He tomado de la Guía de buenas prácticas en materia de Conciliación de la vida laboral y personal, dirigida al empresariado de Valdemoro, que consulté en internet en la búsqueda de información sobre este tema, para elaborar un trabajo porque cautiva todo lo relativo a las relaciones trabajo-familia-individuo, esta parte que nos permite conocer qué se hace en Europa, aunque no profundizando en los resultados, por cuestión de espacio de tiempo. Sólo en forma de "flash" he pasado el concepto, los actores involucrados y algunas acciones para resolver el dilema.
Por mi parte he podido comprobar que mi país, donde siempre pensamos que por subdesarrollo no se aplican medidas de este tipo, ha venido contribuyendo desde el Estado y las empresas, los sindicatos y la colectividad, a dicha conciliación entre la actividad laboral y la actividad familiar, que tiene una buena dosis de trabajo, de segunda jornada en e caso de las mujers y que debe compatibilizarse el esfuerzo de ambos sexos para evitar por este medio la discriminación de género, siempre en contra de la mujer. que a fuerza de actividades colaterales, ya ni tiempo tiene de recordar que es mujer. Los dejo con el texto, ya antes había publicado otros textos referidos al tema, porque se relacionan fuertemente con la discriminación y violencia de género, así como con la igualdad de oportunidades.
El concepto de conciliación de la vida laboral y personal surge en el seno de la Unión Europea, en los años 80, como una parte destacada de sus políticas de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres y posteriormente es introducido en las legislaciones de los Estados Miembros (Ver anexo 2). Así, en el marco de este contexto y en consonancia con la Ley 39/1999 de 5 de noviembre para promover la conciliación de la vida laboral y personal de las personas trabajadoras y la Ley Orgánica 3/2007 de 22 de marzo sobre la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, se ha validado la siguiente definición:
La conciliación de la vida laboral y personal consiste en combinar, gestionar, unir o integrar todas las facetas y requerimientos que surgen en la vida de las personas: el empleo, la familia, el ocio y el tiempo personal.
Esta concepción de la conciliación de la vida laboral y personal dirigida a conseguir un cambio social que introduzca nuevos modelos organizativos basados en la corresponsabilidad social que permitan conciliar la vida laboral y personal de trabajadores y trabajadoras requiere de la participación de distintos actores:
• El Estado, como actor encargado de diseñar e impulsar las políticas y coordinar los recursos.
• Las instituciones públicas, las cuales deberán legislar sobre esta materia, realizar campañas de sensibilización, poner en marcha programas y proyectos dirigidos a promover la conciliación de la vida laboral y personal, así como apoyar a las empresas a través de subvenciones y otro tipo de ayudas de apoyo a la conciliación.
• Las familias, en donde tanto las mujeres como los hombres deben asumir sus responsabilidades personales y laborales, de manera que los hombres deben aumentar su participación en las responsabilidades familiares y las mujeres acceder y mantenerse en el mercado laboral.
• Las empresas, mediante la implantación de medidas de conciliación de la vida laboral y personal que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas trabajadoras.
• Los sindicatos, que juegan un papel fundamental en la implantación de medidas de conciliación cuando participan en las negociaciones de los Convenios Colectivos.
• Los centros educativos, ofreciendo una educación sobre la base de valores que fomenten la igualdad entre los hombres y las mujeres.
• Las asociaciones y organizaciones sin ánimo de lucro, mediante la puesta en marcha de actividades y programas dirigidos a fomentar la conciliación de la vida laboral y personal.
Todos estos actores, tanto conjunta como individualmente, han ido estableciendo desde la aparición de las políticas de conciliación diversas medidas destinadas a erradicar, o cuando menos mitigar, los desequilibrios en el reparto de cargas entre el hombre y la mujer. Entre los modelos más exitosos a nivel Europeo destacan:
1. El modelo francés que esta basado en una combinación de servicios, permisos parentales y trasferencias monetarias.
2. El modelo nórdico, que se basa en la combinación de permisos parentales remunerados y servicios diversificados de cuidado.
3. El modelo centroeuropeo, que combina permisos parentales y transferencias monetarias a las familias.
Estos tres modelos, a pesar de sus diferencias por el papel que juega cada agente en la concesión de estos servicios, tienen una serie de similitudes que se sintetizan en la disposición de recursos y derechos que facilitan y permiten el reparto igualitario de cargas y la mejora de la calidad de vida de trabajadores y trabajadoras.
En España, estos modelos sirven de guía a las políticas nacionales y regionales de conciliación, que en nuestro país están trabajando por mejorar la calidad de vida de los trabajadores y trabajadoras a través de una batería de medidas que incluyen las siguientes:
• Aumento del número de guarderías.
• Especial atención al cuidado de las personas dependientes.
• Aumento de los derechos de las trabajadoras en relación con la maternidad.
• Ampliación del permiso de paternidad.
• Ayudas a las madres trabajadoras.
• Subvención directa a las familias por cada hijo nacido.
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