar 1 748
millones de pesos al desarrollo de la Cultura y el Deporte en el país, un 5%
del gasto corriente del Presupuesto.
El presupuesto de la Seguridad
Social previó gastos por 6 mil millones de pesos para respaldar las pensiones
de un millón 672 mil cubanos, de ellos 80 mil 87 que se incorporaron a la cifra
en el 2017.
Del total de pensiones y
jubilaciones, el 96% corresponde a las pensiones por edad, invalidez y muerte.
Se destinaron también 245.2 millones de pesos a las prestaciones por
Maternidad.
La pensión media en el país es
de 287.14 pesos, las más de 80 mil que se incorporaron en el 2017 tuvieron
ingresos promedios de 429.40 pesos.
Para el 2018, las reservas del
Presupuesto del Estado se incrementan para dar cobertura a los gastos por
desastres, y para respaldar los gastos de la Seguridad Social se destinarán más
de 6 000 millones de pesos, que representa un 5 % de crecimiento.
Muestra de la voluntad del país
de proteger la salud y educación de sus habitantes, el 55 % de estos recursos
de la actividad presupuestada, se dedica a estos sectores.
En el caso de la educación, se
asignan 8 180 millones de pesos, que garantizan la matrícula a la enseñanza
general y superior, al tiempo que a la salud se destinan 10 565 millones de
pesos, que financian consultas médicas, gastos de los pacientes ingresados en
las instalaciones de salud, así como el funcionamiento de los servicios de
estomatología y el desarrollo de salas especializadas, protegiéndose el
programa materno-infantil.
Asimismo, el presupuesto
concibe la atención a más de 13 000 personas de la tercera edad que asisten a
casas de abuelos y hogares de ancianos.
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