Todos los que estamos transitando por este mundo digital, confrontamos problemas con la mensajería, pero ello no es óbice para seguir intentando la publicación de los comentarios. Aquí tienen todos para continuar el debate, el comentario enviado por mi querido amigo chileno Manuel Muñoz, quien tiene una excelente página web sobre prevención de riesgos, que recomiendo para que entren y lean sus informaciones. Además, les insertaré también los comentarios de nuestra colega argentina Susana Treviño en torno a sus valoraciones sobre violencia en el entorno de las migraciones. Coloqué para conocimiento de todos en mensaje anterior, la DECLARACIÓN DE QUITO, en el Foro de Migraciones.
Mí querida amiga Lidia:
El problema de la violencia y la discriminación es una realidad que tiene grandes elementos comunes al punto que podemos decir que toda discriminación es un acto de violencia. En mi hermoso y sufrido país nos encontramos con un aspecto genérico: Nuestra Sociedad es Violenta. Asi, como lo lees. Es cierto, no existe una lucha militar y de beligerancia como en Colombia, de paso, digamos que los Estados tienen su mano en esto y manchada hasta el cuello, inexplicable e impresentable el asesinato del Comandante de las Frac, porque eso fue un asesinato en verdad. No existe tampoco un elemento civil armado ni sectores narcos organizados en milicias de asesinos, pero, la verdad es que aun así, el número de muertos por la violencia es altísimo: Violencia en el hogar; Violencia en el Trabajo; violencia en las escuelas, también violencia en las cales, esto es, violencia delictual.
En conversaciones venideras ilustrare estos comentarios con estadísticas, pero ahora quiero referirme más a las causas que a los terribles resultados de nuestra violencia común y ordinaria.
La situación económica en Chile tal vez es mejor que en otros países hermanos. El liberalismo económico ha podido en corto tiempo permitir la acumulación de grandes fortunas, pues, los bosques, los mares, las minas, los campos han quedado a la depredación de los mas poderosos y estos han permitido un visión posibilista para quienes confían en el sistema. Pero, la realidad es que miles de personas viven o tratan de vivir co un ingreso minimo de $185.000 mensuales, aunque para ello el jefe o Jefa de hogar deba trabajar 10 horas diarias. Estamos hablando de $185.000 / 500 (+-) =US$ 370. Se entenderá que con esa suma no solo no puede vivir cómodamente el trabajador, menos si este tiene familia y peor aun si la compañera no trabaja porque debe cuidar a los hijos.
Al mismo tiempo, la presa y la TV, todo el día machacan los ojos y oídos de la entre pobre señalándoles cuales son los valores y foras de vida aceptables. Especialmente en el uso de bienes que no pueden adquirir.
El problema de la libertad es que no es real en los términos del sistema neo liberal.
Sabemos que actúa lo que en la economía de mercado se llama “efecto demostración”, en Chile con una fuerza enorme que pone en jaque los sistemas de cobranza judicial, adaptados ara que las grandes tiendas, bancos y retail en general puedan perseguir el cobro, el embargo y la subasta de los bienes de quienes optan al mercado (inclusive su hogar).
Ahora bien, si se gana poco a nivel de las grandes masas, si el efecto demostración es terrible, si se vive o mejor dicho, solo se sobre vive, si el hombre trabajador se encuentra agotado por el sistemas y no puede llevar a su casa lo que la propaganda dice que debe llevar, ocurre y deviene el sentido de frustración personal y familiar marcando a dichos individuos con el manto gris de la desesperación.
Las reacciones propias de este estado de cosas no tardan en manifestarse: cónyuges asesinados en su propios hogar delincuencia y prostitución; violencia en el hogar; niños golpeados, lesionados o muertos.
Quienes, hemos estudiado en parte la problemática de la violencia social sabemos que cada niño agredido es un futuro hombre violento. Esta violencia se conoce en Chile por niños asesinados por otros niños, el Buillying y la delincuencia infantil.
Por ahora digamos que la violencia social, a discriminación y toda forma aberrante de comunicación mediante la fuerza y la agresión, tiene una raíz claramente económica, no solo e cuanto la remuneración no es el pago del trabajo en términos éticos, sino, en cuanto el sistema auspicia y promueve la violencia al elaborar su desarrollo e base al agotamiento de las personas que trabajan (llamadas recursos humanos), la depredación de la naturaleza y la falta absoluta de valores que distinguen al ser humano como la solidaridad, la Paz, la convivencia sana y el afecto social.
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