Amigos y amigas. Del 19 al 21 de noviembre tendrá lugar en Medellín, Colombia, el XXIV Congreso de la Asociación de Abogados Laboralistas de los Trabajadores de Colombia donde el tema central será el que da título a este envío que les hago con un documento que me hicieron llegar y espero que sea de interés de todos. Felicitaciones por anticipado para Manuel Muñoz, Gladys Delgado, Arturo Portilla, la compañera Norah y demás miembros de la Comisión Organizadora.
La CARTA SOCIOLABORAL LATINOAMERICANA, elaborada por la ALAL en múltiples eventos, propone a los pueblos y particularmente a los trabajadores de este hemisferio, pasar del encierro defensivo e impotente impuesto por el terror y el despojo, a la ofensiva continental por la construcción del ESTADO SOCIAL DE DERECHO en América Latina. ¡Este es el llamado del momento!
Efectivamente, el Consenso de Washington puso en marcha una férrea embestida orientada a la confiscación de las garantías sociales de los pueblos de este continente. Con el fin de elevar las ganancias de los financistas, el acuerdo de los magnates tiene como objetivo expropiar de sus derechos extralegales (y aún de los legales) a los trabajadores dependientes e independientes del campo y la ciudad. Y no de cualquier manera. Si fuere preciso, bienes y derechos se arrebatan a sangre y fuego. Puesta en marcha, esta política precipita a los trabajadores al desempleo y a la miseria y las clases medias, trabajadoras o rentistas, a la línea de pobreza.
La aplicación del modelo, jalonado por la burguesía financiera, ha dejado en Colombia un balance de horror: desplazamientos de 4 millones de compatriotas por ejércitos privados de asesinos para arrebatarles 5.000.000 de hectáreas de las mejores tierras; 5 millones de colombianos en exilio, sufriendo humillación en países extranjeros; miles de pequeñas y medianas empresas quebradas o insolventes; financistas que reportan diariamente ganancias millonarias que salen del país hacia el exterior; enajenación de la propiedad pública para que pase a manos de potentados especuladores; cierre de hospitales, desaparición de las pensiones; retroceso en la legislación para acabar conquistas de más de 90 años de legítimas luchas sindicales; reducción de 11 millones de compatriotas a la condición de mendigos; de 22 millones a la condición de pobres, y, en una palabra, desmonte sin pausa de los restos del llamado Estado de bienestar….
Pocos hombres muy ricos y muchos hombres muy pobres es el balance de 20 años de aplicación de este modelo diseñado desde la capital del imperio.
Esta máquina de aniquilamiento de derechos, que con todo acierto se llama de despojo, se hace implantando la tiranía en el lugar de la democracia. Que lo digan los uruguayos y los paraguayos! Que lo digan los argentinos de la égida de Menen! Que lo digan los bolivianos y los guatemaltecos y los nicaragüenses; que lo digan los peruanos con Fujimori, los chilenos con Pinochet…
En Colombia, esta tragedia es protagonizada no por un tirano individual sino colectivo: El Estado mafioso fincado en el paramilitarismo, como lo atestiguan los hechos notorios y las decisiones de la Corte IDH.
El huracán destructor de vidas y derechos lo sintetiza de manera premonitoria el humorista Jaime Garzón, asesinado por saber tanto y tan temprano, en este corto pero inolvidable y antológico discurso:
“Qué orgullo patrio sentí al ver la revista esta..., Semana, que trae en la tapa al pacifista y cooperativo, dignísimo gobernador de Antioquia doctor Álvaro Uribe Vélez, un hombre de mano firme y pulso armado, líder, que impulsa con su aplomado cooperativismo pacíficas autodefensas, y él, iluminado en los soles de Faruk, ha dado en llamar convivir. Acierta la revista Semana, en cabeza del dirigente vástago de César Gaviria, al proyectar sobre el escenario nacional a esta neolumbrera neoliberal de esta nueva época, ¡caray! Es que a Álvaro le cabe el país en la cabeza. El vislumbra todo este gran país como una zona de orden público total, es decir, como un solo Convivir, ¡caray! Dónde la gente de bien por fin podamos disfrutar de la renta en paz, como debe ser. Y será él quien por fin traiga a los redentores soldados norteamericanos que deshumanizarán el conflicto y harán de Uribe Vélez el dictador que éste país necesita. ¡Buenas noches!”
Al neoliberalismo que supone la prevalencia de la fuerza sobre el derecho, concurrieron de manera armónica los tres poderes del Estado: legislación regresiva, decretos regresivos y jurisprudencia regresiva. ¡Colaboración armónica no para la realización de los fines del Estado sino para cercenar derechos!
La avalancha del modelo, que corre como si se tratara del Atila de los nuevos tiempos, va dejando a su paso sindicalistas y sindicatos arrollados por el vendaval. A su presencia, los trabajadores no tuvieron otra alternativa que ponerse a la DEFENSIVA para tratar de proteger sus derechos conquistados.
A la acción del Estado y de grupos ilegales, se unieron en coro muchos patronos y muchos medios de comunicación encargados del terrorismo mediático, encargados de señala y estigmatizar, con fuerza irresistible. Por eso, los pueblos y particularmente los trabajadores organizados deben comprender que solos y aislados dentro de sus fronteras, son impotentes. Y que el concurso de la comunidad internacional civilizada será nuestra única salvación.
Consciente de ello, la ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA DE ABOGADOS LABORALISTAS, ALAL, organización continental a la cual pertenece nuestra Entidad, propone a los pueblos y gobiernos de la región LA CARTA SOCIOLABORAL LATINOAMENTICANA, como herramienta fundamental de sus luchas en los comienzos del siglo XXI, para que mediante su asimilación, transformemos la actitud defensiva en una fuerza material arrolladora. La fuerza resultante de la unión de todos por la reconquista del contrato y la estabilidad laboral dentro de la dinámica integracionista, es elemento insustituible para construir la democracia y marchar por la senda de la segunda independencia.
Si entendemos el momento, daremos así un salto de cualidad pasando de la defensiva y el acorralamiento a la ofensiva para construir un mundo mejor, de la mano de los pueblos, los gobiernos democráticos y principalmente de los trabajadores organizados de toda América.
Este es el mensaje del XXIV Congreso de la Asociación de abogados laboralistas de Trabajadores que contará con la presencia del Comité Ejecutivo de la ALAL durante los días de su realización en la Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín.
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