Escogí el tema del Blackberry, como mismo con antelación había tratado otros asuntos relacionados con la pérdida de intimidad, privacidad, tiempo libre, tiempo para reponer las fuerzas y energías gastadas en el trabajo y en el diario quehacer en todos los frentes. Pues bien, fueron los bipper y se pensaba que era el acontecimiento más importante, localizador en tiempo real. Después vinieron los celulares con todos los aditamentos posibles, hasta complementarlos con el blackberry que ya es el infierno para el directivo, funcionario, gerente y cualquier personal que se encuentra las 24 horas "disponible" para su jefe. Y no te atrevas a apagarlo, porque los cuestionamientos son superiores al "desliz" cometido.
Ya no se trata de estar presentes físicamente las 8 horas del trabajo, ¡oh perdón! las 10 y las 12 horas en una oficina, sino que terminado el horario todavía resta mucho por hacer en la casa para concluir las obligaciones laborales y para completar, llamadas, mensajes, atender compromisos sociales, pertenecer a otros núcleos profesionales, porque somos seres humanos y para estar actualizados hay que participar e intercambiar experiencias, opiniones, etc.
No es mentira que haya actualmente ADICTOS al trabajo, a las conexiones en internet, como si fuese una drogodependencia, lo hay, pero muchas veces la adicción no es voluntaria, nos hacen creerlo, pero es impuesta y dañina para la salud.
Bueno, termino, porque el fin de semana es para descansar y aquí estoy, adicta a mi blog, a la interacción con mis colegas. Hasta el lunes próximo. Un buen fin de semana y domingo con sol.
Muy buenas como siempre Lydia tus reflexiones. El capitalismo global que desfigura el tiempo "real" a partir de la tecnología, consigue de esa manera que no haya límites a en la explotación temporal y en el sometimiento social a sus designios, a sus formas de control.
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