lunes, 16 de enero de 2012

IMPORTANTE CONTRIBUCIÓN DEL DR. MARCIO POCHMANN EN TORNO A LA TERCERIZACIÓN DEL EMPLEO.

Claro que puede ser la mitad del ingreso lo que reciba el tercerizado porque se encuentra laborando en la llamada economía precaria, con contrato por tiempo, sin protección legal como el trabajador de planta. Y la discusión sigue entre los partidarios y enemigos de la tercerización. Unos porque dicen que es importante contar con aquellos que aceptan trabajar en puestos aunque sea con la mitad del ingreso, pero teniendo la posibilidad de ganar algo y otros que dicen que es una forma de maltrato en las relaciones laborales, una manera de discriminar al que por urgencias de su vida necesita obtener un ingreso a cualquier costo. También hay quien considera que es bueno regularlo porque al menos existe cierto margen de protección. De todas formas, el debate sigue abierto.

Marcio Pochmann:
¿CÓMO PUEDE EL MISMO TRABAJO RECIBIR LA MITAD DEBIDO A LA TERCERIZACIÓN?
Finalizando el siglo XX, la avalancha neoliberal llegó prácticamente a todos los países, cada uno a su modo. En el ámbito laboral, por ejemplo, el neoliberalismo atacó al desempleo generado por la ausencia del dinamismo económico por medio de la desregulación del mercado de trabajo. En aquella época, se difundió equivocadamente un mensaje de que la solución única para el desempleo sería la ocupación de la mano de obra con salario menor y menos derechos sociales y laborales. O sea, una alternativa inventada que procuraba sustituir el desempleo por la precarización del trabajo. (Y YO LE AGREGARÍA QUE AHORA SE SUSTITUYE POR LA FALACIA DE LA FLEXIGURIDAD)
En Brasil, la onda neoliberal a partir de finales de la década de 1980 no se tradujo en una reforma amplia y profunda del marco regulatorio del mercado de trabajo, aunque no faltaron propuestas en tal sentido. Incluso el fenómeno de la tercerización de la mano de obra terminó con un efecto innegable, con remuneración reducida a la mitad de los que ejercen la misma función sin ser tercerizados y la rotación del puesto de trabajo ha sido superior en más de dos veces.
En síntesis, la tercerización del trabajo ganó valor a partir de los 90, coincidiendo con el movimiento de apertura comercial y de desregulación de los contratos de trabajo. Al unísono, la estabilidad monetaria alcanzada a partir de 1994, asociada a la existencia de un ambiente competitivo desfavorable, le dio vigor al funcionamiento del mercado interno. O sea, bajo dinamismo económico con poca generación de empleos mientras que la tasa de cambio se había valorizado y preexistían altas tasas de impuestos. Frente al desempleo creciente y ofertas de puestos de trabajo precarios, las posibilidades de actuación sindical exitosa disminuyeron.
Actualmente, el trabajo tercerizado perdió importancia relativa en relación al total de empleo formal generado en Brasil, aunque sea creciente la expansión absoluta de los empleos formales. Por ser puestos de trabajo de menor remuneración y mayor discontinuidad contractual, los empleos tercerizados atañen fundamentalmente a la mano de obra de bajos salarios o salarios mínimos. De tal suerte, las ocupaciones creadas en torno al proceso de tercerización del trabajo tienden a concentrarse en la base de la pirámide social brasileña. El uso de la tercerización de la mano de obra se ha expandido fundamentalmente por el sector de servicios, aunque esté presente en todos los sectores productivos.
Al paso al siglo XXI, el país perseguía dos dinámicas diferentes en la tercerización del trabajo. La primera observada durante la década de 1990 fue cuando la combinación de la recesión económica con apertura comercial devino en corte generalizado de empleos. En la secuencia de la estabilización monetaria establecida por el Plan real que trajo impacto significativo en la redefinición de la estructura de los precios y la competición al interior del sector productivo, el enunciado 331 del Tribunal Superior de Trabajo estableció los sectores donde podría haber tercerización de la mano de obra, concediendo seguridad jurídica a las empresas.
En este contexto, la tasa de tercerización registró un nivel inédito, pasando de cerca de 10% del saldo líquido de los empleos generados en el estado de Sao Paulo, al inicio de la década de los 90, a más del 90% al comienzo de la década del 2000. Con salario equivalente a la mitad del recibido por el trabajador normal, los tercerizados avanzaron sobre los pocos empleos formales generados sin que ocurriese una reducción de la tasa total de desempleo, el cual de 8,7% en 1989 llegó a 19,3% en 1999 en la región metropolitana de Sao Paulo.
Sin embargo, el llamado a reducir el costo del empleo de la fuerza de trabajo estimulado por la tercerización, incluso con la aparición de empresas sin empleados en medio de condiciones de estabilidad monetaria con altas tasas de impuestos reales y la valorización del Real, el sindicalismo reaccionó evitando un mal mayor. Y en medio de una competencia interempresarial reforzada, hubo una elevación de la tasa de sindicalización, con desarrollo de negociaciones colectivas del trabajo e incluso en la legislación social y laboral.
La segunda dinámica en la trayectoria de la contratación con empleos formales, ganó importancia a partir de la década del 2000. Entre los años del 2000 al 2010, la tasa de tercerización pasó de 97,6% a 13,6% del saldo líquido de empleos formales generados en el Estado de Sao Paulo. En igual período, la tasa de desempleo cayó en 28,5%, pasando de 19,3% en 1999 a 13,8% en 2009 en la región metropolitana de Sao Paulo.  Pero, a pesar de eso, el salario recibido por el tercerizado continuó siendo equivalente a penas a la mitad del que recibía el no tercerizado.
Los sindicatos tuvieron conquistas importantes, con mayor organización en la construcción de los acuerdos colectivos de trabajo. La justicia del trabajo, el Ministerio Público del Trabajo y el Ministerio de Empleo y Trabajo, asumieron el papel fundamental, pero sin una regulación decente de la tercerización, parte de las ocupaciones permanece sometida a la precarización en el Brasil. ¿Cómo puede el mismo trabajo recibir sólo la mitad por haber un diferente régimen de contratación? El caso más grave parece ocurrir en el interior del sector público, que licita la contratación de la tercerización de la mano de obra, pagando hasta 10 veces más el costo de un servidor designado para el ejercicio de la misma función que la del tercerizado.
El país requiere doblar la página de la regresión socioeconómica impuesta por el neoliberalismo en el final del siglo XX. Puede suceder una reducción del grado de desigualdad en la contratación de los trabajadores tercerizados. Con una regulación decente que urgentemente debe ser establecida, podría haber un escenario mejor para evitar mantener enormes distancias en las condiciones de trabajo que separan a los empleados tercerizados de los que no lo están.

No hay comentarios:

Publicar un comentario