Algunos de mis lectores podrán considerar que equivoco el sentido de m blog relacionado con el Derecho laboral y de seguridad social. Pero no hay nada más parecido a la vigencia de este derecho, que el derecho de todo ciudadano a la autodeterminación y contar con la soberanía, palabra de orden, para poder construir su propio destino, garantizar una economía viable que permita resolver los graves problemas que atentan contra los derechos humanos de los ciudadanos. Si no hay paz, cómo habría entonces posibilidad de trabajar, de hacer, de cumplir los mínimos deberes para garantizar a los trabajadores los derechos que le asisten?
El autor está siendo profético como muchos otros de los que hemos consultado en estos días y mi criterio coincide con ellos. Se orquestan situaciones inexistentes, la gran prensa comienza campañas de descréditos, nos acusan a "los países que nos encontramos en los oscuros rincones del planeta" de ser tiránicos, depredadores de los derechos humanos y por ahí aprovechan cuando la opinión pública los apoya, para enviar su misión de muerte y después del saqueo, comienza el saqueo externo por las compañías que vienen a apropiarse de los recursos naturales del país.
Lógico. Venezuela es un punto estratégico para el imperio. Es petróleo, la mayor reserva del mundo. Son recursos minerales, es agua, tan necesaria también y por tanto hay que acabar con estos locos presidentes independentistas que no permiten al capital extranjero hacer lo que le venga en gana. Eliminarlos es abrir el camino a estas compañías transnacionales y por tanto deconstruir lo público para entronizar la propiedad privada. Ojo: amigos y amigas. Estamos llamados a no dejarnos confundir.
EL MÉTODO "LIBIO", GRAVE AMENAZA PARA AMÉRICA LATINA
Ángel Guerra Cabrera. Tomado de LA JORNADA. MÉXICO.
Con la fórmula desplegada en la agresión contra Libia por la OTAN se intenta configurar un nuevo patrón, aplicable a otros países con algunas variantes. Según declaró Ben Rhodes, vicejefe del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos en entrevista con Foreign Affairs, el "método" utilizado por la administración de Obama en el país norafricano es "más efectivo" al de gran despliegue de tropas aplicado por Bush en Irak y Afganistán. Cabría añadir que continuado por el actual inquilino de la Casa Blanca, y superado en el segundo país, pero no nos distraigamos. El tema fundamental ahora es la grave amenaza de repetición de este engañoso y taimado esquema en otros países con recursos de interés estratégico para Washington y sus aliados o intolerables posturas políticas independientes, como unos cuantos en América Latina y el Caribe.
Continúa diciendo el articulista que el Sr. Rhodes expresa que Obama "subrayó" desde el comienzo de la intervención en Libia dos principios. Primero, era mucho "más legítimo y efectivo" para el "cambio de régimen" que fuera perseguido por un movimiento "autóctono" y no por Estados Unidos. Segundo, poner énfasis en "compartir la carga" y recibir una "significativa" contribución internacional en lugar de cargar con el grueso del "esfuerzo". A confesión de parte relevo de pruebas. Así que la zona de exclusión aérea para "proteger a la población" –reclamada insistentemente por Obama, Sarkozy y Cameron a fin de conseguir la aprobación de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU– era una burda mentira pues el verdadero objetivo era el cambio de régimen. Claro, se necesitaba mucha candidez para creer lo de la "protección a la población", pero Rusia y China, con cuestionable perspectiva estratégica, optaron por la omisa abstención.
Una vez arrancada la resolución al exclusivo y selecto club que controla la ONU, la OTAN la hizo trizas a punta de matar civiles y destruir gran parte de la infraestructura de Libia con bombardeos no autorizados por aquel, siempre en función de arrasar los lugares por donde debía avanzar la pandilla de Bengazi. No conforme con eso, vulneró groseramente una prohibición expresa de la resolución al entrenar y armar a los alzados y lanzar a la guerra fuerzas y medios militares terrestres de Estados Unidos, Francia, Inglaterra, las contrarrevolucionarias monarquías del Consejo de Cooperación del Golfo y la jordana. En síntesis, lo que se suponía tenía el propósito de proteger a la población libia se convirtió en una intervención militar extranjera de considerable magnitud contra esa misma población. Eso sí, presentada mediante trucos y detestables montajes mediáticos, como una idílica proeza de los idealistas "rebeldes" libios. Para colmo, la fuerza que ocupó Trípoli no está formada por la anárquica y aventurera tropa de Bengasi sino por fogueados militantes libios de Al Qaeda con apoyo de tribus bereberes de las montañas Nafusa, entrenados por fuerzas especiales estadounidenses.
Se machaca por numerosos papagayos mediáticos la semejanza de Gadafi con Chávez, algunos invitando abiertamente a aplicarle, como a Cuba, la solución "libia", que estrafalariamente vinculan con un 15-M. En realidad, se trata de repetir, principal –pero no únicamente– contra los países de la Alternativa Bolivariana para las Américas el guión de la "rebelión reprimida por el dictador" y la operación aérea para proteger a la población. Como tal escenario no va a ocurrir en países donde el pueblo es protagonista del poder, la viabilidad de la intervención depende del montaje de una realidad virtual aprovechando el control monopólico mediático de Washington. Denunciarlo y desnudarlo desde ahora y prepararse para enfrentarlo en todos los terrenos es trascendental para la independencia y la paz de nuestra América y del mundo.
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