"Durante el presente año los temas tratados en la jornada fueron el de conciliación entre Trabajo y Familia y los alcances, problemas y desafíos de la Huelga.
Como conclusión del trabajo desarrollado en ambos días resulta fundamental reconocer dos situaciones que están marcando la realidad del mundo del trabajo a nivel global y en América Latina:
- Las consecuencias de la crisis económica y financiera mundial han recaído principalmente sobre los trabajadores y trabajadoras a través del aumento del desempleo y de la precarización de los empleos. Su impacto real todavía no se conoce y no se descarta que próximamente se desaten nuevas amenazas a la economía mundial. Se observa con preocupación el franco retroceso de las políticas de Estado de Bienestar que viene ocurriendo en Europa occidental, región que históricamente fue vista como modelo a seguir.
- Sin embargo, antes de la crisis, ya se venía observando una compleja tendencia en el mundo del trabajo, marcada por el aumento de los empleos de baja calidad, el subempleo y el desempleo oculto, lo cual ha configurado un cuadro donde se necesita que la economía funcione bajo plena actividad, pero no con pleno empleo, lo cual significa que se ha estructurado una arquitectura del trabajo inundada por personas que trabajan mucho, pero recibiendo bajos salarios y participando de las fases más precarias de las cadenas productivas, a través de la subcontratación, la prestación de servicios y trabajos a jornada parcial, afectando la posibilidad de estar protegido por el estatuto clásico del empleo asalariado, incorporarse a una organización sindical y poder planificar su vida en libertad.
Durante el Encuentro se han conocido las experiencias comparadas de algunos países latinoamericanos y la evolución de las normas y del debate público en los temas que nos convocan, como lo son la Huelga y la conciliación entre Trabajo y Familia.
En términos generales, no obstante los avances o potenciales mejoras que se llevan a cabo en los distintos países, estas se ven profundamente amenazadas o resultan ineficaces y limitadas por esta constante precarización del mundo del trabajo y las dificultades que el Derecho tiene para “domesticar” este proceso. El mundo sindical se encuentra erosionado y las reglas tácitas del capitalismo postindustrial para su proceso de acumulación requieren debilitar el derecho laboral y el sistema de protecciones vinculadas a la condición de ser trabajador. Ello ha dado pie al surgimiento del trabajador que debe sacrificar su vida para ganársela y debe asumir un comportamiento flexible, para asumir polifuncionalidades, responsabilidades y colonizar su vida personal de acuerdo a las necesidades del capital financiero. El caso extremo, de una persona joven que se incorpora al trabajo hoy en día, dado los altos niveles de precarización, representa una serie amenaza para constituir una familia y para la configuración de una sociedad plenamente democrática.
Es muy importante que en el debate público se incorpore la reflexión sobre el impacto que los actuales tipos de trabajo tienen en la familia y en la vida de las personas y sobre la posibilidad de sindicalizarse y negociar colectivamente bajo un sistema fragmentado y sin duda ello es y será un desafío para el Derecho del Trabajo y demandará mayor potencia y alcance de éste, no obstante, paralelamente resulta fundamental irritar las bases políticas y sociales, ya que sin organizaciones sindicales fuertes ni actores políticos comprometidos la eficacia de la norma y la dimensión social de la globalización que con urgencia y celeridad deber ser construida e institucionalizada, estarán bajo constante amenaza. En ese sentido, el Convenio 156 de la OIT constituye sin duda un punto de partida de desarrollos legales y colectivos sobre el trabajador con responsabilidades familiares.
El reconocimiento constitucional del derecho de huelga y la progresiva afirmación de la regulación internacional del mismo no debe ser anulada o vaciada de contenido por el desarrollo legal o reglamentario del mismo. La huelga es una realidad vigente que expresa un deseo de nivelación social más allá del perímetro acotado por la relación contractual. La preservación de la autonomía sindical y colectiva en la gestión del conflicto y la necesaria funcionalidad de la huelga a la defensa de los intereses de los trabajadores son elementos irrenunciables en la configuración de cada uno de nuestros respectivos ordenamientos jurídicos nacionales".
Querido amigo, todo parece indicar que te gusta "provocarme". Pues bien, claro que tengo comentarios sobre los temas tratados, sobre todo porque estuve leyendo las Tendencias sobre el empleo escritas por la OIT para 2010 y veo que la reunión de Viña del Mar se dedicó a uno de los temas más candentes y que ya hube de tratar en mi blog y es el referido a "empleos vulnerables". Ellos no generan empleos, ni eliminan el desempleo, ni la exclusión social ni la dependencia familiar hacia formas volátiles que son como bombas de tiempo: "estallarán en cualquier momento". Y peor aún la fórmula hallada en las palabras de Somavía, cuando dice que habrá que tomar una decisión a cuando se actuó para salvar a los bancos. ¿Acaso se puede comprometer la solución a "la bondad del sector privado de la Economía de cada país". Por eso pienso muchas veces que no hay intenciones de resolver este problema de largo plazo. Con curas temporales seguirá el riesgo latente. Un abrazo y gracias por tu provocación. Saludos a todo el claustro de UCLM y en especial al Prof. Rentero Jover por nuestro encuentro hace 9 años en Bs. As. cuando me permitió dudar del papel de las organizaciones sindicales en una América Latina con más del 56% de los trabajadores en el sector informal. María del Mar: espero tu mensaje a lguevara46@gmail.com. Como conclusión del trabajo desarrollado en ambos días resulta fundamental reconocer dos situaciones que están marcando la realidad del mundo del trabajo a nivel global y en América Latina:
- Las consecuencias de la crisis económica y financiera mundial han recaído principalmente sobre los trabajadores y trabajadoras a través del aumento del desempleo y de la precarización de los empleos. Su impacto real todavía no se conoce y no se descarta que próximamente se desaten nuevas amenazas a la economía mundial. Se observa con preocupación el franco retroceso de las políticas de Estado de Bienestar que viene ocurriendo en Europa occidental, región que históricamente fue vista como modelo a seguir.
- Sin embargo, antes de la crisis, ya se venía observando una compleja tendencia en el mundo del trabajo, marcada por el aumento de los empleos de baja calidad, el subempleo y el desempleo oculto, lo cual ha configurado un cuadro donde se necesita que la economía funcione bajo plena actividad, pero no con pleno empleo, lo cual significa que se ha estructurado una arquitectura del trabajo inundada por personas que trabajan mucho, pero recibiendo bajos salarios y participando de las fases más precarias de las cadenas productivas, a través de la subcontratación, la prestación de servicios y trabajos a jornada parcial, afectando la posibilidad de estar protegido por el estatuto clásico del empleo asalariado, incorporarse a una organización sindical y poder planificar su vida en libertad.
Durante el Encuentro se han conocido las experiencias comparadas de algunos países latinoamericanos y la evolución de las normas y del debate público en los temas que nos convocan, como lo son la Huelga y la conciliación entre Trabajo y Familia.
En términos generales, no obstante los avances o potenciales mejoras que se llevan a cabo en los distintos países, estas se ven profundamente amenazadas o resultan ineficaces y limitadas por esta constante precarización del mundo del trabajo y las dificultades que el Derecho tiene para “domesticar” este proceso. El mundo sindical se encuentra erosionado y las reglas tácitas del capitalismo postindustrial para su proceso de acumulación requieren debilitar el derecho laboral y el sistema de protecciones vinculadas a la condición de ser trabajador. Ello ha dado pie al surgimiento del trabajador que debe sacrificar su vida para ganársela y debe asumir un comportamiento flexible, para asumir polifuncionalidades, responsabilidades y colonizar su vida personal de acuerdo a las necesidades del capital financiero. El caso extremo, de una persona joven que se incorpora al trabajo hoy en día, dado los altos niveles de precarización, representa una serie amenaza para constituir una familia y para la configuración de una sociedad plenamente democrática.
Es muy importante que en el debate público se incorpore la reflexión sobre el impacto que los actuales tipos de trabajo tienen en la familia y en la vida de las personas y sobre la posibilidad de sindicalizarse y negociar colectivamente bajo un sistema fragmentado y sin duda ello es y será un desafío para el Derecho del Trabajo y demandará mayor potencia y alcance de éste, no obstante, paralelamente resulta fundamental irritar las bases políticas y sociales, ya que sin organizaciones sindicales fuertes ni actores políticos comprometidos la eficacia de la norma y la dimensión social de la globalización que con urgencia y celeridad deber ser construida e institucionalizada, estarán bajo constante amenaza. En ese sentido, el Convenio 156 de la OIT constituye sin duda un punto de partida de desarrollos legales y colectivos sobre el trabajador con responsabilidades familiares.
El reconocimiento constitucional del derecho de huelga y la progresiva afirmación de la regulación internacional del mismo no debe ser anulada o vaciada de contenido por el desarrollo legal o reglamentario del mismo. La huelga es una realidad vigente que expresa un deseo de nivelación social más allá del perímetro acotado por la relación contractual. La preservación de la autonomía sindical y colectiva en la gestión del conflicto y la necesaria funcionalidad de la huelga a la defensa de los intereses de los trabajadores son elementos irrenunciables en la configuración de cada uno de nuestros respectivos ordenamientos jurídicos nacionales".
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