REPORTAJE A JOSEPH STIGLITZ, PREMIO NOBEL DE ECONOMIA “El ajuste lleva al estancamiento”
El economista Joseph Stiglitz fue la estrella y la oveja negra de la Conferencia de premios Nobel en la isla de Lindau, al sur de Alemania, que terminó ayer. El profesor de la Universidad de Columbia forma parte de un reducido grupo entre los 17 galardonados que participaron del encuentro, los que no reclaman públicamente medidas de austeridad sino mayores estímulos fiscales para enfrentar la crisis y reducir el desempleo. Mientras que los jóvenes economistas y periodistas lo rodean en cada oportunidad, sus pares lo miran con recelo. Las declaraciones que hace sobre el fracaso y la incapacidad de las ideas económicas dominantes para comprender y ofrecer una respuesta a la crisis chocan con la visión que poseen otros Nobel. Estos especialistas consideran que el marco teórico no tuvo ninguna responsabilidad, posición que comparten muchos de los 373 economistas de todo el mundo que forman parte del evento y desestiman las críticas de Stiglitz.
Reproduzco parte de la entrevista hecha por Página 12.
–¿Por qué considera errados los planes de ajuste fiscal?
–Esas políticas llevan al estancamiento, se necesitan más planes de estímulo fiscal para recuperar el crecimiento y alcanzar menores niveles de desempleo en Estados Unidos y Europa. La política monetaria hoy no es efectiva. Los primeros paquetes de estímulo fiscal en 2008 funcionaron bien, si no la desocupación hubiera sido mucho mayor. Al mismo tiempo, esa expansión generó importantes déficit presupuestarios. La mejor forma para enfrentar esos déficit es con mayor gasto, la austeridad va en la dirección contraria. Es una visión equivocada, es la misma receta que aplicó el FMI en la Argentina. Sabemos lo que pasa: la economía se desacelera, luego entra en recesión y finalmente termina con una depresión. Sin crecimiento no es posible salir de la crisis. Cuanto más se demore el resultado político mayores serán la inestabilidad y los costos.
–¿La crisis estructural en Europa desencadenará la desintegración de la unión monetaria?
–Va a ser necesario más dinero para que funcione el euro, así como también va a ser necesario más dinero para que deje de hacerlo. De una forma u otra, Alemania va a perder mucho dinero. Hay vida después del default y de abandonar un sistema de tipo de cambio fijo. En la Argentina, el fin de la paridad cambiaria y el default tuvieron un alto costo. Luego de un período de caída, Argentina comenzó a crecer muy rápido, incluso en ausencia de lo que mucha gente considera las “mejores” prácticas económicas, con buenas políticas pero no perfectas. Yo creo que es muy difícil volver a unir un huevo revuelto, me parece que el euro es una muy buena iniciativa. Por eso, no creo que sea necesario que ningún país abandone el euro. Como le dije antes, es necesario impulsar planes de estímulo. Para eso se puede inyectar más recursos al Fondo de Estabilidad Financiera Europeo para hacer frente a los problemas de la región. También, es posible emitir eurobonos.
–¿La profundización de la crisis en Estados Unidos y Europa golpeará sobre los países en desarrollo?
–En 2010, el crecimiento global fue bueno. Hasta ahora, a los países emergentes les ha ido muy bien, ésa es una gran noticia. Muchos se recuperaron con fuerza, como China y Brasil. Pero si se profundiza la recesión en Estados Unidos y Europa, las economías emergentes van a tener dificultades. Creo que van a poder enfrentar una caída en las exportaciones, pero es necesario que fortalezcan la demanda interna. Si bien una disminución del crecimiento chino presionaría a la baja los precios de las commodities y eso golpearía a la Argentina, considero que China va a poder sortear la crisis y mantener así los niveles de demanda de esos productos.
–¿La inflación es un problema para las economías emergentes?
–Argentina enfrenta, como muchos países emergentes, el desafío de controlar la inflación en un mundo en recesión. Es un tiempo muy difícil para llevar adelante esa tarea porque se experimentan shocks negativos de demanda y shocks inflacionarios externos. No hay una forma sencilla para atravesar ambos desafíos. El foco excesivo de los bancos centrales en controlar la inflación es un error, pero también es un error ignorar el fenómeno. La estabilidad financiera, el crecimiento y el empleo también tienen que formar parte de sus objetivos. La baja inflación no asegura el crecimiento sostenido. En Europa, la preocupación del Banco Central por los aumentos de precios es uno de los factores que debilita la economía. Por su parte Brasil logró crecer, pero su enfoque excesivo en la inflación ha dado como resultado tasas de interés muy elevadas, entre las más altas del mundo.
–¿Qué quiere decir cuando afirma que la teoría económica tradicional fracasó?
–Los modelos utilizados por los bancos centrales, economistas, los banqueros, crearon un marco de política que estuvo en el epicentro de la crisis. Decían que no era necesaria la regulación, que los mercados eran eficientes por su cuenta o que la baja inflación era suficiente para garantizar un sendero de crecimiento. La macroeconomía no se autorregula y no conduce al pleno empleo. El problema no es la simplificación a la que recurren los modelos, el asunto es que estos modelos dicen que la crisis no podía suceder. Si los modelos no contemplan a los bancos entonces no existe el crédito. ¿Cómo es posible pensar en estrategias para impulsarlo? En materia laboral, la teoría señalaba que uno de los problemas eran las rigideces en el mercado de trabajo. Pero los países donde hoy se profundiza el problema del desempleo son aquellos que más desregularon ese mercado. En cambio, donde no se aplicaron esas políticas el desempleo es menor. Uno de los principales problemas en nuestra sociedad es la creciente desigualdad, esa situación disminuye la demanda agregada y la brecha que se generó fue cubierta por una burbuja bancaria de consumo artificial que impulsó la inestabilidad. La agenda de la economía ignoró esto y pensaba que alcanzaba con aumentos de productividad. Los modelos dominantes tradicionales no se hacían las preguntas adecuadas.
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